16 agosto 2018 - El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2011) está indignado con la sumisión del Gobierno de Michel Temer ante Estados Unidos (EEUU), dijo su exministro de Relaciones Exteriores, Celso Amorim.
"El tiempo en que un representante de EEUU venía a dar órdenes aquí ya había pasado, pero ahora está volviendo; el expresidente está indignado con la entrega de nuestra soberanía, que amenaza a Petrobras y a los bancos públicos", explicó Amorim, según un comunicado del Partido de los Trabajadores (PT).
El excanciller hizo estas declaraciones en Curitiba (sur), poco después de visitar a Lula en la Superintendencia de la Policía Federal, donde está preso desde el mes de abril.
Hizo referencia a la visita a Brasil esta semana del secretario de Defensa de EEUU, James Mattis, que incluyó a Brasil como primera parada en su primer viaje a Latinoamérica.
"Lula recordó todos los esfuerzos que hizo para integrar América Latina; ahora eso está siendo destruido por acciones de algunos países", lamentó el exministro del Partido de los Trabajadores (PT).
Según el exministro, el líder brasileño está muy preocupado con el rumbo de la región, y "con la persecución y judialización de los gobiernos y líderes populares, como Rafael Correa en Ecuador y Cristina Kirchner en Argentina".
En su encuentro, Amorim también aprovechó para entregar al exmandatario un ejemplar del libro "La verdad vencerá", que el Papa Francisco firmó y dedicó a Lula durante un reciente encuentro con él en el Vaticano.
El pontífice escribió: "A Luiz Inácio Lula da Silva, con mi bendición y pidiéndole que rece por mí".
El 16 de agosto también visitaron a Lula en la cárcel su número dos en la carrera electoral, el candidato a vicepresidente, Fernando Haddad, y el premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, que reiteró que Lula debe ganar el mismo galardón por haber sacado a millones de personas de la pobreza.
El 15 de agosto el PT formalizó la candidatura de Lula para las elecciones de octubre, para las que parte como favorito en todas las encuestas.
Sin embargo, es poco probable que pueda presentarse, dado que la ley brasileña veta las candidaturas de condenados en segunda instancia.
