Los chinos y los rusos vienen por Chávez

El asedio total que el imperio le ha decretado al gobierno bolivariano, mas los garrafales errores que éste ha cometido en la conducción de la cuestión económica de la nación, llevaron obligatoriamente al presidente Maduro a agarrarse del clavo ardiente chino-ruso, a fin de garantizar la continuidad de su mandato. El presidente intentando salir del infierno está bailando con el diablo.

La crisis estructural del capital reflejada objetivamente en la caída de la tasa de ganancia del capitalismo occidental, desde la octava década de la pasada centuria, ha encontrado en los países liderados por China, un refugio para revertir la tendencia decadente de la tasa de ganancia, aprovechándose de la baratura de la mano de obra china y de los demás países emergentes. Hoy el capital productivo generador de plusvalor está localizado en el Sur, lo que impone una transición hegemónica del Atlántico Norte al Pacífico y la región euroasiática.

Sin embargo, las leyes de la acumulación del capital que obligaron al capital noratlántico a emigrar hacia China y hacia otros mercados emergentes, comenzaron a operar también en el proceso de acumulación de capital sino –ruso, decretando en éste la llamada "enfermedad japonesa". En otras palabras, la gran inversión en capital constante buscando el incremento de la productividad de la mano de obra, lo que significa un aumento bestial de la composición orgánica del capital, comienza a surtir efecto en la economía china, con su consabida caída de la tasa de ganancia. En consecuencia, la voracidad de esta capitalismo por los recursos naturales, más el interés de hacerse de estos recursos de la manera menos costosa posible, empujan al capital chino a disputarle al capital occidental anglo-yanqui-sionista, las riquezas naturales en todo el escenario planetario. La transición hegemónica hacia el Pacífico es la concreción de dos capitalismos que se enfrentan por su propia supervivencia.

En atención a lo expuesto, Venezuela resulta uno de los escenarios donde se está peleando la transición en comento; cuestión que resulta aún más complicada porque aquí se libra un enfrentamiento entre un proyecto nacional-revolucionario y el imperialismo noratlántico. Lo inédito del conflicto político venezolano actual, es que aquí están confluyendo varios enfrentamientos inter-burgueses nacionales e internacionales, a saber: 1).-la división de la burguesía occidental entre continentalitas y globalistas; 2).-el enfrentamiento entre la burguesía occidental y el bloque de Shanghái; 3).-La rebatiña por la renta petrolera entre la vieja burguesía criolla y la recién llegada burguesía roja-rojita vestida de verde oliva y 4).-la disputa entre la burguesía roja-rojita y el imperialismo occidental. Por supuesto, a esto debemos sumarle un conflicto político adicional: el enfrentamiento entre el capital y el trabajo en el escenario nacional. Este es el agudo tinglado de lucha de clases que se lleva a cabo en el territorio nacional y en el cual, el presidente Maduro debe navegar para sostenerse en el poder.

Para el gobierno bolivariano, la ayuda china resulta un clavo ardiente por cuanto, tanto los camaradas chino como los rusos vienen fundamentalmente por la riqueza natural del país y para ello exigen que se entronice en nuestro marco jurídico el régimen inglés petrolero, es decir, el acceso sin pagar renta del suelo, a los recursos naturales del Arco Minero del Orinoco. A tal efecto, el capital sino-ruso está exigiendo nada menos que la derogación de las siguientes leyes creada por el genio político del Comandante Chávez: La constitución bolivariana de 1999; la ley petrolera del 2001, y la ley del trabajo. En otras palabras, se trata de borrar el legado chavista concerniente a la valorización tanto de la mano de obra nacional como de nuestros recursos naturales.

Ante semejantes exigencias del bloque de Shanghái, el presidente Maduro a cedido importantes bastiones de nuestros derechos sobre la riqueza del subsuelo, tales como la recién aprobada Ley de Inversiones Extranjeras, las Zonas Económicas Especiales y el decreto petrolero 3.368; amén de que no sabemos cuáles son los términos contractuales y fiscales que se han firmado con este bloque para explotar el petróleo y los minerales del Orinoco.

Frente a esta arco de fuerzas internacionales del capital, el presidente Maduro debe seguir negociando con el bloque sino-ruso pero teniendo en mente, el legado del presidente Medina Angarita, quien aprovechó las contradicciones interburguesas de su tiempo, para lograr grandes avances en la conquista de la soberanía petrolera de la nación. Si el gobierno madurista entrega la soberanía de nuestra riqueza natural a los chinos-rusos, entonces el comandante Chávez aró en el mar.



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Humberto Trompiz Vallés

Historiador y profesor universitario jubilado, especializado en historia petrolera de Venezuela.

 htrompizvalles@gmail.com      @trompizpetroleo

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