Al canciller colombiano Fernando Araujo no le tembló el pulso al asociar a nuestro comandante con las fuerzas armadas revolucionarias de su país, creando la matriz de opinión de que nuestro líder indiscutible es el guía ideológico del movimiento guerrillero de nuestros vecinos. Pisando suelo imperial, declara al mundo esto, y luego aparece el teatro de que su propio jefe (el presidente Uribe) lo regaña públicamente por sus declaraciones como si lo hubiera hecho solitariamente. Todo esto forma parte de una misma estrategia mediática de gritar algo al mundo y luego desdecirse, como si no hubiera una intención premeditada al respecto. Todo esto forma parte del Plan Colombia reeditado con más de 3500 Millones de dólares para armamento bélico que las fuerzas regulares de la oligarquía colombiana usará contra su propio pueblo, y especialmente contra los pueblos que han decidido ser libres y soberanos, especialmente Ecuador y Venezuela, con quienes limita sus fronteras. Todo sigue la línea trazada por la dictadura que gobierna desde Washington y pretende dividir a los países sudamericanos que a través del ALBA se van integrando con programas y valores socialistas. EEUU, México y Colombia se unifican con Perú en un solo bloque que trabaja contra la revolución socialista latinoamericana. Recientemente Uruguay y Brasil han aparecido junto a Guatemala reforzando al imperialismo yanki. Chile mantiene una socialdemocracia que no llega a socialismo, y está más lista a obedecer al Tío Sam que al grito de emancipación del pueblo Mapuche. Sólo Argentina, Bolivia, Ecuador y Venezuela conforman pueblos que tienen clara sus metas hacia la integración sudamericana y siguen las pautas fijadas hace 200 años por nuestro Libertador Simón Bolívar. En el Caribe Cuba comanda la histórica lucha contra el imperialismo, y se van sumando lentamente pueblos que deberán integrarse al ALBA como Haití, Jamaica, y otros países de las Antillas que tienen que quitarse el yugo de la corona inglesa. En Centroamérica Nicaragua toma la batuta para refundar una revolución interrumpida por los asesinos a sueldo como John Negroponte. Todo este movimiento popular sudamericano luchando por la dignidad y la soberanía está enloqueciendo al imperialismo. Por esta razón, sus lacayos empiezan a chillar en los ámbitos internacionales creando matrices de opinión que confunden. Alteran y tergiversan la realidad política de nuestros pueblos sublevados al yugo imperialista. La estrategia mediática de atacar a nuestro comandante desde diversos escenarios sigue una pauta geopolítica del imperio, es la lógica imperial contra nuestra lógica revolucionaria socialista y bolivariana. El gran Cervantes en El Quijote escribió: “Los perros ladran, Sancho, señal que cabalgamos”. Quiere decir en lenguaje refranero que al imperio le duele la revolución bolivariana. ¡No pasarán! ¡No volverán! ¡Fuera Bush! ¡Viva Chávez! ¡Hacia el fortalecimiento del poder popular! ¡Viva la revolución socialista y bolivariana!
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