Carta Abierta al Secretario Sindical Nacional del PCV

Camarada:

Pedro Eusse

Secretario Sindical Nacional del PCV

Presente.-

Me es grato dirigirme a usted en estos momentos tan trascendentales para la vida de la patria, en la cual el pueblo trabajador está viviendo uno de los momentos más trágicos de su historia de lucha, después de la guerra de independencia, en especial por los estragos que viene produciendo la inflación inducida por el sector empresarial, alineado a los intereses del capitalismo transnacional.

El motivo de estas líneas es pedir a usted a modo de rogatoria se siga denunciando en el Diario Tribuna Popular de forma permanente las penurias y sufrimientos que padecen los trabajadores del Instituto Nacional de Capacitación y Educación Socialista (INCES) y que además de ser el resultado de la guerra económica declarada por los sectores burgueses detentadores del capital, se agravan por la gestión del ciudadano Wuikelman Ángel Paredes quien ha permanecido indiferente a las inquietudes del pueblo trabajador, muy por el contrario, lo que ha hecho es profundizar la desmotivación, la decepción y la tristeza que vivimos los trabajadores en el INCES.

Lo que sigue es la descripción de lo que a simple vista se puede corroborar con una visita anónima, no se trata simplemente de las observaciones críticas de un descontento más, se trata de una situación de ruina institucional producida por la indiferencia y la desidia de un equipo gerencial que no persigue los intereses de la revolución dentro del INCES, sino que sólo les preocupa su ascenso en la carrera política y para ello han sacrificado los más elementales derechos del pueblo trabajador, para utilizar los recursos que quedan para proyectarse frente al Presidente Nicolás Maduro.

En primer lugar, hay que destacar las condiciones de higiene, salud y seguridad laboral del INCES donde se vive un proceso de decaimiento progresivo y ello se manifiesta en que en muchas dependencias en especial en las Gerencias Regionales (son las dependencias del INCES en los Estados del país) no se les garantiza un servicio médico tal como lo ordena la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo. En cuanto al servicio médico que funciona en la sede principal en la Avenida Nueva Granada de Caracas, el mismo no cuenta con personal médico suficiente y en los actuales momentos se ha limitado el número de trabajadores a ser atendidos al día, además de la escasez de insumos .

Asimismo, no se realizan las pruebas médicas pre y post-vacacionales ordenadas en la LOPCYMAT antes mencionadas, lo que contrasta inclusive con la creación del Servicio de Seguridad y Salud en el Trabajo bajo la dirección del patrono y que tiene a su cargo dicha misión, sin embargo, la misma no se cumple.

En cuanto a los sanitarios, en las regiones la situación no deja de ser espeluznante por la condición de deterioro y falta de suministro del servicio de agua, lo que aumenta el riesgo de contagio de infecciones, además que ya no se suministran las respectivas toallas o papel higiénico y jabón tal como lo ordena los artículos 92 y 117 del Reglamento de las Condiciones de Higiene y Seguridad en el Trabajo vigente (G.O. ext 1.631 del 31-12-1973), dicha situación tampoco es ajena en el edifico del INCES sede en Caracas donde la única diferencia es que el servicio de agua no ha sufrido interrupciones.

En cuanto al agua potable para el consumo humano, tanto en la sede como en muchas regiones se limita o simplemente no se les suministra, en el caso de quien suscribe, en la sede, sólo pocos pisos disponen de bebederos, teniendo los trabajadores que subir varios pisos para recibir agua y en muchos casos a temperatura ambiente lo que contravienen normas legales en materia de seguridad y salud laboral, específicamente el artículo 84 del Reglamento de las Condiciones de Higiene y Seguridad en el Trabajo citado supra, el cual establece: "Toda empresa, establecimiento o lugar de trabajo estará provista de agua fresca y potable en cantidad suficiente para uso de los trabajadores".

Tampoco se cuenta con botiquines de primeros auxilios que permitan suministrar medicamentos a los trabajadores en casos de emergencia. Todo lo anterior contraviene lo establecido en las cláusulas 39 y 55 de la Convención Colectiva que rige en el INCES.

En cuanto a los espacios, los mismos se encuentran en una situación de deterioro crítico, por cuanto no disponen de adecuada iluminación y ventilación y ello porque no se han instalados los bombillos correspondientes ni tampoco se ha puesto en funcionamiento el aire acondicionado, teniendo el pueblo trabajador que laborar en condiciones que afectan su salud visual y corporal por estar sometidos a altas temperaturas y lo descrito se puede corroborar tanto en la sede principal como en las regiones, lo antes señalado, contraviene lo establecido en los artículos 122, 123 y 129 del Reglamento de las Condiciones de Higiene y Seguridad en el Trabajo ya citado. Las condiciones narradas en las anteriores líneas, contrastan con las que se observan en piso 12 del INCES donde tiene su asiento el Consejo Directivo de la Institución, donde sí funciona el aire acondicionado, hay suficiente iluminación, tienen agua potable y fría, sí disponen de papel sanitario y jabón y las letrinas son desinfectadas diariamente.

En segundo lugar, tenemos el servicio de comedor, beneficio contemplado en la cláusula 33 de la Convención Colectiva del INCES publicada en Gaceta Oficial extraordinario N.º 6.268 de fecha 26-10-2016, el cual extiende el beneficio no sólo al personal administrativo y obrero (fijos, contratados y obreros), sino también a los jubilados y maestros técnicos productivos (personal docente del INCES), pues bien, en el caso de la sede, el servicio se presta con regularidad, sin embargo, ha sido objeto de interrupciones y también no han sido pocas las quejas del personal por las cantidades insuficientes con que se dispensan las porciones en el plato, además de los malos tratos por parte del personal de la contratista que labora en el comedor y las condiciones de higiene de los utensilios.

Pues bien, en la mayoría de las regiones, el beneficio se encuentra suspendido de forma permanente y en otras, cuando se he reanudado de forma intermitente, se les niega el almuerzo al personal jubilado y docente de la institución alegando insuficiencias presupuestarias.

En tercer lugar, tenemos el servicio del transporte de la sede en el cual se traslada a los trabajadores que viven en zonas foráneas (Valles del Tuy, Altos Mirandinos, Vargas, Guarenas-Guatire, Caricuao y El Junquito), siendo que el mismo es constantemente interrumpido por el patrono alegando razones economicistas (ej. que no hay dinero para repuestos o que no hay recursos para pagar el servicio privado, entre otras), sometiendo a los trabajadores a un calvario para poder trasladarse a sus puestos de trabajo. En las regiones, la situación es más infeliz todavía por cuanto en ninguna de las dependencias estadales del INCES se les ofrece a los trabajadores alguna forma de traslado para poder aliviar el martirio que implica gastar en pasaje así como las permanentes incomodidades que se padecen al utilizar el transporte público.

Cabe destacar que en todas las dependencias del INCES, tanto en la sede principal como en las regionales, el parque automotor funciona solo el 1% del total de los vehículos y las cuales son utilizadas únicamente para trasladar al personal gerencial (Gerentes Regionales y Presidente del INCES), siendo que la Ley de Bienes Públicos vigente establece en cabeza de los cuentadantes de los organismos públicos, la obligación de mantener en buen estado de uso y conservación los bienes que tengan a su cargo, sin embargo, esto es omitido abiertamente por las autoridades del INCES.

En cuarto lugar, tenemos el beneficio de Hospitalización, Cirugía y Maternidad, prestación contemplada en la cláusula 41 de la Convención Colectiva que rige las relaciones de trabajo en el INCES, el cual es insuficiente en los montos de las coberturas y ello por la realidad hiperinflacionaria que vive nuestra patria, ya en sucesivas oportunidades el patrono ha decretado aumentos de las coberturas pero siempre se quedan cortas en relación a lo que realmente cobran las clínicas privadas por servicios médicos.

En quinto lugar, algunos trabajadores vienen denunciando ser víctimas de acoso laboral por parte de Jefes de División, Gerentes Regionales y Gerentes Generales quienes buscan el retiro forzoso de dichos trabajadores inclusive por vías de hecho al margen de la ley. La persecución se profundiza y agrava cuando se trata de trabajadores que gozan de fueros especiales, tales como maternidad o fuero sindical o también cuando se niegan a asistir a algún evento partidista, lo que viola de forma grosera los derechos fundamentales garantizados en nuestra Constitución, especialmente los artículos 76, 87, 93 y 95 de nuestra carta política.

Para agravar la situación, no son excepcionales los procedimientos de destitución o de calificación de despido intentados contra esta categoría de trabajadores en los cuales se realizan las formas sacramentales del procedimiento para dar la apariencia de haber garantizado el debido proceso y derecho a la defensa, pero en el fondo de la controversia, la decisión ya está tomada desde el inicio del procedimiento, sin que se valoren de forma justa e imparcial los alegatos y probanzas de descargo del trabajador querellado.

Adicionalmente, se han venido realizando jornadas de formación al personal directivo, gerencial y supervisorio sobre todos los aspectos relativos a los procedimientos disciplinarios para sancionar al trabajador y retirarlo de forma "legal" de la institución, tales como calificación de despido, destitución y amonestación (cabe recordar que según la Ley del Estatuto de la Función Pública, es causal de destitución el haber sido objeto de tres amonestaciones en el lapso de seis meses) y a dichas jornadas se le han dado la más amplia publicidad por las redes sociales de la institución a fin de amedrentar a los trabajadores.

Inclusive, se han sofisticado los métodos de represión para tratar de acallar la protesta y cauterizar las conciencias, siendo que los accesos a la plazoleta de las sede han sido restringidos y cuando hay rumores de protesta establecen cercos policiales, en los que se llegó hasta el colmo de lo intolerable de amenazar con arresto a un representante de SINTRAINCES que estaba acompañando a los trabajadores del INCES-Vargas por protestar por las condiciones inhumanas de trabajo en la región litoral a las cuales hasta el día de hoy, se encuentran sometidos.

En sexto lugar, no se puede dejar de mencionar una situación que resulta a todas luces odiosa al sentido de igualdad y respeto a la dignidad humana que debe prevalecer en una sociedad socialista y es la relativa al uso de los ascensores en el INCES sede, siendo que en el edificio existen cinco ascensores de los cuales tres están destinados al personal para trasladarse de un piso a otro, uno de carga y otro para el personal de alto nivel, pues bien, en la actualidad el ascensor del personal de alto nivel se encuentra sin funcionar y en lugar de realizar el mantenimiento correctivo, inhabilitaron el ascensor de carga para el resto del personal siendo de uso exclusivo para el Presidente Wuikelman Ángel Paredes y miembros del Consejo Directivo, situación que que se empeora porque desde hace más de tres años otro de los ascensores de uso general está inhabilitado lo que deja sólo dos ascensores para el uso de los trabajadores y labores de carga, teniendo todos que presenciar a los abuelos que están jubilados, trabajadoras en estado de gravidez y personal en condiciones especiales tener que soportar largos lapsos de tiempo para poder abordar los dos únicos ascensores disponibles, mientras que los funcionarios del Consejo Directivo se trasladan cómodamente y ni siquiera permiten que los trabajadores aborden dicho ascensor de carga.

En séptimo lugar, la mayoría de las dependencias del INCES se encuentran técnicamente desmanteladas, ya que no se le suministra al personal desde hace más de dos años, material e insumos para trabajar (hojas, insumos de escritorio, entre otras). Asimismo, no se dispone de fotocopiadores e impresoras para trabajar, resultando irónico que mediante orden administrativa se ordenó el uso de medios digitales y ni siquiera se haya implementado en la institución una plataforma tecnológica adecuada.

Otro tema que cobra relevancia y que se constituye una tarea pendiente es el de los concursos de ingreso a la carrera administrativa, toda vez que los mismos no se han efectuado desde el año 2005, constituyéndose la nómina de forma mayoritaria por personal contratado y obrero, necesario es destacar que nuestra Constitución establece en el artículo 146 que los cargos en la administración pública son de carrera y que el ingreso a los mismos serán por concursos. En el caso de los contratados, el artículo 37 de la Ley del Estatuto de la Función Pública sólo permite la vía del contrato para tareas altamente calificadas y por tiempo determinado, nunca para cubrir cargos permanentes o para constituirse en una vía de ingreso a la carrera administrativa.

Para cerrar la presente exposición, no se puede dejar de mencionar el poco impacto que ha tenido la gestión actual del Presidente del INCES en el poder adquisitivo del salario de los trabajadores en los que los sueldos realmente rayan en el umbral de la miseria, ya que los incrementos decretados por el Ministro Elías Jaua los cuales se extendieron a los entes adscritos al Ministerio del Poder Popular para la Educación fueron aplicados en el INCES con más de tres meses de retardo, lo que refleja desidia por parte de las actuales autoridades del INCES. Es importante señalar, que tampoco han gestionado las actuales autoridades del INCES, beneficios sociales para los trabajadores, tales como mi casa bien equipada, bolsas de comida u otros de naturaleza similar, que permitan aliviar las carencias del pueblo trabajador, muy por el contrario, se han realizado ferias de venta de carnes, embutidos y vegetales pero a precios especulativos, como por ejemplo en la feria del pollo donde el kilo llegó a venderse en 3.050.000,00 Bs.

Es por todo lo anterior, que solicito a usted que sea denunciando por ante los medios de comunicación revolucionarios, en especial, Tribuna Popular, la condición de deterioro progresivo y continuado que vive el INCES y ello es cónsono con la línea de acción y pensamiento que ha desplegado el Partido Comunista de Venezuela a través de la historia, en especial durante el gobierno de Eleazar López Contreras, Marcos Pérez Jiménez y los gobiernos genocidas del Pacto de Punto Fijo, quienes aplicaron una política de exterminio contra luchadores sociales del PCV y otros movimientos de izquierda, es más, no se pude olvidar en el año 89 como los partidos políticos en Venezuela guardaron cómplice y criminal silencio ante la invasión de Panamá por parte de tropas norteamericanas, mientras que el PCV denunció de manera radical la acción injerencista e intervencionista del gobierno estadounidense.

Negar o restringir espacios a las diversas voces del pueblo trabajador en los medios de comunicación revolucionarios es fortalecer la hegemonía de las burocracias itinerantes que con apariencia de ser revolucionarios, lo único que dejan a su paso es la destrucción y empobrecimiento de los trabajadores y que no tienen como interés principal sembrar revolución para sumar, sino más bien quitar del camino a todos aquellos que puedan amenazar sus privilegios de clase dentro de la administración pública. Sin otro particular y agradeciendo su generosa comprensión, se despide,

SINTRAINCES SECCIONAL SEDE.



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