El acuerdo nuclear iraní sobrevive al vandalismo de Trump

Traducción desde el inglés por: Sergio R. Anacona

El periódico alemán "Welt am Sonntag" informó el pasado domingo que diplomáticos de la Unión Europea, Rusia y China se estarán reuniendo en la ciudad de Viena esta semana para discutir los siguientes pasos para rescatar el acuerdo nuclear de Irán del año 2015. El periódico mencionó seis aspectos:

Uno, la alta diplomática de la Unión Europea, Helga Schmid, (importante negociadora del acuerdo del 2015) encabezó la reunión; dos, Estados Unidos no asistirá; tres, Irán podría o no participar; cuatro; la reunión discutirá un nuevo acuerdo "similar" al del año 2015 "al tiempo que también limitará el programa de proyectiles balísticos de Teherán y a su rol regional"; cinco, el nuevo acuerdo podría incluir ayuda financiera para Teherán; y seis, los diplomáticos también discutirán las medidas de la Unión Europea con relación a las sanciones norteamericanas, aunque estas tendrían "en el mejor de los casos, solo un efecto muy limitado en la economía de Irán."

La reunión sigue a una serie de consultas a nivel de ministros de relaciones exteriores entre los tres E3 (Francia, Alemania y Gran Bretaña) entre la Unión Europea e Irán y entre Irán, Rusia y China. El informe de prensa apareció luego de la reunión el viernes pasado entre el presidente de Rusia, Vladimir Putin y la canciller alemana, Angela Merkel en la localidad de Sochi y antes de la anunciada visita del día jueves del presidente de Francia, Emmanuel Macron a Rusia. Mientras tanto, el Comisionado Europeo para la Energía y el Clima, Miguel Arias, visitaba Teherán durante el fin de semana para reunirse con altos funcionarios iraníes incluyendo al Ministro de Relaciones Exteriores, Mohammad Javad Zarif.

Obviamente, el "Welt" creó la falsa impresión que el acuerdo del año 2015 estaba muerto y que estaba desarrollándose un Plan B para apaciguar al presidente norteamericano Donald Trump. No se trató de ninguna sorpresa que el Ministro de Relaciones Exteriores de Irán fustigara el hecho y señalara que la información del "Welt" fue "elaborada por círculos de estudio pertenecientes a los medios sionistas con el propósito de crear una atmósfera negativa y para desviar el diálogo entre Irán y los otros participantes." Separadamente, el Viceministro de Relaciones Exteriores iraní, Abba Araqchi también aclaró que "el viernes pasado (en Viena) la comisión conjunta… será instalada a petición de Irán sin la presencia de Estados Unidos, para discutir las consecuencias del retiro de Estados Unidos y cómo los restantes países pudieran continuar en su compromiso con el acuerdo."

El día viernes pasado, en una forzosa declaración, la jefa de política exterior y de seguridad de la Unión Europea, Federica Mogherini, también aseveró que la Unión Europea "está actuando rápida y unitariamente" para reconfirmar "nuestro compromiso con la continuación plena y efectiva de la implementación del Acuerdo y nuestra determinación de trabajar con la comunidad internacional para preservarlo en tanto Irán siga respetando su compromiso." De manera significativa Federica Mogherini describió la reunión en Viena como una nueva UE/E + 2 y el formato Irán a nivel de viceministros de relaciones exteriores/"directores" políticos para buscar "soluciones prácticas" que apunten a mantener y profundizar las relaciones económicas con Irán." Luego de la reunión, los 28 ministros de relaciones exteriores de la Unión Europea retomarán el problema el día 28 de mayo.

La información del "Welt" refleja el nerviosismo de Washington en el sentido que la decisión de Trump de destrozar el acuerdo del año 2015 ha hecho que la Unión Europea se oponga a Estados Unidos. La Unión Europea ha demostrado disposición para persuadir a Teherán de adherirse al acuerdo del año 2015. (Merkel también hizo hincapié sobre esto en Sochi). Altos funcionarios iraníes sostienen que aunque Teherán aprecia la constructiva actitud de la Unión Europea, es un tanto incierto que ella esté haciendo lo suficiente para asegurar que las grandes empresas europeas no retrocedan en cuanto a su participación en la economía iraní.

Solo Rusia ha destacado en términos prácticos su determinación de seguir adelante en la cooperación económica y empresarial con Teherán. Un paso importante –incluso histórico—ha sido dado con el propósito de establecer una zona de libre comercio entre la Unión Económica Euroasiática e Irán, la cual brindará a este último acceso preferencial a un mercado de 180 millones de personas. Moscú y Teherán ampliaron su acuerdo denominado "petróleo por bienes" acuerdo que no utilizará el dólar en su comercio bilateral. (El cincuenta por ciento de los ingresos producto de la venta de petróleo será invertido en la implementación de varios proyectos conjuntos). El día 16 de mayo el Banco Industrial y de Minas de Irán firmó un contrato financiero con el Vnesheconombank de Rusia para el financiamiento de un gran proyecto ferroviario en Irán para la electrificación de la línea férrea Garmsar-Inchen Boroun de 450 kilómetros de longitud mediante una línea crediticia de 1,2 mil millones de euros.

El interés de Teherán radica en la preservación del acuerdo del año 2015 pero la determinación de Washington tampoco está en duda. Trump tiene la esperanza de posicionar a Estados Unidos para golpear a Irán de la manera más dura posible –desbaratando así las perspectivas de cualquier empresa europea que siga comprometida con Irán—y de tal modo deshacerse de otros participantes del acuerdo multilateral del año 2015 y obligar a Irán a negociar bilateralmente y de rodillas con Washington. Esto podría ser ilusorio porque Trump pretende conseguir una dinámica bilateral entre Estados Unidos e Irán a través de la presión táctica de manera que él pueda obtener un mejor y más grande acuerdo que reemplace al pacto del 2015. Sin duda Estados Unidos fue un componente crítico del acuerdo nuclear del año 2015. El principal problema de Trump fue que él no hizo nada para cambiar fundamentalmente la relación EE.UU.-Irán para contribuir con la seguridad de Estados Unidos. Sin embargo, lo que no debe ser pasado por alto es que el hombre de negocios-presidente en Washington guarde el resentimiento que el acuerdo del 2015 ayuda solo a las empresas asiáticas y europeas para hacer negocios con Irán.

Bajo estas circunstancias, la supervivencia del acuerdo del año 2015 pareciera un tanto difícil, a menos que lo que Mogherini denomina el nuevo "EU/E3 + 2 y el formato Irán" cobre impulso en tiempo real mientras que al mismo tiempo las capitales europeas muestren la voluntad política de asegurar sus intereses comerciales en la economía iraní, especialmente en cuanto a las industrias del petróleo y del gas, que es lo que Irán está buscando.

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