Antes de entrar en materia deseo agradecer y reconocer a Aporrea su amable y sorpresiva respuesta a mi artículo anterior, en cuyo texto dudé de su publicación; y digo sorpresiva porque somos los venezolanos los ciudadanos "protegidos" de la siempre no respuesta. Nunca nadie responde ni ha respondido a nada. El mutismo caracteriza nuestras instituciones y ni siquiera la tecnología que ha facilitado tanto las comunicaciones, parece útil a nuestro gobierno. Aporrea no sólo responde sino que enfatiza su rol como divulgadora de todos quienes no tenemos voz; de todos quienes deseamos plantear u opinar sobre lo que nos aqueja o nos de la real gana. Gracias Aporrea. Te deberían nombrar Defensora del Pueblo.
Y ahora voy a mi triste y vergonzosa historia de hoy que me ha hecho pasar días tragando harina y me ha colmado de pena ajena como observadora directa de lo imposible. Es que cuando ocurren sucesos a los cuales no estamos acostumbrados y nos ocurren tan cerca; ante nuestros propios ojos, no encuentra uno cómo explicarlo y más aún si los comparamos con nuestras propias circunstancias. Algo así como los encuentros cercanos del Tercer Tipo.
Imposible que suceda en el pais donde supuestamente existe un "gobierno protector" que regala bonos, aguinaldos y perniles y traslada en perreras "bonitas" a sus ciudadanos y en el cual se hace tremenda propaganda a algo tan normal como el pago de pensiones de vejez, que en otros países es sólo una rutina que no amerita titulares en relieve y a color como si fuese una concesión graciosa del gobierno.
Al grano: Creo que en otros artículos he expresado que mi esposo es inglés. Cumplirá 65 años el próximo 1 de Enero. El pasado miércoles encontramos en el buzón una carta de su Gobierno "imperialista perverso" y no protector, "invitándole" a solicitar su pensión estatal de vejez: "...le estamos contactando para dejarle saber que usted ha alcanzado la edad en la cual puede aplicar por su pensión estatal del Reino Unido....."; y luego continúan las instrucciones que debe cumplir para solicitarla a través de correo electrónico, correo ordinario o POR TELÉFONO!!!!!!!! Y todo ello luego de vivir por 30 años fuera de su país sin que lo tilden de limpia pocetas o traidor a la patria!!!! Y sin solicitarle documento de identidad, copia completa de todas las hojas del pasaporte, constancia de residencia, planilla de actualización de datos, Fe de vida debidamente apostillada en La Haya, último examen de sangre y orina, ADN, foto de frente y perfil que se vean las orejas y si posee o no mascota.
O sea..., no es que el fue a solicitarla; es que su gobierno se molestó en recordarle que ya le correspondía, no fuera que por estar residenciado en otro país, olvidase reclamar su derecho; sobre todo, si reside en un país con el cual Inglaterra haya suscrito un Convenio de Seguridad Social. ¿Esto del Convenio no les resulta familiar a los pensionados venezolanos residentes en España, Italia, Portugal, Argentina, Uruguay, Ecuador? Cualquier parecido con los pensionados venezolanos en el exterior si que sería una impensable coincidencia.
Comprenderán los pacientes lectores lo que sentí al leer esa carta siendo una venezolana que para obtener su primera cédula de identidad por allá por los años 60 tuve que dormir junto a muchos otros venezolanos en tienda de campaña en la Plaza Miranda frente a la antigua Diex rodeada de vendedores de chicharrón, chicha y chinchurria. En esa misma Diex me pidieron Bs.60.000,oo cuando solicitamos su residencia en Venezuela que no pagamos, por supuesto. Eran 60.000,oo del año 1988, ni fuertes ni soberanos.
Y como las cosas parece que no han cambiado mucho, comprenderán que sentí como PENSIONADA EN EL EXTERIOR a quien el gobierno "protector" nos debe tres (3) años de pensión de vejez; sin mediar explicación; sin respuesta de nadie; con correos electrónicos bloqueados; con teléfonos que nadie responde.
Pues yo estoy ahora escribiendo esto como la canción: sentadita en la escalera y no quiero ver a nadie en caso que se lea en mi frente que soy una "protegida" del gobierno venezolano y muerta de pena y estupor por ser hija de un país al que tanto defiendo pero lo que he recibido es abandono; ofensa e improperio de boca de su propio mandatario.
Yo le estoy enviando parte de esa carta a Aporrea, que aunque sé que no publica fotos ni documentos, pues aún así la remito porque debe uno demostrar lo que dice.
Mientras tanto, ya comienzo a leer en las redes posts de pensionados en el Exterior preguntándose y preguntando si habrá que presentar Fe de Vida y actualización de datos ante los Consulados venezolanos en el mes de Enero como siempre lo hemos hecho, para que continúen considerándonos bobos o, tal vez, para enterarse de cuántos han muerto en esta larga y cruel espera.
Mucho reflexione si escribir esto porque estas cosas me enardecen y suben la tensión, pero me decidí a hacerlo porque escribir es un gran desahogo y todo lo que me parece extra planetario he de compartirlo, pues me crea enormes dudas en mis comparaciones entre el imperialismo salvaje y el socialismo humanitario y protector.
El único que ha dicho algo al respecto y fue una tremenda mentira fue el mismísimo Presidente Maduro que vuelvo a citar aquí porque me encanta recordarla:
Qué triste e injusto. Será que alguien responda si se han robado nuestro dinero? Así se recorren los caminos para convertirnos en Potencia.
Iraida Blanco