Luchas obreras en la transición al capitalismo de estado en la Venezuela de Maduro

Noam Chomsky al hablarnos de Socialismo nos define éste en palabras muy sencillas: “Hay muchas versiones del socialismo pero todas tienen en común un valor central: quienes producen deben tener el control de la producción. Los trabajadores deben controlar las fábricas, los campesinos deben controlar las tierras que trabajan y también sus comunidades. El socialismo visto así es una forma extrema de democracia…”, a manera de crítica, el observador Chomsky, precisa una de las debilidades de nuestra revolución: “En Venezuela los cambios han sido guiados desde arriba. Los cambios que se imponen desde arriba son inherentemente peligrosos, nadie lo duda. De modo que es necesario moverse hacia situaciones en las cuales las misiones, las cooperativas y otros programas sociales tengan una autoridad real y no solo la que les confiere el gobierno. Teóricamente Chávez lo piensa así, pero ese pensamiento tiene que hacerse realidad”. (Entrevista: Las esperanzas de Noam Chomsky y Dos Postdatas, Aporrea, 07-03-2011). No tenemos referencia alguna de que nuestro Comandante Infinito, Hugo Chávez, se haya referido a Chomsky en términos de crear dudas sobre su concepción revolucionaria, de ser manipulado por el imperio u otros conceptos que le desacrediten ante la opinión pública venezolana y, en particular, la revolucionaria, todo lo contrario, Chávez era un camarada abierto a la crítica más descarnada, un hombre abierto al debate y la confrontación de las ideas. Que aquella crítica hecha por Chomsky, “los cambios se imponen desde arriba” haya cambiado en algo, NO, todo lo contrario, se ha acentuado. Ahora, se habla de “gobierno de calle”, según el cual al pueblo se le consulta directamente de diversas situaciones que, en su comunidad, les afectan. Bufa obra de teatro ésta, al final, es el Presidente Maduro y su gabinete, quienes deciden qué hacer y no hacer. Son las élites quienes definen las políticas, los de abajo inciden muy poco en las decisiones del auto llamado “gobierno obrerista”. El Pueblo, solo es parte del público que aparece en los medios públicos, nada distinto del público que lo hace en los programas de entretenimiento que nos presenta la mediática burguesa, para aplaudir y gritar, al compás de un director que les marca las pautas de cuando aplaudir y cuando gritar.

Abajo, cada burócrata le da un toque distintivo al llamado “gobierno de calle”. El ministro de educación universitaria, profesor Pedro Calzadilla, aprecia que el “gobierno de calle” consiste en reunirse con los Consejos Universitarios, las élites de cada universidad, sus colegas; mientras que, el ministro de finanzas, profesor Nelson Merentes, aprecia que el “gobierno de calle” es reunirse con los empresarios exportadores y resolverles su gran preocupación que, no viene a ser otra, sino facilitarles la puesta en sus manos de los dólares, propiedad de todas y todos los venezolanos. La apreciación formulada por Chomsky en 2011 adquiere, dos años después, tal notoriedad que, si la dijera, de seguro el Presidente Maduro en su reprensión lo asociaría con Obama y todo el aparato mediático-financiero-militar que dirige el imperio de EEUU. Tal cual, hiciera recientemente con algunos intelectuales de izquierda que vienen realizando observaciones a su forma de gobernar.

Pero, como bien afirma Chomsky, si el Socialismo persigue como fin último la entrega del poder político a quienes producen, la clase obrera, ¿por qué se han acentuado las luchas obreras?, ¿por qué hay tanto descontento en filas obreras con quien dice denominarse: “gobierno obrerista”?. Nuestro Comandante Infinito Hugo Chávez, tenía claro la respuesta a esa pregunta, así lo expresaba en encuentro con trabajadores y trabajadoras de la Patria: “El capitalismo es incapaz de solucionar sus contradicciones estructurales y, a medida que pasa el tiempo, se van agravando las grandes contradicciones que no tienen solución en el marco del capitalismo. La única solución es trascender el modelo capitalista, marcado por la lógica perversa del capital hacia el modelo socialista, signado por la lógica del trabajo. El trabajo, el conocimiento, la igualdad, la justicia social representa la única forma de solucionar el drama y el salvajismo del capital y el capitalismo”. (Conmemoración de los 10 años de la Promulgación de la Ley de Tierras y la derrota del Paro Patronal, Teatro Municipal de Caracas, 10-12-2011). Las soluciones de nuestro Comandante Infinito, Hugo Chávez, eran claras como el agua de manantial: “Les decía a los trabajadores, a los líderes obreros, les he dicho en algunas partes, donde hay producción de materia prima, como Sidor, Pdvsa, esos grandes conglomerados obreros donde hay bastante peso social, tecnológico económico, en una nueva etapa a la que estamos entrando, hay que empujar los tiempos. Tenemos que ayudar a conformar nuevas unidades productivas. (…) Nosotros no hemos podido todavía dar un salto o dos o tres adelante para establecer una cadena de procesamiento de la madera y carpinterías y fábricas de camas, de muebles, de no sé cuántas cosas, utilizando esa madera. No lo hemos hecho; la CVG no ha podido, Proforca no ha podido. Hasta que no le entre la clase obrera, eso no se va poder, porque no depende, no hay voluntad suficiente en la gerencia de esas empresas; no la hay. El control obrero siempre y cuando los trabajadores tengan claro hacia dónde es que va el control obrero: la revolución socialista, y no control obrero para adueñarse de las empresas y tragarse todas las ganancias o echarlas a pérdida, porque esa es la otra cara de la moneda, el egoísmo, el capitalismo. (…) Tengo muchas frustraciones en el tema de la clase obrera, sindicatos, sindicaleros, sindicalistas, esto y aquello, mentiras y más mentiras, vicios y más vicios, porque hay que ver el daño que hizo la CTV y Acción Democrática y todos aquellos sindicatos viejos. Corrompieron la clase obrera; a buena parte de ella la corrompieron a los líderes y no sólo a los líderes obreros, a los líderes…”

El Comandante Infinito, Hugo Chávez, nunca estuvo ausente de los padecimientos de la clase obrera, así ante los sicariatos de líderes obreros en 2008, se manifestaba irreverente en defensa de la clase obrera: “Durante la toma de posesión del recién elegido gobernador de Aragua por el PSUV, Rafael Isea, el presidente venezolano Hugo Chávez ordenó una investigación completa del asesinato de los tres dirigentes sindicales en ese estado y amenazó con nacionalizar cualquier empresa que violen los derechos de los trabajadores. Insistió en que “no quedaría ningún crimen impune, ni este ni ningún otro”, explicó que los asesinatos de los dirigentes Richard Gallardo, Carlos Requena y Luis Hernández era un acto del sicariato, un asesinato político. Haciendo referencia a la planta procesadora de leche Alpina, de propiedad colombiana, dijo que “esa empresa debe ser investigada. Es una empresa de propiedad extranjera donde luchan contra los ataques de la empresa. He ordenado una investigación de las acciones de esta empresa”, y añadió, “porque hay empresas en otras zonas del mundo que contratan asesinos contra los dirigentes sindicales y campesinos, ahora quieren traer esas prácticas aquí. ¡No podemos permitir esto en Venezuela! Debemos luchar enérgicamente contra eso”. Más tarde en el mismo discurso Chávez mencionó los conflictos sociales y económicos en Aragua y pidió que le pusieran al día de la lucha de los trabajadores de Sanitarios Maracay: “todas esas empresas donde hay problemas con los trabajadores, que si no les pagan a los trabajadores, donde los empresarios explotan a los trabajadores o si la empresa tiene que cerrar y no le paga a la gente, o se endeudó y no puede pagarle a los trabajadores, bueno, hay que rescatar a esas empresas, nacionalizarlas”. Añadió que: “eso es lo que es el socialismo, la propiedad social de los medios de producción”. (Chávez ordena investigar el asesinato de los 3 sindicalistas, Jorge Martín, 03-12-2011).

Hemos extendido las citas a nuestro Comandante Infinito, Hugo Chávez, para que tengamos claro, como él tenía bien claro, de qué lado estar en cuanto a elegir entre el capital y el trabajo. En tiempos de Maduro, las cosas parecen haber cambiado de manera radical. Atrapado por una burocracia sindical que él mismo ayudó a conformar y, que hoy le exige sus cuotas de poder en el aparato de Estado burgués, acceder a las ganancias; una burguesía que, estando al tanto de su postura de avance al socialismo, su postura menchevique, etapista, que prevé la construcción de un capitalismo de estado, a partir del cual industrializar el país y, desde allí, avanzar en la construcción de una nueva sociedad, la postcapitalista, le viene exigiendo más y más reivindicaciones por su aporte en la construcción de ese capitalismo de estado, más y mayor tasa de ganancia del capital, lo que se revierte en la desvalorización del factor trabajo, al cual solo les quedarán las migajas de la repartición de la renta petrolera. La transición, como le llamamos, no puede ser una etapa de paz y convivencia entre las clases en pugna: la burguesía y el proletariado.

Ya el proletariado, en todos sus niveles ha arreciado sus luchas, apenas el pasado jueves eramos partícipes de una marcha de la Unión Nacional de Trabajadores y Trabajadoras, la ÚNETE, vanguardia de las luchas de las y los trabajadores de la Patria, quienes se dirigían hacia el MINTRASS para hacer la conversión del Pliego que introdujeran en Noviembre de 2012, de Conciliatorio a Conflictivo. Como era de esperar, un pelotón de la Policía Nacional los esperaba en vez de quienes proclaman ahora el “gobierno de calle”, qué mejor escenario para realizar tal política que la proclamada por el Presidente Maduro que una marcha de trabajadores y trabajadoras. Pues, no fueron atendidos/atendidas por la burocracia del MINTRASS. En contraposición, en el sitio se incorporarían saboteadores de oficio con un solo objetivo: propiciar violencia entre trabajadores y trabajadoras. Tal es el papel que esa burocracia sindical, de nuevo cuño y, que tantas frustraciones le causaran al Comandante Infinito, Hugo Chávez, se le ha asignado en este gobierno. Ni ministros/ministras o funcionarios de nivel medio se acercaron a dialogar con las y los marchistas, solo oficiales de la policía se acercaron para servir de intermediarios entre éstos y aquellos que se autoproclaman como parte del “gobierno obrerista” del Presidente Maduro. En respuesta, camaradas trabajadores y trabajadoras de Carabobo se quedarían pernoctando en las afueras del ministerio del trabajo hasta que los recibieran las y los funcionarios gubernamentales, el “gobierno de calle” al parecer no quiere nada con la clase obrera.

Entre las denuncias que vienen a formular los camaradas trabajadores de Carabobo está el caso de la detención arbitraria de 8 trabajadores de la empresa CIBETCHI, Empresa Mixta China-Venezolana, detenidos por el SEBIN en complicidad con el patrono, a los cuales los mantienen incomunicados y amedrentados. Detenidos solo por, defender sus reivindicaciones. Así es, quién lo dijera, tal cual se hacía en la cuarta república. Denunciaban también, el asesinato hace apenas un mes atrás, del camarada trabajador José Gregorio Morón, quien fuera líder obrero de la planta de la POLAR en San Joaquín, sin que, a la fecha, se hayan abierto investigaciones. A Lorenzo, ni con el pétalo de un rosa, pareciera ser la instrucción oficial.

En la Venezuela de estos tiempos, luchar por sus derechos, organizarse en sindicatos, proclamar la huelga como derecho, hacer paros, exigir mejores condiciones de vida, mejores salarios, han pasado a ser exigencias contrarrevolucionarias, golpistas y güarimberas. A quien las proclame, si no le hacen el sicariato material, el asesinato; se van, con el sicariato moral en el cual, los medios públicos y privados, juegan un papel determinante para propiciar la muerte moral del dirigente sindical. Los sindicatos que proclaman su independencia con respecto al aparato de Estado burgués, en transición al Capitalismo de Estado, no le va mejor por hacerlo, al proclamar su independencia, la intolerancia burocrática pronto le pondrá todas sus trabas para “convencerlo” que abandone esa idea, su independencia; si quiere hacer elecciones se las sabotean, mientras al sindicato patronal se las facilitan. Si pretende discutir contrato colectivo, se les aparta de las discusiones y se impone el sindicato patronal. O se pliega al patronalismo o fenece, pareciera ser la consigna de la burocracia sindical de nuevo cuño que actúa como lo hacían las mafias de los años 30 en los EEUU y, más reciente las mafias de la CTV.

El Presidente Maduro se reúne con líderes obreros y les solicita un informe sobre la situación en la industria cementera, se activa la tecnoburocracia y pronto los vínculos con el aparato represivo del Estado, el SEBIN, se hacen efectivo contra los camaradas trabajadores a quienes el Presidente Maduro les solicitara su opinión sobre la situación en que se encuentra la industria cementera. Las denuncias no se hacen esperar: “Hoy le toca nuevamente a ORLANDO CHIRINOS, Secretario de Organización de SINTRACEL, Coordinador Nacional de ANTRACEM y Coordinador de UNETE-LARA, quien recibió llamadas telefónicas de presuntos funcionarios del SEBIN citándolo a una reunión, justo en los momentos en que se anuncia al país la elaboración de un informe técnico nacional para ser entregado al Presidente Nicolás Maduro.” Continuó el vocero de los trabajadores cementeros. “Ratificamos desde ANTRACEM, desde la UNETE que si algún funcionario del SEBIN o de cualquier otro cuerpo de seguridad, requiere información de nuestro compañero Orlando Chirinos, aquí estamos todos los integrantes de ANTRACEM, todos los trabajadores cementeros y el resto de los trabajadores militantes de UNETE”. (Nota de Prensa ANTRACEN-ÚNETE).

A finales de los años 80, el movimiento estudiantil se convirtió en la vanguardia de las luchas de calle, tal cual hoy, lo es la clase obrera. Terroristas, era el término preferido por los gobiernos de entonces, para definir a quienes luchaban contra las políticas de privatización de la educación, de cercenamiento de las reivindicaciones de las y los estudiantes. La policía, la Disip y hasta la Guardia Nacional, eran los disuasivos por excelencia que utilizaba el Estado burgués y sus gobiernos de AD y Copei para frenan las luchas estudiantiles. En tiempos de Maduro, el SEBIN la Guardia Nacional y el canal 8 se han convertido en los disuasivos. A finales de los 80, las luchas estudiantiles preanunciaron el fin de la cuarta república, el caracazo y años después el 4 de febrero y el 27 de Noviembre, las insurrecciones militares. Las luchas obreras de comienzos de esta década del siglo XXI, se convierten en el aldabonazo de nuevos tiempos por venir, la lucha actual será entre capitalismo de estado o Socialismo. La unidad de la clase obrera es la tarea más urgente en esta hora de definiciones.

Recordando a Marx: “Mientras que los pequeños burgueses desean que la revolución termine lo antes posible y alcanzando a lo sumo las metas señaladas, nosotros estamos interesados, y ésa es nuestra tarea, en que la revolución se haga permanente, en que dure el tiempo necesario para que sean desplazadas del poder todas las clases más o menos poseedoras, el proletariado conquiste el poder y la asociación de los proletarios, no sólo en un país, sino en todos los países prominentes del mundo entero, se desarrolle hasta acabar con la competencia entre los proletarios de estos países, concentrando en manos del proletariado, por lo menos, las fuerzas decisivas de la producción.” Y, con Marx a nuestro Comandante Infinito, Hugo Chávez: “Hay que elevar el nivel de batalla de la clase obrera, hay que elevar el nivel de los objetivos de la clase obrera. El gran objetivo de la clase obrera tiene que ser hacer la Revolución Bolivariana y construir el socialismo Bolivariano, el socialismo venezolano junto al pueblo; elevemos la mirada, elevemos el espíritu, elevemos el corazón de la clase obrera… Yo me hago permanentes revisiones, a conciencia, porque muchas veces alguien pudiera tener, sin darse cuenta, en el subconsciente, ideología pequeñoburguesa, siendo un obrero, un trabajador, siendo un hombre, una mujer del pueblo… La Revolución Bolivariana desde ese punto de vista así lo digo, debe proletarizarse; la ideología del proletariado debe regarse por todos nuestros espacios; la ideología transformadora, verdaderamente revolucionaria y superar corrientes pequeñoburguesas… (que) terminan siempre siendo contrarrevolucionarias”.


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Henry Escalante


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