Cara a cara con el eterno agresor

"No es posible cambiar todo aquello a lo que te enfrentas,

pero nada puede cambiar sino hasta que lo enfrentas"

James Baldwin

El panorama se le sigue oscureciendo al gobierno de los Estados Unidos, adentro y afuera de su territorio, al no poder enfrentar los graves y agobiantes problemas creados precisamente por el gran capital y sobre todo en su fase superior el imperialismo, donde las grandes corporaciones tienen la última palabra y por muchos intentos de dialogo, se sabe que, los movimientos de último momento, provienen de los cambios experimentados en todo el mundo. Se acabo definitivamente la hegemonía imperial para dar paso al mundo multipolar, donde se presentan gobiernos reclamando sus derechos con respeto, para poder enfrentar los grandes y complicados enredos de la humanidad.

La última noticia difundida por algunos medios llama a suspicacia: ¡funcionarios de la administración de Joe Biden se encuentran en Venezuela, nuevamente para dialogar! ¿Por qué tanto interés? ¿Cuál es la verdadera razón para haber dejado la careta de ogro, para presentarse, como si fueran unos mansos corderitos? Esto motiva a tener muy en cuenta la expresión del "Che" Guevara: "Al imperialismo no se le puede creer ni un tantico así" Y menos después de haber utilizado miles de recursos en dólares intentando por todas las vías posibles sacar violentamente al presidente Nicolás Maduro. Ahora, recurren a la supuesta diplomacia y al diálogo, pero manteniendo al payasito de Guaidó, como una táctica mediática, como si fuera una bandera, para seguir con el recordatorio en medio de la hipocresía, que, siempre los ha caracterizado; utilizaron a ese personaje y se le desgastó, y ahora, cuando la presencia es casi nula, vuelven a sacarlo a la exhibición a través de los medios en sus frustradas intentonas por"revivirlo".

Apenas llegó la delegación para hablar, apareció el embajador –uno de los designados para la conversa – recibiendo en su despacho al Guaidó, el motivo o propósito no asusta a nadie, pero hay que tomarlo en cuenta ¿Cuántas conchas de mango les han puesto a gobiernos y al primer resbalón actúan descaradamente? Las sanciones aplicadas contra el gobierno de Nicolás Maduro de manera criminal en plena pandemia del Covid-19, siguen causando pérdidas, y aún, eliminándolas no se pueden borrar fácilmente del pueblo venezolano, ya que, tenían un fondo y propósito muy bien calculado a través del chantaje y las amenazas buscando rendirlo por hambre.

Los últimos movimientos desatados, como una verdadera tempestad dejan al descubierto la fragilidad y vulnerabilidad de la economía de los Estados Unidos, a pesar de vanagloriarse, hasta hace poco de ser la primera potencia en el mundo, pero a la hora de proteger los capitales de los grandes magnates, el golpeado es precisamente el de abajo, y ahora en mayor proporción, porque la desigualdad se ha ido acelerando al perder una de sus fuentes de ingresos y recursos a través del saqueo invadiendo pueblos. ¿Quién puede olvidar lo que hicieron con Irak, con un argumento tan falso, propio de la capacidad mental del mandatario prestado para esta macabra acción?

El imperialismo se la juega, y no precisamente en un par de dados, como en el poema de Ernesto Luis Rodríguez (Voy jugando a Rosalinda). Ahora, con unas condiciones adversas por el surgimiento de un nuevo orden mundial, todos los intentos por obtener riquezas provenientes del saqueo se convierten en verdaderos bumeranes. El conflicto Rusia-Ucrania, quisieron aprovecharlo aplicando medidas, con la esperanza de las ganancias y los resultados en el propio Estados unidos, se han convertido en una verdadera calamidad, empezando con una alza sin precedente en los precios de la gasolina, lo que ha hecho retroceder al propio Joe Biden, que, a pesar de sus repetidos desvaríos, sabe el peligro de una revuelta, como la del pasado reciente por un motivo muy diferente, pero forma parte de los atropellos al pueblo estadounidense.

Ver para creer, si no los permiten los medios por la importancia que tiene. El diablo pidiendo diálogo ¡cosa rara! Pero no le queda otra, si no conversar a ver si consigue algo para salir del enredo en el cual se encuentra metido; eso sí, sin hacer mucha bulla, porque un eterno guapetón de barrio, inflado, armado y con dinero no es posible verlo en un callejón, con la salida muy estrecha y todo parece indicar, que, entre más actúa, más queda al descubierto y los gobiernos que se guindaron a todos los designios del señor "omnipotente" –el mismo imperialismo de ayer, hoy y siempre– han sumergido a sus propios pueblos en verdaderas aguas turbulentas, y no les queda otra: si no seguir arrastrando la pesada cadena, con la cual el señor Biden los metió en el lodazal en sus intentos por hacerle ver a la humanidad los falsos cambios experimentados, cuando la verdad no es otra: están moviéndose desesperadamente, como una fiera herida, buscando aire en medio de su prolongada agoniza, el cual presagia un peligro inminente para la humanidad. Con estos representantes se encuentra el gobierno, cara a cara siguiendo las reglas de la diplomacia y hasta donde lo permitan los eternos agresores.



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Narciso Torrealba


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