Conocidos los resultados en primera vuelta en la elección presidencial en Colombia, tal y como lo pronosticamos antes de que finalizara el proceso de votaciones¹, y se emitiera el primer boletín de resultados, dijimos que Gustavo Petro pudo haber obtenido una votación mayor, pero que lamentablemente Nicolás Maduro había perjudicado su opción, como ha influido de manera negativa sobre el resto de la izquierda en América Latina.
De hecho, si Gustavo Petro quiere que la mayoría del 61% de los votantes colombianos que lo hicieron en contra del candidato del uribismo, en este caso, por cualquier opción distinta a la de Iván Duque, aunque resulte paradójico, Petro no tiene en este político a su principal adversario, sino que el personaje a vencer es Nicolás Maduro.
¿Y por qué decimos lo anterior? Porque Colombia es el principal país que está sufriendo de manera directa los embates de la crisis política y económica que vive Venezuela por culpa de Nicolás Maduro, y no tengan dudas, que sobre eso va a girar la segunda vuelta de las elecciones colombianas para la presidencia de la República.
En tal sentido, Iván Duque va a vincular a Gustavo Petro con el presidente venezolano, y sobre el desastre que esta "izquierda" ha significado para Venezuela, y por ende, significaría para Colombia. En otras palabras, la sumatoria de los votos que habrían obtenido, Vargas, Fajardo y De La Calle con más del 99,92% de los votos escrutados y que totalizarían entre ellos 6.393.419 votos, esto quiere decir que si Gustavo Petro quiere tener oportunidad de triunfo contra Iván Duque, debe buscar cuando menos el desplazamiento del 70% de esos votos a su favor, tarea que no es nada fácil, porque también existe una alta tendencia al voto en blanco y otra al voto nulo, y ello como efecto fundamentalmente a la desconfianza que genera Gustavo Petro, por culpa directa del neototalitario gobierno de Nicolás Maduro.
Es por ello, que Gustavo Petro si realmente quiere construir una auténtica alternativa en Colombia tiene que tener claro que su enemigo a vencer no es el candidato de Álvaro Uribe, sino el neonazismo que controla Maduro en Venezuela. Gustavo Petro está en la obligación de decirle a los colombianos que no tiene ninguna vinculación con el gobierno madurista, pero que además tiene que fijar cuál será su posición de relaciones en el plano geopolítico contra la neodictadura que ha impuesto Nicolás Maduro en la patria de Bolívar, así como la violación a nuestra Constitución, los derechos humanos, y las libertades democráticas, pero además tendrá que fijar ante los neogranadinos, un plan muy claro que les explique qué hará con los millones de emigrantes venezolanos que huyen del miserable gobierno madurista.
La verdad veo muy difícil, aunque no imposible que Gustavo Petro acceda en esta oportunidad a la presidencia de Colombia. Pero si su meta es llegar hasta allá, en el peor de los casos, puede ir construyendo una alternativa válida y emergente para acceder con muchas opciones hacia el 2022 a la primera magistratura del hermano país, siempre y cuando, comprenda que debe luchar contra el neototalitarismo y la miseria que ha generado el madurismo en Venezuela.
Si Gustavo Petro quiere ser presidente en Colombia tiene que enfrentar sin medias tintas a Maduro. Condenarlo y desconocerlo en todos los aspectos de la política y sus nefastas medidas en contra del pueblo de Venezuela. A propósito de ser ciego. Quien tenga ojos que vea.
