El venezolano Leonardo Infante fue quien salva a Bolívar de una muerte segura (XX)

Estimado lector, póngase a pensar de las ofensas, vejámenes y conspiraciones que Bolívar sufrió de parte de sus compañeros de armas al regresar de las Islas de las Antillas donde estuvo exiliado, seguramente que algunos de sus enemigos por sentirse ciertamente indignado con lo que creía traición por parte de Bolívar, y otros por envidia y el deseo de tomar el poder de los ejércitos patriotas para ser él quien protagonizara las acciones independentistas. De manera tal, que en la época en que regresa Bolívar al país desde las Antillas, no tiene ninguna bienvenida y no se la ve fácil, no, él tuvo que enfrentar muchas dificultades y trasladarse de pueblo en pueblo Oriental buscando apoyo. y en muchos de ellos no recibía sino rechazo y hasta actos hostiles que pusieron en peligro su vida. Hasta que al fin consigue Bolívar se le reconozca como jefe, en una reunión que se lleva a cabo en Margarita el 6 de mayo de 1816, una asamblea realizada en, la para entonces, Iglesia Parroquial de Santa Ana de la Villa del Norte. Sin embardo, Bolívar al entrar a la Iglesia oyó como el sitio bullía con palabras encendidas de parte de mucha gente allí reunida, discutiendo sobre el desastre ocurrido con la Primera y la Segunda República, pero poco a poco Bolívar con su verbo de líder nato fue limando las asperezas y al fin llegan a un acuerdo por el bien inestimable de la Patria. Allí se acuerda, en forma unánime: La Isla de Margarita como sede provisional del Gobierno venezolano. Simón Bolívar es proclamado Jefe Supremo de la Tercera República. Y el General Santiago Mariño, Libertador de Oriente, elegido como segundo Jefe.

8) El grave atentado contra Bolívar en El Rincón de Los Toros.

La noche-madrugada del 16 de abril de 1818, en el sitio llamado El Rincón de Los Toros, localizado en el Estado Guárico, Venezuela, 8 soldados realistas al mando del español Rafael López, sin que el General Francisco de Paula Santander jefe de la guardia patriota lo viera, irrumpen en el sitio exacto donde se encontrara la hamaca donde dormía Bolívar y, acercándose a ella, disparan en tres oportunidades. Bolívar, seguramente por obra de la Providencia, no sale herido, salta de la hamaca semidesnudo, corre a campo traviesa en plena la oscuridad y momentáneamente se pone a salvo. El por qué Simón Bolívar se encontraba en este lugar se justificaba por cuanto quería sumar sus tropas a las de Páez para enfrentar con más vigor a los españoles. Fue al Coronel realista Rafael López a quien se le había encomendado la misión de impedirlo y casi lo logra en el asalto al campamento de los patriotas. López muere en el comienzo del ataque y Tomás Renovales queda al mando cantando victoria. Bolívar al huir amparado por la oscuridad, ve caer muertos a varios de sus hombres entre ellos 2 de sus edecanes, estos muertos hace pensar a Renovales que había cumplido su cometido de asesinar al Libertador, e inmediatamente llama a todos sus hombres a atacar a las tropas revolucionarias; y debido a la sorpresa y la confusión los patriotas son derrotados.

Sin embargo, el venezolano Leonardo Infante, uno de los más formidables lanceros del llano, hace prodigios de valor aquella trágica madrugada y en medio de la desesperación derriba de un disparo a un militar español, toma su caballo y comienza a buscar al Libertador, al rato lo encuentra, le ofrece aquella montura y galopando ambos escapan de una muerte segura. Aquí la narración del propio Bolívar: "Diego Ibarra, (Edecán de Bolívar) regresó en aquel momento, yo estaba sentado en mi hamaca quitándome las botas; Ibarra se acostaba, cuando una fuerte descarga nos sorprende. El General Santander gritó en el mismo instante: ¡El enemigo! Los pocos que éramos nos pusimos a correr hacia el campo abandonando nuestros caballos y cuanto había en la mata. La oscuridad nos salvó, pero enseguida vino el ataque al campamento donde 900 patriotas fueron derrotados por unos 500 realistas. Me encontraba perdido en medio de la sabana cuando vino hacia mí Leonardo Infante y me dio un caballo que había arrebatado a los españoles. Fue así como pude unirme a nuestras tropas"



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José M. Ameliach N.


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