Salam alaykum(la paz sea contigo)”Un musulmán puede y debe saludar a otro musulmán pronunciando la palabra salam aunque estén en guerra, pero nunca será empleado para dirigirse a persona que no sea musulmán por mas aliado que sea”.
“El islam tiene la misma raíz que la palabra salam, de ella se deriva el participio mu-sulman. El cambio y destino del mundo musulmán se desarrollo con el impulso del islam lo cual hace impensable la separación entre Estado y religión. El gobierno es religioso en el mundo musulmán”.
Camarada, es una palabra empleada para dirigirse a una persona que comparte los mismos ideales y valores, la camaradería influye para que los militares que han compartido campañas la usen y por gente de izquierda con convicción, lamentablemente, camarada, ahora es utilizada por todo el mundo como una moda.
Salam y camarada son palabras con alto valor político colectivo, porque condiciona de una forma original a los pueblos entre gobernados y gobernantes, en ella se expresa una de las características del islam y del socialismo, el igualitarismo, con ella la justicia y el conocimiento, dos aspectos indisociables expresados por una misma idea que sintetiza lo político del asunto público.
Tanto en el islam como en el socialismo existen relaciones cargadas de prejuicios históricos, hoy, la confrontación cultural entre la modernidad y la tradición no solo tienen la influencia de la religión con el Coram y la Biblia, sino la influencia de EEUU y Europa. La religión, la política y la sociedad en el islam tratan de ser profundamente igualitarias. En el socialismo, esa igualdad se la busca con la participación activa del pueblo respetando los diferentes credos, pero, con la activa oposición de la Iglesia del Vaticano. Sin embargo, en el islam y en el socialismo practicado se han definido posiciones de privilegio sosteniendo la desigualdad, produciendo en los pueblos sociedades precarias y efímeras.
Es la relación entre gobernantes y gobernados urgidos a enfrentar los desafíos tecnológicos, los cambios climáticos, la crisis económicas globales y la manipulación energética, que producen graves daños sociales-ecológicos, esta realidad contribuye a establecer diferencias en el mismo islam y en el socialismo tipo occidental obligando a reformas como las de China, Rusia, Cuba. En los otros países que persiguen el socialismo como en Venezuela, Bolivia, Nicaragua, Ecuador, están aun en procesos revolucionarios.
Dentro de esta encrucijada son varias las tendencias que acechan al islam y al socialismo con frecuencia tradicional, laico, reformista, enfrentado al cristianismo, al capitalismo y al imperialismo, así, el islam y el socialismo se ven obligados a reexaminarse en cada país por sus particularidades socio-culturales y geográficas. Sus principios religiosos influyen en la cultura con características medievales para sostener formas de esclavitud porque los aparatos públicos funcionan con fachadas de modernización con estructuras económicas y políticas arcaicas. Esa la similitud socio político en el islam y en el socialismo.
Es más difícil establecer conexiones entre el islam y el marxismo, el comunismo marxista-leninista solo fue objeto de tratamiento teórico en los países que por relaciones comerciales con la ex Unión Soviética se lo trato, nunca fue un estudio profundo ni llego a ser aceptada por los pueblos, Libia es un vivo ejemplo de ello, en algunos países del Medio Oriente, Norte de África, el islam es una religión de Estado, como factor de cohesión política.
Otra de las razones para que el socialismo no haya pasado de las conversaciones o estudios superficiales es porque se lo relaciono al subdesarrollo y porque los líderes árabes como Nasser, Yacer Arafat, Gaddafi, Saddam Hussein, el mismo Ahmadinejad son líderes en sus países, no son o fueron líderes regionales, algo despuntaron Arafat con la OLP y sus contactos con partidos comunistas y socialistas, sin embargo, luego lo dejaron solo. Gaddafi hasta que fue inscrito en la lista negra del imperialismo hizo noticia, ahora, Ahmadinejad lucha contra la división sunita y cultural propiciada por EEUU-Europa y Arabia Saudita.
En estos momentos más que antes los pueblos musulmanes y los que no lo son se preguntan que tanto las religiones frenan el progreso técnico y el desarrollo económico, considerando que el capitalismo comenzó su desarrollo al final de la edad media en la Europa cristiana no en el mundo musulmán, y los musulmanes eran la sociedad de mayor desarrollo comercial e industrial en esa época.
A partir de la asegunda mitad del siglo XX tanto a los musulmanes como a los latinos, las frustraciones superan a las preguntas ya invadidos por las trasnacionales petroleras de EEUU y Europa, quienes no han provocado ningún milagro para remediar los males de estos países islámicos tal como ocurre con las naciones ubicadas en el sur de la tierra conocidas como subdesarrolladas.
Los gobiernos constitucionales o impuestos como en el Norte de África, en contra de grandes expectativas no han proporcionado salud, educación, ni industrialización ni orden, que la independencia no logro. Tuvieron que llegar revoluciones en el islam y en países de Sudamérica para resolver algunos problemas y generar otros de índole económico-ideológicos, porque la libertad del pueblo no es la libertad frente al enemigo capitalista-imperialista, el enemigo principal es la ignorancia y el conformismo cultural que produce la pobreza mental.
En América Latina, Medio Oriente, Norte de África, los remedios importados de Rusia, China, EEUU, Oriente y Europa, no han sido eficaces, por lo que un creciente número de personas de Oriente Medio y Latinoamérica, vuelven hacia el pasado para establecer el diagnostico de los males actuales y poder leer sus enseñanzas de la tradición en el ordenamiento económico para un futuro socialista para nuestros pueblos, porque, a pesar de las diferencias históricas socio-culturales y geográficas, el musulmán y el latino viven análogos problemas del pasado colonial para el presente subdesarrollo por lo tanto son los mismos retos futuros.
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