Nuestros Héroes Engrandecidos

En los tiempos de la IV Republica Venezuela estuvo a punto de convertirse en una tumba, sobre la cual ondeaban las banderas ensangrentadas por crímenes de los gobiernos de AD-Copey, contra dirigentes del PCV-MIR.

No cuenta la historia de otro partido político que haya perdido tantas vidas, de ínclitos barones como el Partido Comunista de Venezuela en post del bienestar de nuestra patria.

En el siglo pasado ninguna lucha gloriosa tuvo tantas victimas ilustres tan costosas, al comienzo de 1960, hasta finalizar los gobiernos de la IV Republica, donde el árbol de PCV, despojado de sus antiguos frutos, sacrifico también sus flores recién abiertas al temporal de la revolución que comenzaba a germinar.

Este pueblo no olvidará jamás la sangre vertida de estudiantes, obreros y campesinos, ejecutada por órdenes de los gobiernos AD-COPEY, donde asesinaron a la camarada Libia Gubernier, estudiante universitaria comenzando a vivir con sólo 19 años, derramo su sangre defendiendo la libertad que hoy disfrutamos a plena voz con el triunfo de la Revolución Bolivariana, comandada por el presidenta Chávez.

Igual a Libia corrieron la misma suerte en prisión, Fabricio Ojeda, Jorge Rodríguez, padre del alcalde de Caracas Jorge Rodríguez, reventándole el hígado a causa de torturas. Alberto Lovera profesor universitario, lanzado al mar con un pico de hierro colgando del cuello para que no flotara.

Al sociólogo, Victor Soto Rojas, hermano del hoy electo diputado Fernando Soto Rojas, y tantos miles de mártires como Donato Carmona, al caer prisionero, sus verdugos le ordenaron cavar su fosa, respondiéndole con valor y heroísmo, caven ustedes que yo sólo trabajo gratis para el Partido Comunista de Venezuela, fueron sus últimas palabras antes de asesinarlo y lanzarlo al mar.

¡Que heroísmo y valor de estos revolucionarios! ¡Que grandeza y sacrificio! Cuantos revolucionarios se contemplan a la luz de la historia. Entonces estos hombres. Estos compatriotas de la libertad se harán de una talla tan gigantesca que difícilmente hallaran símiles.

Ante aquel grupo de héroes que asombro a la IV República con el estruendo de su valor y la majestuosidad de su dignidad, de su resistencia y la grandeza de su constancia al enfrentar un gobierno con un poder bélico sabiendo que morirían , pero su muerte sirvió para castigar la felonía y la traición a la patria de Simón Bolívar.

¡Venceremos!


rangeljuan1@hotmail.com


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Juan Rafael Rangel Ortíz


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