Cada dos años las cúpulas nacionales y regionales de estos sindicatos se reúnen para pactar a espaldas del gremio y vender las más legítimas demandas de un sector que, a pesar de algunas conquistas en el ámbito académico, es el que más padece los embates de la crisis económica que atraviesa el país. Ni coaliciones de derecha, ni fuerzas magisteriales de izquierda garantizan la protección de los derechos colectivos e individuales de los docentes dependientes del Ministerio PP de Educación. Son abismales las diferencias entre el Sector Educativo y otros sectores de la sociedad venezolana. No ha habido Contrato Colectivo alguno, que haya logrado disminuir esa brecha, ni transformar el arcaico Instituto de Previsión Social (IPASME) en un verdadero sistema integral de protección del docente, mientras tanto se incrementan los contratos con Empresas Privadas de Seguros y aplican el descuento sin autorización a los maestros.
Desde los sindicatos más pequeños tutelados por la oposición hasta los más grandes de "tendencia oficialista", se manejan como corporaciones al servicio de oportunistas que hace tiempo perdieron la perspectiva y la vocación de maestros. Los agrupados en coalición se les desconocen los estatutos que los rigen, sin embargo vemos como promueven la ilegalidad, movilizando docentes en horarios laborales a las Asambleas Estatutarias y eligiéndolos, como delegados de centros de trabajo, sin tener afiliación sindical.
En el caso de la denominada Fuerza Magisterial en Barinas se limita a un logo, con muchos directivos pero, sin sindicato y, sin la influencia que en un tiempo tuvo dentro del gremio, el propio cascarón vacío. En un sector donde pululan los dirigentes, pero carecen los beneficios es imperativo que surja desde sus bases una verdadera organización que exprese sus más sentidas necesidades y que más allá de servir de plataforma electoral de zurditos y derechos, sea el motor fundamental de las verdaderas transformaciones que necesita el sistema educativo venezolano, cada día más permeado por la anarquía y la mediocridad de esos dirigentes. Los docentes en Barinas necesitamos una organización cuyo principio de dirección sea colectivo y no cupular, que sea una Escuela Formadora de Conciencia de Clase, que sea autónoma, democrática y participativa Y que aporte ideas para estructurar para un sistema educativo para la liberación y no una oficina de reclamos como funciona actualmente.