Carta de un emigrante a un ser querido

Querido Amigo, espero que a pesar de las dificultades tus esperanzas se mantengan intactas, tu Fe inquebrantable, que la bendición de Dios esté contigo y que su luz ilumine tu vida y la de tus seres queridos. No sabes lo difícil que ha sido tener que abandonar el terruño que me vio nacer, ese lugar en el que crecí hasta hacerme hombre, ha sido duro dejar amigos como tú, la cultura, el ambiente familiar de esos domingos que permanecen grabados en mi memoria. ¿Sabes? me ha tocado recomenzar y reinventarme para ganarme la vida, y así buscar con fuerza y entusiasmo el futuro perdido en nuestro país. Sin olvidar mis orígenes y costumbres me ha tocado adaptarme a lo nuevo

Te confieso que nunca fue fácil tomar la decisión, es de valientes quedarse, pero también hay que tener mucho coraje para dejarlo todo y experimentar la desazón de la soledad y la tristeza. Dicen que hay días "buenos y malos" los buenos retratan en mí los mejores momentos de la infancia, mis días de universidad, aquellas alboradas hermosas, los atardeceres y las cosas ínfimas que siempre ignoré y desde la distancia valoro como nunca, también extraño mucho el calor humano de las personas de nuestro entorno, perfectamente aplica el adagio "Uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde" los días malos son aquellos que me muestran que las cosas aun no cambian y alejan más mi posibilidad de volver. Cosa que me entristece porque no existe un sueño más grande en mi vida que querer volver. He tenido que renacer en un país que no es mío y que jamás lo será, pero que me ha adoptado de una forma extraordinaria, donde me rodeo de gente amable y honesta, que demuestra cariño y aprecio, cosa que valoro mucho.

El dolor solo puedo soportarlo no perdiendo la esperanza de que las cosas algún día cambiaran. A pesar que la experiencia me enriquece cada día y que no volveremos a ser los mismos, aguardo la esperanza de reencontrarnos en ese lugar que nos parió, tierra de gracia la llamo yo, quizás por cariño, agradecimiento o tal vez orgullo, ese que sentimos cuando se refieren a nuestra idiosincrasia

No dejes de luchar a pesar de las adversidades, "camina por Fe" suele decirme mi madre. Y yo te quiero extender el consejo, No te detengas porque aun las cosas que deseas no llegan, recuerda que el tiempo de Dios es perfecto y seguro tiene un plan único para ti. Alimenta tu espíritu que es lo único que te mantendrá a flote en los momentos complicados y de desesperación, recuerda que para ser buenos y lograr grandes cosas amerita tiempo, el resto lo haces tú sabiendo que eres una gran persona, esforzada, luchadora y con gran temple

"Y pensar que te cubre el mismo cielo, y te ilumina la misma luna que observan las personas que tanto quieres, y que te toco dejar atrás" He vivido todo este tiempo con ese pensamiento en mi memoria, desde el día que decidí partir, parece que extraño más que lo que vivo, algo que frecuentemente me pasa es sentirme en un limbo, mi mente en esos lugares y personas que tanto quiero pero con el cuerpo en mi otro país. Es una especie de martirio que solo puedo soportarla diciéndome a mí mismo "las cosas cambiarán, todo pasará y llegará el momento de volver"

Emigrar es similar a morir y volver a nacer, dormir y despertar en un lugar desconocido o quizás haber recibido un golpe que te hizo perder el conocimiento, para luego ir asimilando todo poco a poco, así me he sentido, y en ese trajinar solo me ha tocado comparar lo nuestro con lo del nuevo país, comparo costumbres, cultura, modismos y hasta como caminan. Afortunadamente son personas como tú y como yo de carne y hueso con fortalezas y falencias, con criterio y sentimientos que a pesar de nuestra condición, me han recibido con los brazos abiertos.

Quiero que sepas que siempre oro a Dios por ti, para que te de la sabiduría necesaria de sortear los desafíos que se presenten en tu camino. Ojala tú también lo hagas por mí.

Tu amigo

 

jifersonsantiago@gmail.com



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