Amigos invisibles

Amigos invisibles. Así denominaba Arturo Uslar Pietri a los televidentes. Pero en esa época cuartorepublicana todo el pueblo pelabola era invisible. Sólo lo veían y lo medio tomaban en cuenta en tiempo de elecciones. Era común oír r en las humildes barriadas: “Ellos vienen por el barrio cuando necesitan los votos. Del resto nunca se les ve la cara”.

La invisibilidad del pueblo se mantuvo durante los gobiernos adeco-copeyanos. Un día (27 de febrero), hambreado y arreccho, tomó las calles y establecimientos comerciales de Caracas y puso patas arriba al segundo gobierno de CAP. Fue tan arrecho el arrugue popular que CAP suspendió la garantías para poder controlar la situación. Los muertos y heridos se cuentan por millares.

En esos días, Caldera se inventó una muela de discurso identificándose con la arrechera popular y ganó su segunda Presidencia. Aún el pueblo seguía invisible. Pero un día apareció el Comandante Chávez, primero un 4 de febrero, y después al ser electo por primera vez Presidente de Venezuela. Y entonces, el pueblo por primera vez, se hizo visible, se hizo gobierno, aprendió a reclamar sus derechos, aprendió a leer y a escribir. Dejó de ser pendejo y mandó pal carajo los espejitos de los conquistadores españoles. Hoy sabe cuan importante es y cuan grandiosa es su participación en la conducción y construcción de una Venezuela mejor, donde todos seamos iguales, con los mismo derechos y deberes; pero de verdad verdad, como siempre tuvo que ser.

Chávez despertó al pueblo para siempre. Le dio las herramientas de lucha democrática. Le enseño que es el dueño de toda la riqueza nacional. Le enseñó a reclamar lo que le pertenece de hecho y de derecho. Ya el pueblo venezolano no es el invisible de los tiempos cuartorepublicanaos. El pendejo de antes. Ahora luce fuerte y poderoso. Ahora los lidercillos le tienen miedo. Porque saben que no lo pueden engañar.

Bien necio es quien piense que el pueblo venezolano es el mismo de hace 20 años. Las cosas para el pueblo cambiaron y cambiaron para bien.

TINTERO

Amigo invisible era también aquel intelectual y humanista brillante que veía el programa de Aturo Uslar Pietri. A lo mejor superior a él. Pero que no se apellidaba Pietri ni era amigo de los dueños de las televisoras. Al pan pan y al vino vino. Es más. Hoy hay intelectuales vergatarios revolucionarios en el mismo callejón.

americoarcadio@yahoo.com


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Américo Hernández


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