• He tomado esta iniciativa porque estoy bajo un engaño de gigantescas proporciones. Veo con preocupación que se me pretenda inculcar un significado trastocado de chavista desafecto.

Quiero aclarar que hablo como un revolucionario creyente de la necesidad de hacer críticas profundas por lo que está ocurriendo. Como voz vinculada a un tema total y absolutamente abierto solicito mi adhesión a los chavistas desafectos, contrarios, opuestos, hostiles, adversos, antipáticos y refractarios.

Es importante decidir qué es lo que se quiere construir: ¿Un partido vertical?, ¿Una coordinación de grupos?, ¿Una coordinación de un movimiento de movimientos?, ¿Una red de redes?, ¿Un frente de organizaciones? …

No debería ser por la competencia fraccional, ni tampoco, una invitación para la constitución de un club de militantes esclarecidos encargados de darle luz a los que no la pueden ver. Cada quien se organiza como le parece y participa donde lo cree apropiado según sus niveles de compromiso y de consciencia.

Lo importante ahora es la convergencia de esfuerzos. Con todos y entre todos. La calidad de los chavistas desafectos no se proclama. Se prueba en el día a día. No estamos descubriendo nada. Es un imperativo de los tiempos. Incluso, se puede derivar de los aspectos críticos y autocríticos. Es el proceso de interrelación, interdependencia, complementariedades que debe caracterizar el fluir, los encuentros y también los desencuentros de las distintas corrientes.

Muy diferente a la tendencia a la petrificación a la que suele conducir la lucha fraccional. Somos parte del proceso y vamos a continuar trabajando por el crecimiento y la multiplicación de la fuerza del pueblo. Es decir, trabajar con el pueblo, dentro del pueblo, como uno más. Las ideas originales son importantes, pero hay que contrastarlas con los resultados de la experiencia. Una y otra vez. Implica también profundizar la batalla por las ideas, pero también por la profundización de la práctica dentro del movimiento popular.

Que crezcan innumerables organizaciones populares, porque innumerables son los problemas que requieren solución. Pero no con un espíritu de fragmentación de las luchas o fractura de las organizaciones populares. La unidad es clave, la dispersión nos debilita. Una medida que nos ayuda a construir la unidad, es la elaboración de un programa básico de las luchas populares. Un compendio breve, a la vez complejo y sencillo, que no es lo mismo que simple. Su elaboración, por supuesto, es una tarea colectiva.

Lo cierto, es que se requiera de una gran pasión y amor por Venezuela, por la gente, por nuestra familia, por nosotros mismos, sabiendo sobre la urgencia de crear una gran organización política para contribuir a impulsar el proceso de cambio. Por tanto, parece obligatorio para poder seguir hacia delante, señalar la única razón que respalda la presente solicitud de adhesión para irlos proyectando como horizonte para el futuro inmediato.

Por lo que cabría preguntarse: ¿Sería posible construir una nueva referencia de los chavistas desafectos en el país para implementar algún plan o proyecto, sin discriminación alguna de partido, rangos, profesión, raza, sexo, o cualquier otro tipo de calificador?

Como terco soñador respondo que he querido iniciar un movimiento, aparentemente contra toda lógica, en esa dirección de unificación real de criterios finalistas para darle un vuelco rotundo a esa tendencia política a la que nos han habituado en llamarnos chavistas desafectos.

¡Ahora más que nunca los chavistas desafectos, contrarios, opuestos, hostiles, adversos, antipáticos y refractarios somos todos!