No me ayudes tanto compadre

EEUU y la UE han planteado que están listos, dispuestos y prestos a abrir canales humanitarios en la República Bolivariana de Venezuela, apalancados frente a una gigantesca campaña internacional y nacional que pretende mostrar que en este país hay una hambruna generalizada y una mengua de atención sanitaria de dimensiones epidémicas.

Llama la atención que estos llamados estén liderados por países que no tienen ninguna moral en este sentido. En el caso del país del norte es necesario señalar la gran ayuda humanitaria que requirió Nueva Orleans después de sufrir el impacto del huracán Katrina. La respuesta de la gestión gubernamental fue tardía, poca y una vez clausurada la emergencia se dejó a los habitantes de tan espectacular y peculiar ciudad, con una de las diversidades culturales más prolíficas de los Estados Unidos, a la buena de la naturaleza; Son testimonio aún vigente de lo corto y mezquino de lo que significa ayuda humanitaria en la Casa Blanca, para con sus conciudadanos.

Si se considera que este ejemplo es muy lejano, se puede recurrir a uno más actual y no menos dramático; es el caso de Puerto Rico, con sus pobladores abandonados prácticamente a su suerte. El primer mandatario sucumbió a lanzar rollos de papel en un refugio… mucho gesto y poca ayuda.

El discurso de ayuda humanitaria también llegó a Siria, Libia e Irak. En estos casos la experiencia ha indicado que de humanitario no hay nada, por el contrario lo que si hay es mucha ayuda bélica para derrocar gobiernos. Pocos alimentos y tantas bombas podría ilustrar el drama de estas naciones que sufrieron en carne y vidas propias, las caricias del pandemónium gringo que han desatado en el medio oriente.

Los gobiernos europeos también claman por un canal humanitario en Venezuela. Frente a eso planteamos que toda la "ayuda" en comida, abrigo, agua potable, escolaridad y trabajo que tiene "reservada" para nuestro país se la dediquen a los inmigrantes que desde África y el Cercano Oriente cruzan en barcazas de mala muerte el mar Mediterráneo (lo de mala muerte no es simbólico ni retórico). Los inmigrantes que logran cruzar deambulan por Europa, a pesar de promesas no cumplidas de trato en condiciones de dignidad.

Hace poco se coló un titular mediático que daba a entender que Rex Tillerson anunciaba una gira por América Latina para ganar apoyos a una posible invasión. No dijo eso, aunque su planteamiento fue igual de grave, porque emplazó abiertamente a los militares venezolanos para que dieran un golpe de estado.

Pero no me quiero extender en las desviaciones antidemocráticas de este personaje, quisiera terminar este artículo manifestando el dolor profundo y la indignación a mares que me produjo la lectura de twitters de venezolanas y venezolanos, muy minoritarios y muy cobardes, que aplaudieron con idiota frenesí la posibilidad de una intervención militar gringa.

En esos textos de redes sociales, fruncían el verbo recomendando a las tropas gringas que dejaran caer comida y medicamentos en zonas militares del país y que ello generaría una rendición masiva e incondicional de nuestras tropas. También especulaban como Teletubis que las mujeres en Venezuela esperaban a los gringos para llenarlos de besos, abrazos y "selfis", con una burda carga machista de cliché hollywoodense de Segunda Guerra Mundial.

Se puede escribir y decir mucho de este tipo de apreciaciones, es lamentable que operaciones de carácter psicológico hayan llevado una parte de los venezolanos a preferir una invasión sin tener claro las consecuencias de ésta.

Es preocupante que tanto tiempo en las redes no les haya dado por investigar los terroríficos resultados en muertos, heridos y mutilados en tantas partes del mundo, en donde los gringos han llegado cargados de mucha "ayuda humanitaria".

En realidad quienes escribieron estas barbaridades en las redes sociales son profundamente desconocedores de la valentía de las tropas de nuestro país; son profundamente desconocedores de la fuerza indoblegable de las mujeres venezolanas, seguro estoy que ante cualquier invasión extrajera, las FANB y las mujeres en general no van a recibir a nadie con besitos, ni abrazos y mucho menos con selfis faranduleros.

Nosotros no necesitamos ayudas humanitarias, lo que exigimos es que permitan al país comprar los alimentos y medicamentos que necesitan los venezolanos y venezolanas, sin que bloquen a los proveedores y a los barcos que los traen.



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José Ramón Rivero

Viceministro para el Sistema Integrado de Inspección Laboral y de la Seguridad Social. Ministerio del Poder Popular para el Proceso Social de Trabajo

 mejansen.sppp@gmail.com      @joseramonrivero

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