Trump y Biden empleados en aprietos, pero hijos del imperialismo

"Lo que es malo en moral,

también es malo en política."

Rousseau

 

José Martí, el apóstol de la revolución cubana dejó en una carta dirigida a su amigo Manuel Mercado, una expresión para recordar mientras exista el imperialismo: "Viví en el monstruo y le conozco las entrañas y mi honda es la de David" eso fue por allá en 1895, desde esa fecha, hasta nuestros días son varios los disparos ejecutados por cuanto gobierno se instala en lo que hoy se conoce, como la Casa Blanca –desde 1901– todo por someter a pueblos enteros para apoderarse vilmente de sus riquezas y para estas operaciones han utilizado a personajes salidos de la más rancia oligarquía yanquis –Trump y Biden– y cuando cambian de táctica es porque preparan sus títeres al estilo de un Guaidó o una María Corina, que no pueden regresarse, ni sabiendo del abismo que los espera, porque servil es servil, así, se encuentre en un confesionario.

Todos tienen varios puntos de coincidencia, pero Trump y Joe Biden, tienen la edad y el dinero en dólares, más la terca obsesión de seguir en la Casa Blanca, como si estuvieran reservando el hospedaje en un asilo de ancianos, pero todos sabemos, que a esa funesta casa de planificación criminal no llega cualquier principiante y menos limpio del bolsillo, porque el único y verdadero requisito, es tener una hoja de servicio en defensa de los poderosos y cuentas bancarias con los recursos suficientes para presentarlos, como aval para poder representar a las grandes corporaciones, porque al final son las que manejan los hilos del negocio y entre más ganancias genera es mayor las agresiones, ya que, la misma cadena familiar entra a formar parte de las charcas putrefactas de la corrupción.

Trump (77) y Joe Biden (81) forman parte de la peligrosa tempestad, que constantemente vive agitando el imperialismo en todo el mundo, por un razón muy sencilla: los gobiernos estadounidenses y el mismo aparataje se alimenta de guerras y cuando no pueden desatarlas, recurren a verdaderos títeres a través de voceros, que por mucha bulla al comienzo, terminan callando, porque no dicen nada novedosa, si no el mismo libreto a través de una "chuleta", como pasó recientemente con el Juan González, quien desapareció para esperar el preciso instante, cuando lo vuelvan a llamar a incitar a través de otro papelito, como las mismas amenazas contra el gobierno del presidente Maduro y el proceso bolivariano.

El imperialismo se encuentra en un fase muy enredada, ya que, las dos opciones visibles a la presidencia –hasta ahora– están tan cuestionadas, que al colocar las pancartas y tendones para la promoción de las candidaturas de estos personajes, más de uno los van a ver para terminar espantados, porque representa la continuación de las guerras, ya que, están más aptos para una película de terror, que para seguir dirigiendo la presidencia de los Estados Unidos y para variar al que siguieron en la lista: Barack Obama, ahora anda haciendo el papel de San Nicolás –ver para creer– por supuesto los niños pocos saben de sus andanzas políticas avalando guerras amparado en el poder de las armas y en disparates panfletarios para amenazar a Venezuela, como lo dejó plasmado en lo que se conoce, como el "decreto Obama" ¡Venezuela es una amenaza inusual y extraordinaria! El cual sentó las bases jurídicas, políticas y administrativas para la imposición de medidas coercitivas unilaterales contra Venezuela.

Trump y Biden, están demostrando, como con el paso de los años las fieras políticas al servicio del imperialismo, nunca bajan la cabeza, así, ocurrió con el reciente fallecido Henry Kissinger, porque sencillamente están defendiendo sus propios intereses económicos y además se convierten en los muros de contención para colocar en el camino y tratar de opacar el faro de luz de la rueda de la historia, representado en el socialismo al servicio de la humanidad. Los últimos movimientos confirman la ferocidad del gran capital, cuando un Javier Milei, sacó la motosierra para terminar de descuartizar la economía argentina, pero para esto se está apoyando en la prometida dolarización, con el cual busca enterrar las garras del imperialismo en ese país, para luego utilizarlo, como puente económico. Lo único que falta es saber, si lo van a dejar hacer lo que le dé la gana, porque aquí en Venezuela, el presidente Nicolás Maduro, desde hace rato levanto la mano con la palabra STOP para que lo entiendan muy claro, ya que, la soberanía se respeta y lo estamos enseñando con el reclamo justo y urgente del Esequibo.



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Narciso Torrealba


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