Marabino: “Paso más de siete horas diarias carreteando agua”

Credito: Panorama

12-11-18.-Con una mano se apoya de su bastón, con la otra, empuja un carrito de supermercado. Desearía estar de compras, pero su ‘mercancía’ son pimpinas vacías. El inclemente sol de mediodía le sigue el paso cansado. Desde las 7:00 am, Ricardo Rhode, de 67 años, camina desde la calle El Recreo hasta el parque Urdaneta, de Maracaibo, donde recoge, a través de un tubo, el agua que dejó de recibir hace 28 días en su sector. Por la ‘sequía’, ni siquiera pudo preparar el café que vende frente a su vivienda.

“Lleno dos pipas con seis viajes; todavía me faltan dos. Debo hacer esto todos los días, a pesar de que tengo las rótulas desgastadas. Hoy (ayer) no tuve para bañarme y no trabajé. Lo poco que gano sirve para comer”, reclama el abuelo, quien vive junto a su cuñado que poco lo ayuda porque es paciente cardiológico y su hijo de 26 años, con Síndrome de Down.

Una fila se alarga en este espacio recreacional. La necesidad reúne a personas de sectores aledaños y también distantes. José Vallesteros reside en la avenida Urdaneta (anteriormente Padilla), donde llevan 15 días sin el servicio vital. “Esto es un suplicio. Cuando aquí no hay, nos vamos a la plaza de Los Cachos o cerca del Puente Oleary, donde hay otras tomas de agua”, explica un habitante de Veritas, mientras monta una decena de envases en una carretilla.

Este peregrinaje amarga la rutina de los habitantes de un sinfín de comunidades de la capital zuliana. Entre 8 y 12 días de ‘cierre hídrico’ presentan zonas como Las Vistas, Cecilio Acosta, Cerros de Marín, Altos del Sol Amado, Haticos, 23 de enero y El Potente.

El desesperante conteo suma dos semanas para Lago Azul, tres para Valle Frío y más de un mes para Altos de Jalisco, 18 de Octubre, la urbanización Urdaneta, al igual que Milagro Norte.

Por las calles de la capital zuliana, la mayoría de los transeúntes carga con sus botellas plásticas. Las maletas de los carros están repletas de pimpinas y, quienes tienen camionetas hasta tanques transportan, con la esperanza de surtirse donde familiares e, incluso, en las aguadas.

“Por mi casa no pasan los camiones cisternas. Nos toca comprar botellones todos los días para cocinar y medio bañarnos. Gastamos alrededor de 1.400 bolívares soberanos todas las semanas. ¡No aguantamos más!”, reclama Norak Navarro, de Altos de Jalisco, quien lamenta el estado de suciedad de su vivienda y los días laborales perdidos por el problema que no muestra mejoría.

En Amparo, acumulan dos meses sedientos, el mismo tiempo que Residencias Bayona, barrio Los Pescadores y Venezuela Bicentenaria, según indica Julia Parra mediante redes sociales.

Un vecino de La Trinidad reporta que desde agosto no cuentan con una sola gota. Peor aún, en Los Estanques (Pomona) protestan por más de seis meses sin distribución. Mientras que el ‘viacrucis’ de Villa Chinita parece tener estaciones infinitas: ya cumplieron su primer aniversario.

Cuando por fin apareció el descanso, luego de una crisis eléctrica que se extendió por nueve meses, los ciudadanos se agotan por mantener ‘de cabeza’ sus rutinas. “Si hay comida, no tenemos la manera de prepararla. Las montañas de ropa sucia van a llegar al techo. Los baños están ‘contra incendio’. Es un estado de insalubridad”, dijo Ana Uzcátegui, desde Los Haticos.

Los trabajos de rehabilitación y potenciación de la Planta Potabilizadora Alonso de Ojeda (Planta C) culminaron este sábado 10 de noviembre. “Terminamos con la limpieza de los tres sedimentadores y los filtros 4, 5 y 6 (...) A las 12:00 pm iniciaron los llenados. Desde este domingo, procedimos al bombeo norte por 96 horas continuas. Por lógica, debe aumentar la presión y mejorar la distribución”, explica a PANORAMA una fuente de Hidrolago.

Las parroquias que deberían estar abastecidas son Raúl Leoni, Idelfonso Vásquez, Venancio Pulgar, Olegario Villalobos, Santa Lucía, Coquivacoa, parte de Chiquinquirá, Caracciolo Parra Pérez, Juana de Ávila, Bolívar, Cacique Mara, San Isidro y Francisco Eugenio Bustamante, de Maracaibo.

“Después, sigue el servicio sur (...) Quizás el procedimiento no será igual en otros sectores, sino en el norte porque hay más centros hospitalarios y ambulatorios”, asoma el trabajador de la institución.

De los 21 equipos de la hidrológica averiados por los apagones, repararon tres: “incorporamos uno a Tulé, ahora funcionan cuatro de seis. El resto se entregó a las estaciones de bombeo”.

La otra cara del caos hídrico la viven quienes compran el agua. La escalada de precios no se detiene, pues la pipa puede costar entre BsS 60 y 80, un tanque (1.600 litros) alrededor de BsS 1.200. Por el ‘viaje’ completo piden BsS 2 mil 500, 4 mil y hasta 6 mil, en parroquias como Olegario Villalobos.

Yolanda Paz se queja de que los cisterneros no acuden a la avenida 17 C, de El Potente. Relata: “Las llamadas que les hacemos son en vano. Nunca bajan por mi calle. La semana pasada, perseguí a un camión desde Haticos hasta San Francisco. Al conductor le pité, le grité y me escuchó, pero siguió de largo. Lamentablemente, no tenemos esa posibilidad”.

Áreas de la capital zuliana como Panamericano, La Macandona, Gilcon, Valle Claro y el sector Paraíso se encuentran ‘golpeadas’ por la escasez.

El resto de los municipios de esta región elevan plegarias por el suministro. Por ejemplo, en las urbanizaciones San Francisco, San Felipe y Villa Bolivariana, de San Francisco, registran más de 20 días sin agua. “Estamos en una migración forzada. Nos bañamos dentro de una ponchera para reutilizar lo que cae. No tenemos ropa limpia. Los platos sucios los metemos en bolsas y dentro de la nevera. Esto es una pesadilla terrible”, exclama Araide Rodríguez.

“Esta localidad se surte de Planta B, que es donde está Campo 1 o Campo de Pozos. Ahí, el problema responde a los robos de cables, transformadores, los motores, las bombas”, indica una fuente de Hidrolago.

Para quienes viven en edificios, la situación resulta más tormentosa “porque la mayoría de los tanques están distantes y las mangueras de los cisternas no alcanzan para llenar”.

El Bajo, Divino Niño y 28 de Diciembre, del mismo municipio, son parte de la extensa lista. Óscar Chavín, oriundo de Miranda, precisa que, desde hace 20 días, carecen de la provisión en el sector El Pare, de la parroquia Altagracia: “Resolvemos con un vecino que tiene un pozo y nos regala”.

Ya varios meses tienen ‘secos’ en Mara. El escenario se repite en Cabimas, donde sectores como Campo Elías tienen tres meses sufriendo. Igualmente, en zonas de Santa Rita cumplieron el primer año ‘desértico’.


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La fuente original de este documento es:
panorama (https://www.panorama.com.ve/ciudad/Marabino-Paso-mas-de-siete-horas-diarias-carreteando-agua-20181112-0004.html)



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