Gracias, Mr. Trump

Ante el asedio bélico a nuestra República Bolivariana de Venezuela, por parte de la industria armamentística internacional, encarnada por Donald Trump, actual presidente de los Estados Unidos, nos toca reasumir y reaprender los modos de pensar y de hacer Política. Se trata de una coyuntura histórica prevista desde hace mucho, que no obstante su intensificación y su inminencia, nos permite reencontrarnos como pueblo con un proyecto histórico en pleno proceso de creación. De este modo, el ataque directo, cercano, de imperios y de sus acólitos contra nuestro país, lejos de traer el efecto que ellos buscaban (amedrentamiento, desesperanza, rendición), ha contribuido a que reafirmemos posiciones, valores, búsquedas, en el sentido siguiente:

1. La manifestación de un sentimiento colectivo antiimperialista y anti intervencionista de gran parte de la población, más allá de partidos, de movimientos sociales, y más allá incluso del chavismo. Se trata, por un lado, de reafirmar el proyecto histórico heredado del Comandante Chávez, pero también –si atendemos a los no-chavistas-, se trata de redimensionar un sentido patriótico, nacionalista, que parece ser un terreno que podemos cultivar de manera conjunta, incluyente, en el futuro.

2. La muestra de una unidad férrea al interior de nuestras Fuerzas Armadas, de los altos mandos y de la tropa en general, en respaldo a la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, de los poderes constituidos, a la historia libertaria de nuestra Nación.

3. La presencia de una colorida afirmación de solidaridad mundial hacia nuestro proceso histórico en desarrollo, por parte de presidentes de naciones, congresos, movimientos sociales, organismos internacionales, personalidades, que valoran no sólo nuestras búsquedas históricas, sino el sentido de que los procesos mundiales se efectúen dentro del marco de los dispositivos legales correspondientes y atendiendo a esquemas éticos de equidad y solidaridad.

4. Conjuntamente con lo anterior, las actuales circunstancias históricas han favorecido que grupos minoritarios que pretendían asumir el "chavismo auténtico", intentando ubicarse en un centro inexistente, hayan emprendido un acercamiento a las alianzas que vibran más con sus verdaderos intereses.

En fin, asumimos la ironía que representa un supuesto agradecimiento al Presidente Trump, por permitirnos reagrupar nuestras fuerzas para impulsar cada vez más el proyecto sociohistórico Constitucional que nos convoca. Para ello, hemos de afianzar estrategias de unidad más allá de lo político-partidista, incluso más allá de lo ideológico como dogma, hacia un nacionalismo sano e incluyente, entre partidos, movimientos, organizaciones populares, sectores civiles, militares, de la mano con estrategias de articulación y de integración con otros pueblos y sociedades, en lucha constante contra los troyanos internos que sólo favorecen intereses personales y dañan de muerte el proceso. Podemos asumir esta circunstancia de guerra para reaprender la lucha, para potenciar los modos de defensa y repotenciar los avances societales, para pensar en escenarios más incluyentes y diversos, para generar nuevas teorías y modos inéditos de mirarnos y mirar nuestras posibilidades históricas.

 

juliovaldez055@gmail.com



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