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2 mayo 2017 - Lo anunció el presidente Nicolás Maduro en la celebración del 1º de mayo. La oposición no reconoce el llamado y mantiene su actitud beligerante. El periodista Marcos Salgado analizó los pros y contras de esta medida. "La expectativa del gobierno es calmar la presión interna, de la OEA y de los gobiernos de derecha que reclamaban elecciones", dijo.
Para Salgado, se trata, de una jugada "arriesgada" y "audaz", porque el gobierno venezolano sale "a medir fuerzas en un contexto de aguda crisis económica donde hay un malestar muy fuerte de los sectores populares de la población por la inflación, la falta de productos, y esto hace que haya una parte que ya no acompañe al gobierno". Además, "si vemos las elecciones de 2012, 2013 y 2015 hubo una pérdida de más de dos millones de votos para el chavismo. Sin embargo, no son votos que se puedan endosar a la derecha", añadió.
Por otra parte, destacó que "en este tiempo, la oposición tampoco ha demostrado en la Asamblea Nacional que esté dispuesta a tratar de resolver los problemas".
Según Salgado, "la representación territorial va a ser un punto importante. Si se interpreta la Asamblea Nacional Constituyente como el poder constituyente del pueblo venezolano, podría generarse un mecanismo de representación territorial que no necesariamente pase por partidos políticos, aunque los constituyentes pueden ser representantes de partidos políticos, o promovidos por estos".
La primera reacción de la oposición venezolana fue de rechazo y buscó instalar la idea de que Maduro busca disolver el poder legislativo. Especialistas aclararon que la Asamblea nacional coexistirá con la Constituyente. Salgado recordó que "la Asamblea Nacional Constituyente, después de redactar la nueva Constitución llamaría a una elección para que un nuevo poder legislativo y ejecutivo entre en funciones con la nueva Carta Magna, como se hizo en 1999".
En Voces del Mundo se entrevistó además al Doctor en Ciencias Sociales e investigador del Instituto Gino Germani de la Universidad de Buenos Aires, Eduardo Chávez Molina, sobre el Día Internacional de los Trabajadores.
"Para América Latina, el 1° de mayo ha ido más allá de la memoria continua de los mártires de Chicago. Es una fecha muy relevante en términos de derechos laborales, enmarcada en un contexto de grandes demandas de derechos, que va tomando distintos matices en cada país".
En cuanto a Argentina remarcó la tendencia a la "pérdida de ciertos derechos laborales", algo que se ve también en otras regiones del mundo, como Europa, donde se observa un proceso de "mucha flexibilización, pauperización y precarización de la clase trabajadora".
En este programa se comentaron las distintas marchas del 1° de mayo que hubo alrededor del mundo: las protestas en Puerto Rico, convocadas por organizaciones sindicales, estudiantiles y feministas, contra las medidas de austeridad impuestas por el gobierno; la marcha en México organizada por la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, que además anunció un paro los días 2 y 3 de mayo para pedir una revisión de la reforma educativa; las manifestaciones de los sindicatos en Francia, días antes de la segunda vuelta electoral y las masivas protestas en Chicago contra las políticas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
