Entre otros imperios han existido: El Imperio Griego Medieval. El imperio Otomano. El Imperio Romano. etc; y no podemos desconocer, al imperio contemporáneo: El Imperio Estadounidense. Imperio éste, que tiene su sede justo al norte de nuestra América; y se hacen llamar genéricamente: NORTEAMERICANOS.
Imperio que conocemos de cerca, y del cual hemos padecido consecuencias de sus políticas imperiales impuestas a “los sur”. Los sur, como una clase; pues el imperio ha creado otra, de sustentación imperial, llamada “oligarquía”. Oligarquía: que no sabe, no conoce, y menos aun, no padece, las miserias a las que somos sometidos “los sur”.
Pero para poder someter a esos “sur”; por muy pelitos amarillos u ojitos verdes o azules que tengan, se ha implementado una política de transculturización de un tamaño tal, capaz de desmoralizar al individuo; al extremo de hacerlo vivir indignamente y más allá: que ese individuo se extasíe de ser indigno y funja como la mano esclava de “sus exitosas empresas”.
Transculturización que ha ocultado nuestros valores dignos. Desde saberes ancestrales, hasta los mismísimos nombres de nuestros próceres populares patrios. Es aquí donde nace la importancia de recordar quienes somos y a donde podemos llegar.
El trabajo de hacer recuerdos de nuestra historia ha correspondido, en nuestro continente, a muchos connotados personajes. Personajes éstos, que a través de diversos medios y manera lo han intentado; sin embargo, ese quehacer ha de renovarse. Corresponde entonces a las nuevas generaciones hacer propuestas; y creo con mucha esperanza, que le llegó el momento a dos jovencitas, que juntándose a otros músicos, constituyen la agrupación SURCONCIENTE; que con su canto nos recuerda quienes somos.
Corresponderá a nosotros “sur”, sus escuchas, decidir Qué, Cómo. Cuando, Donde y Con quien haremos y hasta donde llegaremos. ¡Ojalá que no, a ser Imperio ¡
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