Medicina preventiva neurológica

La indudable carencia de medicamentos, sea cual fuere su causa y origen real, al momento actual y desde hace varios años ha venido ocasionando estragos en la población. Ignoramos cual sea la tasa de mortalidad actual en el País, ignoramos cual sea hoy la edad promedio de esperanza de vida. No existen fuentes formales de tales y cualesquiera que se puedan obtener serán de pobre credibilidad pero asumimos que la primera debe estar en aumento mientras la segunda debe tender a la disminución.

No es casual que a diario se oigan y lean quejas de falta de tal o cual medicamento para resolver esta u otra patología. Abundan, informales, mediáticas, redales, y con comunicaciones recibidas -léase saludos a la bandera-.

En nuestra especialidad neurológica ya bien cimentada por los años no habíamos visto tal situación carencial. No se puede ocultar el sol con un dedo. Enfermedades primarias del Sistema Nervioso tales como la Esclerosis Múltiple, en la cual la RBVenezuela fue ejemplo en Latinoamerica por la excelente cobertura que de tales pacientes hubo con el suministro de los medicamentos en su diversa gama que el estado a través del IVSS con fortaleza asumió, hoy día lamentablemente vemos como Vectrims (Comité Venezolano para el tratamiento e Investigación de la Esclerósis Múltiple) está colapsado o a borde del colapso. No pude obtener al momento cifras oficiales del número de pacientes afectados.

No digamos nada de los pacientes con trastorno epiléptico quienes a diario y en un número inmensamente superior al del grupo de pacientes anterior y cuyos tratamientos el estado asumió de manera tímida y parcial hace años suministrando sólo algún medicamento aislado, y considerando que el paciente adquiría de su propio peculio el tratamiento, hoy día no puede comprarlo aún teniendo el dinero en esta inflación pasmosa y cabalgante. Simplemente no existen en el mercado y no se pueden adquirir aún teniendo el dinero. Exactamente lo mismo sucede con la patología de la Enfermedad de Parkinson, donde los pacientes sometidos por necesidad al tratamiento que hace más de medio siglo se implantó, ni a este han podido acceder; no digamos las novedades terapéuticas absolutamente desaparecidas del mercado.

Estos tres padecimientos son íconos en la especialidad pero a ellas se suman un innumerable espectro de enfermedades que de manera secundaria afectan tanto el Sistema Nervioso tanto Central como Periférico entre las cuales menciono sólo tres: la Hipertensión arterial a la cabeza de las enfermedades cardiovasculares, la Diabetes Mellitus y el Sindrome de Inmunodeficiencia adquirido (AIDS). El déficit de tales tratamientos ha influido en la multiplicación geométrica de los casos neurológicos complicados por la falla primaria del medicamento para mejorar estas patologías.

Sólo asumiendo con responsabilidad el suministro de los medicamentos de manera adecuada para estos pacientes, la inmensa mayoría incursos en una vida productiva aún, el estado enfrenta y le da real valor a la Medicina Preventiva, tan cacareada. Para nada desdecimos del fortalecimiento de la salud y de una vida sana como la mejor manera de prevenirlas, pero una vez presentes la prevención se afianza y continúa y ella se sustenta en la correcta medicación.

Pero el estado en esta barahúnda, ha olvidado tal función, ha ido cayendo en una desmemoria paulatina, semejando otra enfermedad a la cual no me he referido y que procede tanto de causas primarias como secundarias: El Déficit Cognitivo entre los cuales destaca la Enfermedad de Alzheimer.

Todo ello ha conllevado a que se haya multiplicado ya no solo en el enfermo sino en su familia, de cualesquiera de estas enfermedades Síndromes de Ansiedad, Trastornos Depresivos y paremos de contar porque ya estamos entrando en el mundo de la Psiquiatría y eso son palabras mayores.

¿Cuántos ministros de salud hemos tenido?...¿alguno habrá caído en cuenta de esta medicina preventiva secundaria invalorable?... No llegamos a contar los diez dedos de las manos en tales patologías, solo siete…¿es mucho pedir?...y no me incriminen de que estoy saltando la talanquera… hablo-escribo como médico y como paciente…



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