Cierto que la historia se da su postín y envuelta en diplomacias ajenas retrasa la certificación de los pueblos; pero lo inesperado llega en justo, pues pueblos alzan su voz y desestiman se les subyugue al subestimarles su razón demócrata y su capacidad de hacer patria soberana. La diplomacia entendida bajo el yugo de un factor dominante indigna con su ignominia, y "Organismos" unilaterales fraguantes de tiranía como los existentes: OEA, ONU, OTAN, desgarran el uso de la libertad y los pueblos rechazan el denuesto de sus actos tendenciosos. La imposición no es ni será perpetuo, siempre habrá soberanía que hará lugar en la consciencia de los pueblos; y de ahí deriva la CELAC, es esa consciencia que acumula su cargo honorífico de dignidad, que se revela con irreverencia ante lo que se imagina poder impúdico de clases.
La lucha de clase es presencia del horror del oligarca. Venezuela escribe una página más de mucha decencia en los albores de su historia y da comienzo a trillar la afrenta de la pseudo-cracia que se instauró desde que se holló el suelo continental de éste, nuestro Sur.
Paciencia, mucha constancia para despertar el honor de los sometidos, que no son los pueblos, sino "gobiernos" tarifados, compuestos oligarcas que venden su patria. La revuelta del continente aúpa por originarias neo organizaciones y sus pueblos consignan la unión, lucha y batalla para su mejor victoria: CELAC.
Se esparcen graduales cenizas de la hegemonía agonizante del imperio lleno cada vez más de sus desesperos, angustias, de auto-intolerancias, de sentir el cercano fuego del crematorio que están significando los pueblos del mundo en rebelión, a los que ya no les asusta su rugir de vieja fiera herida. Que hoy otros gallos cantan: China, Corea del Norte, Irán y Rusia, y que los guerreros pueblos de la América Latina siempre dispuesto a la pelea contra opresión, despiertan de soberanía y de autodeterminación, que la digna Cuba se apostó con 56 años de firmeza para que sirvan de ejemplo ya tomado por la Venezuela Bolivariana que corre como pólvora liberadora por los pueblos del mundo.
El camino cierto al destino del Sur se está construyendo palmo a palmo, pueblo a pueblo y con gustoso sabor a libertad, y es tarea ineludible de la Revolución Bolivariana, que así sea, y que en paz llegue al feliz término democrático.-
Valencia, 29 de abril de 2017
