Desde hace meses analistas vienen alertando la necesidad de acometer acciones en la frontera con Colombia y Brasil que son utilizadas para justificar la "intervención humanitaria", una operación que justifique la ocupación militar de la frontera venezolana con el objetivo de crear una cabeza de playa donde instaurar el gobierno paralelo. Un eslabón del "falso positivo" perfecto que propicie la guerra entre dos naciones, pueblos y ejércitos hermanos.

Lo plantean con descaro, con un dejo chantajista, usan el miedo como disuasivo, a la vez estimulando a Estados Unidos a invadir Venezuela como si esa fuera la opción más natural, responsable y necesaria, una posición que contradice los propósitos de los acuerdos suscritos por los gobiernos latinoamericanos de crear en la región una zona de paz en la que está enmarcada el propio proceso de Paz colombiano. Almagro sabe todo eso porque él suscribió como canciller del Uruguay la Proclama de América Latina y el Caribe como zona de paz, en el último día de sesiones de la II Cumbre de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) celebrada en La Habana en el año 2014.

El peligroso show de Luis Almagro es desafío a la paz en latinoamerica

La reciente visita y show del secretario general de la OEA, Luis Almagro, en la frontera colombo-venezolana tiene varios propósitos. Entre ellos, la de llamar la atención del "problema" que significa el ingreso masivo de venezolanos a Colombia y viceversa, una mezcla de mentiras y medias verdades que intenta demostrar que una de las fronteras más transitada históricamente a diario en ambas direcciones hay que hacer algo que lo impida, como tumbar "tirar" al gobierno de Nicolás Maduro, palabras textuales del más alto funcionario de la OEA en su visita a Colombia y en la Cumbre por la "Democracia" realizada en la ciudad de Miami, estado de la Florida.

Un doble racero sobre el problema migratorio de la región que expresa cuanta hipocresía e intereses oscuros están detrás de utilizar este argumento, cuando Colombia es el país que mayores desplazamientos internos y externos tiene de su población tanto hacia Venezuela como hacia los países vecinos, originado por el conflicto interno, situación que ni la OEA ni EE.UU por eso mismo motivo han propuesto tumbar, "tirar", como dice Almagro al gobierno colombiano de turno. Si fuera así quedarían acéfalos la mayoría de los países africanos, árabes y por su puesto los latinoamericanos.

Llama la atención, como de manera sospechosa en la Guajira colombiana tropas de Estados Unidos que hacen vida en las bases militares de ese país estén "socializando" con la población, realizando operativos de atención a la salud, actividades deportivas y otras de carácter "humanitario" que intentan mejorar su imagen ante la población indígena de la zona que sufre la inacción histórica de las instituciones colombianas. ¿La pregunta es por qué realizan estas acciones humanitarias en este momento sino lo habían hecho nunca?

Estas tropas aprovechan que la población hace vida del lado venezolano porque comparten su territorio ancestral, arraigo familiar y una relación histórica con Venezuela. La verdadera crisis humanitaria la viven los guajiros del lado colombiano que para recibir identificación, alimentos, salud y educación pasan del lado venezolano donde son atendidos con igualdad y reconocidos también como venezolanos.

Con mucho cuidado debemos atender esa zona porque allí podrían crear un falso positivo intentando demostrar que la crisis está del lado venezolano. Las fuerzas militares estadounidense están realizando una operación encaminada a crear las condiciones para ocupar una parte del territorio de la Guajira colombo-venezolana que les permita crear la cabeza de playa para desembarcar sus buques y la supuesta ayuda humanitaria y el trasladar allí a los miembros del gobierno paralelo de transición que vienen sosteniendo con el tribunal supremo en el exilio. Mucho cuidado, debemos alertar a los hermanos guajiros que pueden estar siendo utilizados para la preparación de una operación de doble bandera en contra de Venezuela.

Las operaciones de bandera falsa, es un concepto militar, basado en operaciones encubiertas realizadas por gobiernos utilizando fuerzas militares que ocupan una parte del territorio para facilitar la concentración de medios y otros fines utilizando corporaciones y otras organizaciones como ONG’S. Este diseño garantiza que aparezcan como si fueran llevadas a cabo por otras entidades que encubren el verdadero propósito de ocupar el territorio sin permiso del país o los países implicados. De allí la campaña que realizan en las Naciones Unidas tratando de demostrar la necesidad de atender el "problema humanitario venezolano".

La concepción que, según los defensores del concepto, hay detrás de una intervención de este tipo es que existen criterios de humanidad que, en determinadas circunstancias, prevalecen sobre el principio de soberanía de los Estados y el principio de no intervención en los asuntos internos de los Estados. Pero otros critican que el Derecho internacional humanitario no puede invocarse para justificar una intervención armada y denuncian que el fin último del término es proporcionar una cobertura de legitimidad al uso de la fuerza.

El concepto injerencia humanitaria fue impulsado por la creación en 1971 de la ONG Médicos sin Fronteras en Francia dentro del sistema internacional a fines del siglo XX. En 1976 se creó en Canadá otra gran ONG dedicada al tema de Derechos Humanos, junto con Amnistía Internacional, Human Rights Watch.

La evolución del Sistema Internacional en la segunda mitad de los años noventa llevó al establecimiento de un tribunal de justicia internacional encargado de velar por el respeto de los derechos humanos y de perseguir los crímenes de guerra y contra la humanidad.

En el caso de haber militares, policías u otros culpables de atropellos, deben ser denunciados, investigados y sometidos a la justicia. Pero no por ello se puede ser tan idiota como para acreditar los fraudulentos montajes de las ONG, pues detrás de su apostólica fachada, como las orejas del lobo, se asoma una ideología que santifica a la subversión, cierra los ojos ante sus crímenes y sataniza a quienes se le oponen.

En México, Venezuela, Nicaragua y otros países bajo el ropaje de ONG’S, se han infiltrado desde aventureros hasta agentes de intereses extranjeros. En tales contextos es necesaria la legislación e intervención del Estado a los efectos de regular e inspeccionar la fundación y actividades de quienes hablen o lleven a cabo actividades públicas a nombre de las organizaciones no gubernamentales.

Se trata de razones de seguridad nacional, también de protección de los intereses públicos. Las ONG que representan o están identificadas con intereses extranjeros deben registrarse y dar información regular de sus fondos, directivos y actividades. Igual deben hacerlo todas las ONG, independientemente de su naturaleza en defensa de la fe pública y de los intereses de la comunidad.

Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU) una Organización No Gubernamental (ONG) es "cualquier grupo de ciudadanos voluntarios sin ánimo de lucro que surge en el ámbito local, nacional o internacional, de naturaleza altruista y dirigida por personas con un interés común". El término ONG surge en las Carta de las Naciones Unidas como "organizaciones cuya constitución no sea consecuencia de un tratado internacional". Se consideran independientes de las instituciones y poderes públicos y llevan a cabo servicios humanitarios con claros objetivos de beneficio social.

Ni Luis Almagro desde la OEA y menos desde la ONU alcanzarán el consenso necesario para intervenir a Venezuela. Más bien la cabeza de Luis Almagro puede rodar si continúa promocionando la guerra como solución los problemas que enfrentan los venezolanos. El mundo está pendiente y Latinoamérica está cambiando para bien a pesar de la intentona neoliberal de borrar con la guerra de quinta generación el futuro socialista que reclaman los pueblos.

 

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