(un reflejo fiel y exacto de mi País)

La bandera de Venezuela en Ecuador: ¡Qué dolor!

La Bandera de Venezuela, inspirada en la que adoptó el Congreso de la República de 1811 como pabellón nacional y símbolo de independencia, fue traída por Francisco de Miranda e izada en suelo venezolano por primera vez el 3 de agosto de 1806.

Recuerdo que desde que ingresé al Colegio Cristo Rey, por allá por 1976, en mi natal Ciudad Bolívar, nos enseñaron (casi que al caletre) el significado de los colores: El amarillo representa, en forma simbólica, las riquezas (el oro y las tierras fértiles) venezolanas. El azul representa al mar Caribe, que cubre las costas marítimas de Venezuela. El rojo representa la sangre derramada en las luchas por la Independencia.

Desde hace un par de años, debido a la condición de miseria que viven los trabajadores en Venezuela, tomé la dura decisión de migrar a Ecuador, país donde afortunadamente he contado con amigos y conocidos que de alguna u otra forma me han tendido la mano en los momentos más duros y angustiantes. Muchas lecciones de vida me han dejado estos dos años de estadía, pero por sobre todas las cosas, que la amistad, honestidad y la salud son los Dones más preciados que podemos tener.

El día viernes 2 de octubre 2020, realizando una actividad bancaria por el C.C. El Jardín, ubicado sobre la Av. Amazonas (una de las principales arterias viales de la Ciudad de Quito), y ubicado a una cuadra de la Embajada de Venezuela en este país, un compañero me indica: "mira, la bandera de tú país, que destrozada está, ¿será que no tienen dinero para una nueva?".

Levanté la vista a la parte alta del Edificio Comonsa N30-240, donde se ubica la Embajada, y efectivamente estaba ondeando nuestro pabellón nacional con los colores totalmente desteñidos:

· El amarillo, que en el pasado fuera resplandeciente como el oro del Callao, hoy luce pálido, casi que transparente, dañado por el mercurio que usan en la minería irresponsable que se ha desatado en toda la región del Estado Bolívar, sin ninguna supervisión ambiental, explotado por pequeños grupos afines al gobierno y por el pranato que azota esa región de Venezuela, bajo la mirada cómplice de los militares que se lucran de esa situación.

· El azul de nuestros mares, hoy día está entristecido, sinónimo de lo abandonado de nuestros puertos pesqueros porque no hay combustible para salir a pescar. Nuestros mares y playas en el presente sólo sirven para el deleite de la Boliburguesia u Oligarquía Criolla, como la definió Castro Soteldo (que cinismo). Las costas venezolanas son utilizadas para que arriben embarcaciones cargadas con la droga que se distribuye en las barriadas de mi país.

· El color rojo es casi que un rosado, goteando constantemente la sangre del venezolano que muere de hambre, de miseria, por la delincuencia y a manos de los cuerpos represivos de Maduro y Padrino López.

La guinda del pastel la ponen los harapos en que se convertido la Bandera, hilachas de tela cuelgan por un costado de la misma, como queriendo desprenderse de tan maltratado objeto. Reflejo de los millones de venezolanos que salen y quieren salir de nuestro territorio en busca de un futuro mejor para ellos y sus familiares.

La desidia en que se encuentra sumida nuestra querida Venezuela, dirigida por una clase gobernante de tipo Kakistocracia (gobierno formado por los más ineptos, los más incompetentes, los menos calificados y los más cínicos, de un determinado grupo social), se ve reflejada hasta en la bandera que ondea en las diferentes embajadas de nuestro país a nivel mundial.



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