Ser saludable

I.

La salud integral desde 1945 ha estado definida en los diccionarios comunes como "el estado en que un ser orgánico ejerce normalmente sus funciones", mientras que de la enfermedad se dice "es una alteración más o menos grave de la salud".

Hoy día, la Organización Mundial de la Salud (OMS), tiene el concepto ampliado que la salud es "un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no sólo la ausencia de molestias o enfermedades".

Para ese funcionamiento normal (bienestar completo), además de una sociedad justa y una mente sana, se requiere un cuerpo perfectamente constituido y cuidadosamente alimentado que pueda resistir y superar, tanto el desgaste por la actividad diaria y por el avance de la edad, como los efectos nocivos de agentes del medio ambiente.

De esas dos condiciones esenciales para tener un cuerpo fuerte (que no significa voluminoso), la alimentación tiene una influencia del 80 % en esa fortaleza. Pareciera que como podemos manejar y controlar la alimentación, es fácil tener un cuerpo fuerte y ser saludable.

Sin embargo, la cosa no es tan sencilla porque la sociedad de consumo con su educación de no-pensamiento y su propaganda perversa, manipula las mentes para que la población ingiera comidas antinaturales y antihigiénicas que producen enfermedades, ya que al capitalismo le importa es hacer dinero a costa de lo que sea, incluida la salud y la vida de los seres humanos.

Cuando no hay conciencia de salud, se ingieren comidas que no se digieren y el cuerpo se enferma.

Es contradictorio que, si el comer es una decisión soberana de los humanos, las tres primeras causas de enfermedad y muerte en el mundo sean generadas por mala nutrición (enfermedades cardiovasculares, el cáncer y la diabetes).

II.

Señala el médico venezolano Efraín Hoffmann en su Manual de la Salud que "La dieta contemporánea se caracteriza por ser muy desbalanceada, predomina un exceso de lípidos saturados, carbohidratos vacíos (refinados), proteína animal, químicos, drogas y tóxicos. En cambio, hay una ausencia marcada de fibra, oligoelementos y minerales, vitaminas, encimas y fitonutrientes".

Si a lo anterior le sumamos las fallas genéticas, el sedentarismo, el estrés y la contaminación ambiental, nunca lograremos el ser saludable.

Esa caracterización nos dice claramente que hacer para ser saludables.

El sistema digestivo, sobrecargado con una alimentación antinatural y antihigiénica, no segrega normalmente los jugos digestivos ni asimila las sustancias ingeridas (el cuerpo no se nutre). Las consecuencias son que la sangre se empobrece, los sistemas de eliminación no funcionan (crece la intoxicación) y el cuerpo queda sin defensas. Entonces, nos enfermamos.

Para ser saludable, lo lógico es alimentarnos con criterio biocompatible. Es decir, con vegetales que crecen y se desarrollan sin manipulaciones genéticas ni agrotóxicos. Esto es el gran reto para hombres y mujeres del siglo XXI, que sufrimos el asedio y la tentación de la comida chatarra e industrializada que está acabando con la humanidad.

III.

Para avanzar en el camino de ser saludable, lo más complicado es dar los primeros pasos para cambiar un cuerpo habituado a ingerir carnes y comida industrializada. Lo importante no es la longitud ni cantidad de los pasos sino que sean sostenidos en el tiempo:

Primero hay que cambiar la prioridad de comer lo que nos gusta por comer los que nuestro organismo necesita.

Reducir la ingesta de productos refinados (azúcar, harina, leche en polvo, aceites, margarina).

Reducir la ingesta de frituras.

Reducir la ingesta de productos con sabores y colores artificiales; preservativos y otros químicos.

Aumentar el consumo de agua a temperatura ambiente.

Aumentar la ingesta de vegetales frescos, germinados, frutas de la época y fibras.

Aumentar la ingesta de proteínas de origen vegetal (frijoles, caraotas, polen, algas).

Aumentar la ingesta de ácidos grasos esenciales Omega 3 y Omega 6. (Semillas abundantes y baratas como por ejemplo, las de auyama)

Aumentar la ingesta de productos integrales (no industrializados): panela, arroz, avena, maíz, miel)

Aumentar el consumo de oligoelementos, vitaminas, enzimas y fotoquímicos. (Plantas medicinales, Frutas y Verduras de todos los colores)

Hacer las combinaciones apropiadas de los alimentos para facilitar la digestión: proteínas con vegetales, carbohidratos con vegetales, evitar proteínas con carbohidratos.



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Alexis Adarfio Marín


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