La ofensiva imperial en marcha

Sin ser alarmista o pesimista, lo que hemos visto en la Cumbre sigue siendo una alerta para los pueblos del mundo y especialmente al pueblo venezolano sobre el tema geopolítico y las amenazas del aparato político militar de los EEUU sobre estos territorios.

El presidente Obama y su triste circunstancia no ha hecho más que poner en práctica una táctica que ya ha sido planificada desde el año 2000 cuando se hizo público el Documento del Departamento de Defensa titulado "Joint Vision 2020", de manera que esta última Cumbre de las Américas no deja dudas sobre lo que nos viene en las próximas décadas, y que ha venido desarrollándose en términos de injerencia política, económica y militar.

La pantalla de la Cumbre nos mostró la significación de una lucha de clases global cuyos protagonistas han sido los pueblos de Venezuela, Cuba, Nicaragua, Ecuador Brasil, Argentina entre otros en la disputa por la justicia social y los derechos humanos contra los intereses económicos de las superpotencias de este lado del mundo.

Todavía no somos zona de guerra de escala mayor, pero las condiciones que intentan posicionar las políticas norteamericanas en América Latina comienzan a darnos luces ciertas de que la ofensiva imperial está en marcha y en proceso de escalarse, por lo que conocerlas es nuestra mejor arma para comenzar a transformar los escenarios políticos, económicos, militares, sociales, productivos e incluso culturales a objeto de en tiempos de paz, amurallemos las fortalezas de resistencia ante ese contexto posible.

Venezuela ciertamente resulta una amenaza para los EEUU, no desde la perspectiva bélica o de seguridad, la Revolución Bolivariana ha demostrado, tener fortalezas suficientes para afrontar los retos sociales y económicos de este siglo, los índices métricos y estadísticos en las soluciones a los grandes problemas sociales lo muestran, pese al boicot interno y externo, pese a la existencia de un estado estructuralmente anacrónico, a la corrupción y a la presencia de factores internos y externos contrapatrioticos, y ello repercute en la vida política del hemisferio, allí está la amenaza para los EEUU, de manera que desde la visión de hegemonía imperial Venezuela resulta un problema a resolver para las elites políticas y militares que dirigen los hilos de poder en ese país.

En 2000 el Departamento de Defensa del Gobierno de Estados Unidos emitió un documento estratégico que es ley y que se está cumpliendo a cabalidad, en el cual indican que "Los Estados Unidos continuará teniendo intereses globales y está comprometido con variados componentes y actores regionales(…)" y más adelante señala "(…)estamos preparados para ganar un rango completo de operaciones militares en cualquier parte del mundo…"

No tenemos dudas que en Venezuela, EEUU ha ensayado en distintas escalas intentos de intervención por vía encubierta y ciertamente financiando ONG provocadoras de situaciones de violencia política, como lo indicó el presidente Maduro "La embajada de Estados Unidos es una maquinaria de guerra…" el Gobierno de ese país seguirá ensayando las maneras de derrocar al Gobierno Bolivariano por cualquier vía posible.

Cuando en 2000 se diseñó el Plan Estratégico del Comando SUR 2018 de la Fuerzas Militares Estadounidenses, se indicaba que "(…) revisaremos nuestras estrategias cada 2 años y haremos cambios cuando se necesiten para tener ventajas de las oportunidades emergentes." Eso significa que el año 2014 fue un año de revisión, y justamente ese año la derecha venezolana apoyada por la USAID desarrolló un plan ofensivo que no le dio resultados a lo interno, pero a nivel internacional también se desplegaron ofensivas liderizada por Obama que vimos concretarse en 2015, por lo menos en el discurso.

En febrero de 2015 el Documento "Estrategia de Seguridad Nacional de EEUU" señala a Venezuela como una "democracia en riesgo" y luego en marzo nos convertimos en "una amenaza inusual y extraordinaria", según un decreto presidencial de Barack Obama. Lo que ciertamente pone en alerta a todas las agencias de la Comunidad de Inteligencia del Gobierno norteamericano para actuar sobre Venezuela de manera expedita, no se trata de particularizar un decreto contra siete funcionarios venezolanos, esa es la excusa. La certeza de aplicación métodos de fuerza y violencia está en marcha, ya vemos como se ha manifestado y lo seguiremos observando.

Los temas de derechos humanos, terrorismo y seguridad son parte de ello y así está suscrito en el "Plan Estratégico Joint Vision 2020" no hay dudas, no obstante los cambios y ajustes que puedan realizar a lo largo de 2 décadas, para lograr sus objetivos.

La aplicación de manuales de asesinatos selectivos ya está dando algunas cifras, desde 2013 han asesinado decenas escoltas de altos funcionarios públicos de manera consecutiva, en el año 2014, Robert Serra y Eliezer Otaiza, dos altos dirigentes del PSUV fueron asesinados; las últimas muertes registradas en la segunda semana de abril de 2015, fueron los escoltas de un Director del Canal de Televisión Globovisión y del escolta del Diputado venezolano Ángel Rodríguez Presidente del Parlatino, es parte de esa data macabra que suscribe el Manual de Blancos de Alto Valor (High Value Target 2009) de la Agencia Central de Inteligencia. Eso sin descontar las decenas de muertes por la violencia política de las "guarimbas" o amotinamientos terroristas, como parte de la aplicación de los Manuales de Contrainsurgencia FM-3-24 y 25 de la Escuela de Guerra de Quántico en Virginia EEUU, que expresamente indica "la generación de violencia como objetivo".

Todo el escenario de violencia inducida o predeterminada es usada por la derecha para el provecho de un discurso politiquero y demagógico que intenta mostrar a Venezuela como un país ingobernable y forajido, cuyo mensaje es reiterativamente presentado en el tinglado cartelizado de los medios de comunicación de la derecha internacional.

Sumado a la baja del precio del barril de petróleo, se anexa el boicot económico de grupos de interés financieros y económicos internacionales monopólicos y la oligarquía nacional que han promovido un espiral de especulación inflacionaria y desabastecimiento que de manera simultánea y continua intenta generar caos social para obtener una respuesta negativa antes las políticas de seguridad alimentaria entre otras medidas sociales del Gobierno Bolivariano. A ello se agrega la batalla caótica especulativa sobre el dólar orientada desde Miami, que tiene como blanco a la clase media y a los profesionales venezolanos.

Ahora que hacer.

Todo el escenario político económico da cuenta de una situación crítica, es claro que inducida; pero igual de cuidado, a lo que el gobierno y el pueblo organizado deben buscarle vías coherentes para afrontarlas. De esta coyuntura deben salir soluciones estructurales de cambios sustantivos en los medios de producción que pueden llevarnos a nuevas formas en los procesos productivos y especialmente en la distribución de bienes de primera necesidad. Yo lo llamaría producción y distribución en crisis, más allá de todo el sistema existente de PDVAL y MERCAL, es asegurarse el 70 % de la distribución de bienes que está en manos privadas sin garantía de abastecimientos públicos sino sensibles al discurso oposicionista.

Igualmente tenemos que afrontar la comunicación en crisis, dándole instrumentos de conocimiento sobre estas realidades a las comunidades para que conozcan el fondo de la crisis y como salir de ella. Para ello hay que hacer conocer los métodos que usan los enemigos internos y externos de la patria y comprender que otra realidad es posible con el concurso colectivo de las comunas y del cuerpo organizado de la sociedad.

Se hace impostergable fortalecer la inteligencia social y que las comunidades trabajen de la mano con los cuerpos de seguridad del estado para establecer mecanismos de transmisión de información confiables para la neutralización de factores saboteadores incluso insertos dentro del estado, por lo que deben establecerse canales directos con el más alto nivel de gobierno, desde la base popular.

Sostener la firme convicción de que otra realidad posible, la que indica la Constitución y el Plan de la Patria, y que cada día hagamos acciones programadas y planificadas que nos permitan mantener el control de la situación política sobre la base de objetivos claros orientados a la construcción de una sociedad socialista para seguir fortalecer el aparato productivo industrial nacional y una justa distribución de los bienes materiales que garantice suma felicidad al pueblo venezolano tal cual como lo vislumbró Bolívar y Chávez lo proclamo para convertirnos en una nación potencialmente humana.



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Aldemaro Barrios


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