El patrón tiene un amplio mundo de maniobra para el desarrollo de sus bajos instintos de impunidad en el cumplimiento de la normativa laboral en su actividad productiva.
Entre las prácticas más comunes y fáciles de aplicar, entre otras, está la corrupción de los directivos sindicales, de la masa trabajadora y del funcionario público. En el caso de las y los trabajadores al patrón le resulta fácil por: 1) la relación obrero-patronal es favorable a los intereses del patrón porque es dueño de fábrica, del capital y de los medios de producción. 2) no existe cultura del trabajo ni sindical en la masa obrera y 3) el obrero(a) por tal nivel cultural tiene muy poca autoestima, se menosprecia.
Con tales premisas el obrero(a) entra a una entidad de trabajo y en base a las cuales, para tratar que dichas condiciones les sean favorable a sus intereses, tomando en cuenta experiencias de grupos solidarios del área, opta por organizarse en sindicato.
Originariamente el sindicato es una formula organizativa antigua que surge ante la necesidad de proteger a la masa trabajadora de la explotación, por tanto debe ser para defender los intereses del y la obrera. Si esta es la función del sindicato, indudablemente que el patrón no se cruza de brazos ante la realidad sindical e inmediatamente pone en acción sus múltiples recursos para impedir el trabajo sindical y quebrar moralmente a los directivos sindicales, a la vez que atemoriza a la masa trabajadora.
Por su parte los trabajadores, en cuanto a recursos para la lucha solo tiene 3 elementos muy importantes que conforman su fuerza: 1) unidad de acción, 2) leyes laborales y la constitución; 3) conciencia social y moral.
La fuerza sindical se hace vencedora e indestructible cuando la tres variables anteriores se mantienen inalterables, firmes y consecuentes en la defensa de los intereses de la clase obrera. Hoy, por ejemplo en ALUCAPS, esta fuerza está debilitada porque hace tiempo los directivos sindicales juegan para el lado del patrón y moralmente entraron a formar parte de los bajos fondos del vicio, la entrega y la traición en lo que la empresa como arma es experta en manejar. Con esta son dos directivas sindicales que la empresa ha convertido en vulgares agentes mercenarios al servicio de la patronal.
Si bien es frecuente este accionar mafioso de la gerencia de ALUCAPS, no es menos cierto que no logra envenenar a todo el colectivo obrero, puesto que, por ejemplo, en los actuales momentos emerge una fuerza sindical dispuesta a la lucha para rescatar la moral, la dignidad y al sindicato de las garras del entreguismo y la traición, así como combatir la chismografía como arma mediocre para dirimir las peleas intestinas entre los trabajadores mismos; unos por complacer y obtener las miserables migajas y prebendas del patrón. Otros que se dan por Colgarse y jalarle a un liderazgo mediocre mercenario y traidor en decadencia, es terminar como tornillo aislado que no le sirve al patrón, ni al líder mercenario ni siquiera a quien utiliza infelizmente la herramienta de la jaladera.
También el miedo está presente en ALUCAPS, existe y es mal compañero porque refleja ante el patrón y el mercenario sindical mucha debilidad y enorme facilidad para manipular al momento de hacer una maniobra o un negociación. Por último amigos de Alucaps Andina, cuando la mediocridad y lo chabacano de una conciencia envenenada por la patronal choca contra la moral revolucionaria y clasista de una cultura sindical bien fundamentada, como es el caso de algunos directivos sindicales que se enfrentaron a la gente de FUSBEC y ofendieron cobardemente a Julio Polanco, presidente de la federación; se recurre al gastado estilo de la chismografía y el desprestigio.
Le decimos a los desesperados mercenarios sindicales traidores de Alucaps que EL LIDERAZGO DE FUSBEC ESTA CURADO Y BLINDADO CONTRA ESTAS DESVIACIONES DEL BAJO MUNDO PATRONAL. NO EN VANO FUSBEC ES REFERENCIA DE DIGNIDAD SINDICAL EN VALENCIA.
