Invasión estadounidense a Panamá

Cercano a casi unos 30 años de este hecho, cuando el 20/12/1989 un operativo nocturno sorpresa del ejército de los EEUU, mediante un acto de extremada e injustificada violencia, denominado "CAUSA JUSTA", tomó por asalto a la ciudad de Panamá con el propósito de capturar al general Manuel Antonio Noriega, presidente de Panamá, prófugo de la justicia, solicitado por el delito de blanqueamiento de capitales producto del narcotráfico. Constituyó una acción bélica llevada a cabo contra una población desprevenida, completamente, que contó con los armamentos más sofisticados para aquel momento y un contingente de tropas muy elevado –unos 25000 soldados-.

Sin embargo, el objetivo fue, realmente, mantener bajo su control el canal onteroceánico y alejar a Japón la posibilidad de trabajar en el proyecto de ampliación del mismo, cuya negociación la inició el general Torrijos y la había continuado Noriega, pues dicho paso constituye un arma estratégica de EEUU para su presencia en América Latina, a fin de reforzar su política expansionista en la bísqueda de recursos energéticos y minerales, muy abundantes por Suramérica; específicamente, en Venezuela por sus reservas probadas en el subsuelo.

Además de las tropas acantonadas, regularmente, en la zona del canal, bajo órdenes del Comando Sur, participaron, entre otros: la Séptima división de infantería proveniente de Fort Ord-California; un batallón mecanizado de la quinta división de infantería acantonada en Fort Polk-Luisiana; una brigada de la 82 División aerotransportada de Carolina del Norte y unos dos batallones rangers.

El armamento empleado en ese país fue el mismo que se utilizó en el golfo Pérsico.

Desafortunadamente, en Colombia operan bases militares EEUU, con tropas de asalto, que actuarían sobre Venezuela, arrojando un saldo muy cruento y depresivo, aunque la decisión se fundamente en el Art. 187 numeral 11º CRBV o por ingreso del canal de ayuda humanitaria.

El enfrentamiento FANB VS INVASOR sería de violencia extrema, cruenta y extenuante, a causa de un ultranacionalismo exacerbado.

Aunque caminemos en medio de angustias, el Señor nos da vida, extendiendo su brazo para salvarnos del furor de nuestros enemigos, pues su mano derecha nos libera (salmo 138,7).



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