¡Qué de cojo…! ¡Ejem, perdón! ¡Ovarios!

“La que de amarillo se viste, a su hermosura se atiene, y de sinvergüenza se pasa”

Es que no salimos del asombro al ver tanto caradurismo en un ser viviente, por no decir una barbaridad que pueda ofender a los demás seres vivientes normales.

Me refiero a la heroína de los bajos fondos, trabajitos sucios y diva del oposicionismo venezolano, con libro y toó, como diría un amigo, la ex jueza liberada recientemente, honorable dama perseguida y acusada por el réegimen.

La susodicha todavía tiene los santos ovarios de exigir a la Dirección Ejecutiva de la Magistratura, flanqueada por sendos abogados, la reincorporación inmediata al Poder Judicial como juez de primera instancia; el pago de los salarios caídos, y la devolución de la credencial que la titula como juez. Las zorras cambian de pelaje, más no de mañas.

¡Qué de cojo! ¡Ejem, perdón! ¡Ovarios!, tiene esa señora, al osar semejante exigencia, como si no hubiera hecho nada, o, se le hubiese absuelto limpiecita de toda culpa y sin mácula, y que vuelve a tomar venganza y a hacer justicia, fungiendo cual Condesa de Montecristo, obra clásica de Alexander Dumas  (Le Comte de Monte-Cristo) y perdonen y valga la comparación.

 ¿Será quele tomó el gustico al guiso judicial y a los tan codiciados billetes verdes? "Muchas personas gastan dinero que no han ganado, para comprar cosas que no quieren, para impresionar a personas que no les agradan. " Will Smith. O, ¿será que sus abogados ven en ella la gallina pérfida de los huevos verdes? "Se puede confiar en las malas personas, no cambian jamás." William Faulkner.

Generalmente los incursos en esos delitos pasan al retiro, al anonimato, a disfrutar de lo mucho o lo poco que le puedan haber dejado los abogados, con la afrenta ante la implacable sociedad y el desprestigio de la familia. El mayor castigo del culpable es que nunca será absuelto por su consciencia. Si es que la tienen.

Pero, otros, fenómenos, de este mundo patas arriba, hacen sin el menor grado de vergüenza, lo que ha la honorable magistrada caradura ante los medios cómplices.

Y mientras la justicia ciega por fin alcanza con su brazo reumático a tales personas, y luego, el poder se siga sentando en uno de los platillos de la balanza, seguiremos perplejos estos tristes y penosos episodios de la trama de la justicia venezolana. La justicia no consiste en dar a todos por igual, sino a cada uno lo que se merece.

elmersanto@hotmail.com; elmersanto7@hotmail.com



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Elmer Montero

Licenciado en Comunicación Social,locutor,productor radial,escritor,compositor,músico,poeta.

 elmersanto@hotmail.com      @elmersanto

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