Los Gobiernos de los EE.UU, George W., Bush. Barack Obama y Donald Trump, son gobiernos que vienen con una cultura imperial, colonialista, intervencionista, golpistas, destruyen Estado Nación, violando todas las normas y principios legales de los organismos internacionales, con el fin de dominar el mundo, convirtiéndose en una amenaza para la paz mundial. En este contexto le declaran la guerra nuestro país, y si esto no fuera poco, suman a los gobiernos de derechas de América y Europa. Guerra de cuarta generación, política, financiera, económica y psicológica. Para realizar esta guerra criminal de largo aliento, se apoyan en las empresas transnacionales agrupadas en Venancham y los grupos económicos nacionales de Multimillonarios agrupados en Fedecámaras, y Consecomercio que operan en el país, sustentada en una clase política Vende Patria. Agrupada en una mayoría circunstancial en la Asamblea Nacional, diputados de la agrupación política la MUD que para disfrutar del poder vende su alma al diablo, llegando al extremo de realizar abiertamente Traición a la Patria Esta guerra criminal, comienza cuando nuestro comandante supremo y eterno Hugo Rafael Chávez frías, en la Conferencia Cumbre de las Américas realizada en el Canadá salva su voto razonado en el proyecto político y económico el Alca y luego después del golpe de estado del 2002, en el 2003 declara a la Revolución Bolivariana anti capitalista, anti imperialista, Socialista y humanista. Esto nos obliga no solo a ver el enemigo en la acera del frente, sino también en la acera donde caminamos, el enemigo nos infiltran, y no podemos cohabitar con los grupos económicos nacionales, que utilizan el acaparamiento, el contrabando, la especulación, la corrupción, el chantaje con fines políticos para la conquista del Poder. Apena nuestro Presidente decreta un aumento de salario, los carteles de precios aumentan el doble los precios de los alimentos y medicinas y bienes de servicio, convirtieron el efectivo., en mercancías, creando una inflación inducida, dentro de este cuadro no podemos obviar esta realidad, porque perdemos los principios anti- capitalistas de nuestra revolución. Los pobre, los que no tenemos voces, los patas en el suelo, con dignidad y patriotismo, con conciencia, paciencia y resistencia, comiendo mal y muchas veces no comiendo, estamos preparado para ganar esta guerra, y darle vuelta a la tortilla.
