Maestras y maestros de Carabobo al borde de un paro regional

Una de las pocas instituciones del estado venezolano, que a duras penas todavía se mantiene en pie, pero empieza a derrumbarse, es el sub sistema educativo. Si algo cuida y proteje una nación moderna es su educación pública porque entiende que ella es el fundamento de todo su desarrollo cientifico y cultural. Pero es claro que para el desgobierno de Maduro y su protegido Lacava ese asunto no tiene ninguna prioridad. Es bien sabido, que una sociedad no está exenta de atravesar por crísis o quebrantos, como cualquier organismo vivo, pero es en tales circunstancias donde la educación demuestra su inmensidad en la solución que se requiere.

El abandono y la desinversión que ha aplicado, el gobierno de Maduro, en educación, obedece fundamentalmente al papel que se le asignó en los bien diseñados planes de destrucción de la Revolución Bolivariana y la transformación de Venezuela en una zona de caos.Era necesario y urgente para dichos planes destruir y borrar de la memoria colectiva los innegables avances que se habían logrado en la enseñanza pública con el gobierno de Chávez.Se suponía que este último quinquenio era de consolidación de los objetivos alcanzados en la educación popular con iguales repercusiones en el campo de la producción nacional, la ciencia,la tecnología y en la cultura de la sociedad en general.

Cuando Chávez planteo angustiado la consigna de comuna o nada ya se tenía teoricamente claro que la transición al socialismo era a través del estado comunal y en consecuencia la transformación educativa se llevaría, a cabo acorde con esta nueva geometría del poder.Era lógico entonces que a un nuevo estado democrático y popular le correspondiera una nueva escuela.

Pues bien, las herederas y herederos de Belén Sanjuán Colina y Simón Narciso de Jesús Carreño Rodríguez, necesitan de un salario justo que les proporcione la tranquilidad económica y el sosiego cognitivo que se requiere para ejercer el magisterio, un salario que cubra la canasta básica como lo establece el artículo 91 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Uno , que les permita,además, pagar los costes de investigación para actualizarse permanentemente y crear el conocimiento y elaborar las metáforas para enseñar, pero también es válido que reciban un salario que les sirva para satisfacer los gustos del espiritu junto con su familia.

Así mismo, las y los trabajadores de la enseñanza en Carabobo como en todo el país se merecen todo el respeto como personas y profesionales.El educad@r tiene ya suficiente con resistir cada día en las aulas con sus estudiantes ayudándolos a aprender para que también se les harte con comisarios politiqueros dedicados a ejercer presión e imponer la obligación de asistir, como borregos, a actividades de politiquería de un alto grado de mediocridad que ofenden la inteligencia del docente.

Cuando la educación queda atrapada en las manos y los intereses del burocráta pierde todo su sentido y se cosifica,se reduce a falsas estadísticas y procedimientos administrativos buenos para nada, sin correspondencia con la realidad y los objetivos nacionales trazados, pero falsedades que son útiles a estos, la burocracia, para mantenerse en su zona de confort, aunque el desarrollo cultural del país sea un desastre. En este sentido, l@s maestros están obligados a combinar las luchas por un sueldo justo, con la conquista de ambientes laborales y socioinstitucionales desburocratizados que faciliten y no obstruyan, la conciencia de emancipación que es el objetivo supremo de la educación. Debemos parar la destrucción de la educación.



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Arnaldo Aguilar Dorta


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