Maracaibo: El ocaso de las bodegas - Precios para arriba y anaqueles para abajo

Con estos precios no hay quien pueda, la ambición desmedida de los comerciantes del Mercado de Las Pulgas lleva a la quiebra a los bodegueros.

Con estos precios no hay quien pueda, la ambición desmedida de los comerciantes del Mercado de Las Pulgas lleva a la quiebra a los bodegueros.

Credito: NAD

28 sept. 2018 - Por unos años han sido la gran solución a quienes de una manera u otra no pueden ir a los grandes mercados de la ciudad de Maracaibo a comprar el llamado "salao", muchas se niegan a morir, pues sus dueños buscan la manera de buscar el mejor precio para seguir invirtiendo y mantener en pie sus negocios, pero la desmedida alza de costos los está llevando a un ocaso que les arrebata a los ciudadanos el recurso más cercano.

Escasez de alimentos, regulación precios de los productos, ausencia de efectivo y el robo de cables que aún impiden el funcionamiento de sus puntos de venta fueron los primeros detonantes de la tragedia comercial que viven las bodegas de Maracaibo. Desde el 2014 hicieron metástasis y hoy se encuentran a un paso de su pausado y silencioso fallecimiento.

Desolación en los anaqueles

Una panadería artesanal, no cuenta siquiera con la infraestructura para poder ofrecer más productos que le den al usuario al menos una sensación de variedad, es la única que hay en un barrio al norte de Maracaibo, no hay pan más caliente que el que en ella producen, y así como la preferencia de todos en querer llevarloa sus casas se elevó, también lo hizo el costo de la harina que garantizaría la producción del día.

"4000 mil bolívares soberanos cuesta el saco de harina en Las Pulgas, cada dos días el precio es otro, la levadura por los cielos esta costó 500 soberanos, no hay otro proveedor, se tardan en solucionar, por ende es la única solución para no dejar de producir por día (…) lo que se consigue es harina colombiana, hay que buscar la forma de mantener el costo para que los compradores no digan que es que estamos vendiendo caro, es eso o cerramos, y eso no lo queremos", indicó Nerio Cantillo, trabajador del lugar.

Del estrepitoso costo de los productos deriva otra problemática y es que los anaqueles de estos abastos comienzan a verse más desolados, problema de producción o no, la variedad se acabó y lo poco que hay simplemente se extingue.

Foto: NAD

"Comida hay, no mucha pero si se consigue, antes podíamos buscar al menos dos marcas por productos, pero no en todos. Teníamos proveedores que salen poco por miedo que los vayan a saquear porque por cómo están las cosas cualquier cosa puede pasar, a veces es porque tienen los camiones dañados para moverlos que si un caucho u otra cosa (…) pago una camioneta para que me lleve al centro y allá compro lo esencial, que si el arroz, las pasta, pero lo que se podía hacer antes ahora no, porque con efectivo era un costo, por punto otro y desde que hay nuevos billetes casi todo se ha igualado y se puso más caro (…) así no se puede trabajar, estoy pensando en regresarme a Colombia", indicó Alberto Cuello, comerciante colombiano.

Ya no hay chucherías

No están establecidos como bodega, pero una mesa grande sirve de anaquel, sobre ella había una diversidad de productos, hoy, ya no. Galletas, piezas saladas junto a unos cigarrillos componen el inventario. Las ganancias no son las mismas de antes y lo que se ofrece, tampoco.

"La semana pasada compré dos cajas de galletas, cada una salió en 250 bolívares soberanos, a eso no se le pudo ganar nada porque esta semana ya cada una costaba 500 bolívares soberanos, el capital mas la ganancia se fueron en la nueva compra y así va a ser la semana que viene, no las voy a traer más porque estoy vendiendo a perdidas. La cosa con los refrescos es otra, en una un precio, en la otra parte otro. Cuando los vais a vender nadie se pone de acuerdo y hay diferentes precios. El mes pasado los llegaron comprando todos, pero era para revenderlos porque ya sabían que los iban a poner a 240 soberanos", precisó Marcos González.

El panorama de precios que reinaba en el recurrente proveedor de estos establecimientos, Las Pulgas, cambió intempestivamente cuando fue anunciada la suspensión de limite diario para el retiro de efectivo de en las entidades bancarias, pues antes, el déficit de efectivo en el mercado obligó a los comerciantes de la zona a disminuir los costos para adquirir la moneda que continua como mucho venezolanos yéndose por la frontera.

Foto: NAD



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