Amenazados de muerte Elton Jhon y Hugo Chávez

“Elton John must die”.

 Así rezaba el cartel que portaba Neil Horsney, vecino de Atlanta, blanco, de bigotes inmensos y sombrero a lo cowboy.

 “Elton John debe morir”.

 Al estilo kukuklán, pidió sin alcanzar la millonésima parte de cobertura de haberlo dicho por la FOX, la principal cadena televisiva de Estados Unidos o por CNN. Y si usted lee el mensaje puede entender que está manifestando un deseo y no necesariamente anunciando una condena o su disposición a ejecutarla.

 Pero en todo caso, es obvio que su deseo es en sí una amenaza y una incitación al homicidio.

  Reginald Kenneth Dwight, cantante británico de música pop, mejor conocido como Elton John, quien tiene entre otros méritos el de haber vendido 37 millones de copias de un sencillo, lo que no ha logrado otro cantante, declaró recientemente a la revista Parade lo siguiente:

 “Creo que Jesús fue compasivo, super hombre gay inteligente que entiende los problemas humanos. En la cruz perdonó a las personas que le crucificaron. Jesús quería que estuviéramos de amor y perdón”.

 Ese juicio, emitido para una revista de amplia circulación en los Estados Unidos, que se ocupa de la vida, sentimientos y opiniones de gente del mundo del espectáculo como el inglés, motivó al señor Horsney, quien no protestó con un cartelón improvisado sino de muy buena factura y mediante un video de You Tube, a afirmar que el cantante “es un pervertido”.

 La policía le detuvo bajo la acusación de incitar a delinquir y una autoridad, uno supone pertinente, le impuso una fianza de 40 mil dólares. La magnitud de la cifra, sensiblemente alta, que debe pagar el señor Horsney, para ser juzgado en libertad, habla de la opinión de la autoridad competente, acerca de la gravedad del asunto.

 Esto pone en evidencia la hipocresía de la “justicia” y autoridades norteamericanas, que mientras de esa manera actúan frente al señor Horsney, quien al parecer violó la ley, amparan a Luis Posada Carriles, más que presunto responsable de haber volado un avión con más setenta jóvenes pasajeros a bordo.

 Esa misma autoridad y justicia ignoraron el delito cometido por el venezolano Orlando Urdaneta, cuando siendo entrevistado por un canal de televisión de Miami, expresó su deseo que un comando se trasladase a Caracas y le diese unos tiros al presidente. Y pese a eso, el trasgresor, no sólo no fue detenido, sino que allá sigue amparado.

 En la misma ciudad norteña estuvo o está todavía, bajo protección oficial, el señor Rafael Poleo, después de haber incitado a delinquir, como el señor Horsney; en este caso el personaje a quien habría que matar también es el mismísimo presidente de la República de Venezuela. Aquel, a través del canal Globovisión, expresó que el presidente moriría como Hitler, guindado con la cabeza hacia abajo.

 Ahora mismo, autoridades competentes – Fiscalía y tribunal de justicia-  de Venezuela han decidido detener al señor  Oswaldo Alvarez Paz, por haber declarado mediante un canal de televisión, no con una pancarta, sino un discurso, señalando responsabilidad del gobierno en un hecho punible. Llegó afirmar, sin exhibir prueba alguna, pero con la intención de provocar alguna reacción política, que nuestro país es “un santuario del narcotráfico”. Y al presidente acusó de ser “cómplice activo o pasivo”. Con lo que quiso decir que nuestras autoridades amparan el maléfico negocio que se inicia en Colombia, aprovechando la probada incompetencia oficial del vecino país para impedirlo y termina en las calles de Norteamérica y Europa. Pero de esto último, que bien conoce el más distraído de los habitantes de este planeta, no hablan esos personajes como Alvarez Paz.

 Pero lo que al caso viene, es que la oposición de aquí, sus patrocinadores y aliados del norte - lo que incluye autoridades estadounidenses - y al otro lado del Atlántico especialmente en España, la SIP, Comisión de Derechos Humanos de la OEA y otros organismos internacionales, califican las gestiones contra esas acciones cometidas contra Venezuela, dentro de ella o fuera, en la forma y fondo parecidos a los del señor Horsney – porque incitan al delito y ponen en peligro la vida de seres humanos – como atentados a la libertad de expresión. Las de los venezolanos son simples opiniones a las que la gente tiene derecho.

 Es como si uno pensase que el señor Horsney, quien se exhibió por un medio de comunicación como You Tube, no profirió una amenaza e incitó a delinquir, sino que expresó una respetable opinión.

 El señor Elton John, es un distinguido cantante, compositor y pianista, ubicado por la revista “Rolling Stone” en la lista de los 100 mejores artistas de la historia, pero por encima de todo es un ser humano y eso vale mucho; su muerte provocaría un dolor muy grande entre la gente sobre todo en sus admiradores. Hugo Rafael Chávez Frías, además de su condición humana, es el líder de un pueblo que le ha entregado su destino y está dispuesto a seguirle a costa de los mayores sacrificios. Su muerte por retaliación política no sólo provocaría dolor y lágrimas, sino también efectos incalculables.


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Eligio Damas

Militante de la izquierda de toda la vida. Nunca ha sido candidato a nada y menos ser llevado a tribunal alguno. Libre para opinar, sin tapaojos ni ataduras. Maestro de escuela de los de abajo.

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