Integración e injerencia

Sin duda que estamos ante la presencia, de lo nunca visto antes, de los tiempos de crecimiento de la conciencia latinoamericana y caribeña, guiando sus pasos tal vez lentos, pero seguros en la realidad de la integración sudamericana, que a pesar de la diversidad, sus pueblos y líderes han adquirido compromisos mayores, con acciones concretas y plausibles, que dejan atrás el compás sonoro de las adornadas palabras, buscando las coincidencias y los acordes en función de lograr satisfacer las realidades sociales de los pueblos.

Desde los días del panamericanismo (1890), que por cierto aún celebran en las escuelas y liceos como fecha patria, Latinoamérica y el amplio Caribe serán objeto del control económico y político del imperio estadounidense. Venezuela, favorecida por la gracia de la naturaleza y para los creyentes por la voluntad de dios, dotada de extraordinarios recursos naturales, siempre estuvo desde entonces en la mira de los vecinos del norte, con el firme propósito de apropiarse, que ante gobernantes lacayos y enclenques, entregaron siempre sus riquezas, pues les bastaba tener el "poder" político, disfrutando de sus mieles, dulces amaneceres y despertares.

Luego de la muerte del Libertador Simón Bolívar y el derrumbe de su gran proyecto de integración latinoamericana, se realizaron algunos intentos de convocatoria y reuniones diplomáticas y jurídicas desde 1889 hasta 1994 que diera pasos para la creación de grupos de integración, bajo la concepción con énfasis en agendas económicas y regionales ya no relacionadas con proyectos de carácter autónomos e independientes.

Es a partir de 1999 y los años posteriores, cuando la Revolución Bolivariana liderada por el comandante Hugo Chávez, comienzan a darse cambios realmente trascendentales en la propuesta internacional venezolana, dándose un giro en su política internacional teniendo como norte la meta de plantearse la verdadera integración latinoamericana que va más allá del discurso pasando a las acciones concretas dentro del marco de la geopolítica como estrategia integradora; naciendo entonces el ALBA, UNASUR, la CELAC, el SUCRE, TVSUR,PETROCARIBE y en el orden político se plantea el camino para la instauración del Socialismo del Siglo XXI como una vía cierta de experimentar una democracia plena, participativa y protagónica; En ese sentido, el segundo objetivo histórico del programa de la patria 2013-2019 de manera inequívoca plantea "continuar construyendo el socialismo Bolivariano del siglo XXI, en Venezuela, como alternativa al modelo salvaje del capitalismo y con ello asegurarla mayor suma de seguridad social, mayor suma se estabilidad política y la mayor suma de felicidad para nuestro pueblo".

Hoy la República Bolivariana de Venezuela, viene construyendo su propia historia, haciendo de su grandioso acervo de luchas el presente de las mismas, rescatando de la nada el significado social, político y la categoría semántica de PATRIA, pues acá se hablaba de país, pero no de la valoración de la patria, transformándose en ejemplo ante el mundo, de allí que hoy, VENEZUELA, es la luz de los oprimidos, esperanza de los pueblos que luchan y jamás se doblegaran como en el pasado al imperialismo norteamericano, oponiéndose con dignidad a toda pretensión injerencista y subyugamiento.

La república Bolivariana de Venezuela con el adelanto consolidado de sus políticas sociales, en irrefutable opción por los pobres, es el faro del mundo, es la luz al final del túnel, es el relámpago social del cual espera la tierra toda para minimizar las miserias humanas.

Los pueblos latinoamericanos vienen despertando de la larga y perniciosa noche neoliberal a la cual fue envilecida; hoy en un nuevo amanecer con un liderazgo consciente de la imperiosa necesidad que para resolver los más complejos problemas desde la identidad, la cultura, la interculturalidad, la economía, las nuevas formas de propiedad y la liberación de las fuerzas productivas, el papel del poder popular, los nuevos paradigmas de organización social, el planteamiento de la construcción del socialismo del siglo XXI, pasan por la urgente necesidad de adelantar de manera clara y comprometida el gran sueño de los luchadores previos al movimiento independentista y líderes del movimiento de independencia de Miranda, de Simón Bolívar, José Martí, José de San Martin y otros, que hoy hilvanan el espíritu de los nuevos líderes que son el adalid de la integración latinoamericana como Hugo Chávez, que a pesar de su desaparición física sin duda continua siendo el adalid mayor de la integración, junto a Rafael Correa, y otros destacados líderes de América del Sur.

Pero el imperialismo acecha, de forma permanente, cambia de disfraz, pero su objetivo es el mismo, dominar a sus anchas al globo terráqueo para satisfacer sus apetitos de destrucción capitalista; los tiempo vienen cambiando y los pueblos despertando del oscurantismo neoliberal, siguiendo el ejemplo de Cuba (1959) quien fue la primera república en romper con la hegemonía de la política exterior de los EEUU hacia América Latina y el Caribe.

VENEZUELA, es esa excelsa grafía de la construcción de lo posible, que hace caminar a los pueblos del mundo, en hora buena, los venezolanos siempre hicieron morder el polvo a los imperialistas….si se atreven a invadir sería toda VENEZUELA UN INMENSO VUELVAN CARAS!!!!.

hriverat1@hotmail.com



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Heriberto Rivera


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