La soberanía popular en la "guerra económica"

Ante el acoso irracional y despiadado de empresarios, comerciantes y aventureros metidos a bachaqueros, drogados por el parasitismo irresistible, la soberanía popular establecida constitucionalmente en el artículo 5, está obligada a actuar para salvar a Venezuela de la ruina y el desahucio.

El gobierno bolivariano, comprometido con las mejores causas del Pueblo trabajador venezolano ha luchado por proveer y satisfacer las necesidades de la sociedad; pero la corrupción instalada ya como práctica habitual en todas las transacciones de los mercachifles, desactiva la efectividad de todos los programas, medidas y planes que van surgiendo al calor de esta guerra de empobrecimiento y enmiseramiento, no solamente de los más humildes sino de toda la clase obrera y trabajadora, que está siendo asaltada en su salario, que en condiciones normales, sería justo, pero que ante esta jauría hambrienta de carroña, nunca será suficiente.

Las leyes, los mecanismos de control y vigilancia de los precios han sido irrespetadas e implosionadas por todos los mandaderos, pagados y espontáneos, al servicio incondicional del capitalismo, y su comando imperialista. Los funcionarios públicos no garantizan la seguridad para que se cumpla la ley; ante sus ojos, y muchas veces, con su complacencia se sigue robando al Pueblo trabajador, y se le sigue humillando.

Todos los politiqueros de la MUD, al servicio incondicional del Imperialismo, están comprometidos con esta agresión repugnante que persigue la ruina de la economía venezolana; todos, absolutamente todos, trabajan en el objetivo de acabar con los niveles de felicidad que habíamos alcanzado en estos 17 años del Proceso de Cambios, liderado por Chávez; todas las respuestas que nuestro gobierno ha querido dar, han sido burladas por los míseros lacayos que desde la Asamblea Nacional continúan chantajeando a la clase obrera y trabajadora con sus adefesios jurídicos como la Ley de Propiedad de la Misión Vivienda, y la Ley de Amnistía; para colmo esos secuestradores, y asesinos de nuestro bravo pueblo pretenden reclamar su voto, y su aceptación, en una nueva versión de lo que se conoce como el síndrome de Estocolmo.

En el colmo de los descaros, Allup ha dicho que en 6 meses van a "salir de Maduro".: Henry Flacón dice que en 45 días. Tales expresiones son un trapo negro, de la mismísima negrura del fascismo. Más allá de querer dar un golpe de Estado al presidente constitucional de la República Bolivariana de Venezuela, el capitalismo y el imperialismo con sus lacayos le estarían dando un golpe mortal al pueblo trabajador venezolano, que quedaría en los arrabales de la miseria, sin poder comprar una vivienda, un carro, una nevera, un aire, un ventilador, porque sus precios de hambre impuestos con el sadismo más extremo, propio del fascismo, no podrán ser alcanzados por ningún salario de los trabajadores.

Esta situación de arbitrariedad e impunidad donde con pasmosa saña, está siendo sometido el Pueblo trabajador venezolano, con el pretexto de tumbar a nuestro presidente Nicolás Maduro, no puede ser resistida por mucho tiempo. Ese Bravo Pueblo que en nuestro himno nacional grita "Abajo cadenas", está siendo obligado a salir a ganar la guerra económica, donde todavía no ha peleado.

Si nuestros antepasados fueron capaces de decidir la guerra independentista a nuestro favor, en la derrota más humillante que haya sufrido el imperio español, nosotros, configurados como Pueblo trabajador podemos decidir la victoria frente al imperialismo yankee-israelí que amenaza con hundirnos en la miseria y robarse todas nuestras riquezas naturales.

Venceremos



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Eduardo Mármol


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