Autoridades Legítimas de los pueblos indígenas a punto de irse al traste

Se ha pagado caro aquellas decisiones tomadas en el seno de las comunidades indígenas referente a las autoridades legítimas, entiéndase cacique, capitán, doopoto u otras denominaciones según el pueblo indígena. En algún momento estuvo de moda que la autoridad legítima era el más joven, estudiado o con habilidad y facilidad de poder comunicarse con el mundo externo, aunque supiera muy poco de la cultura indígena.

Para los no indígenas, comúnmente denominado "criollos", les cuesta mucho aceptar que los pueblos indígenas son distintos a la sociedad mayoritaria y que incluso a lo interno también se dan las particularidades de acuerdo a la diversidad de pueblos indígenas. En Venezuela existen más de 40 pueblos indígenas con una forma de ver la vida totalmente distinta uno del otro.

Cada pueblo indígena tiene una forma de organización social propia que le ha permitido de forma milenaria subsistir a los embates externos. No es casualidad que unos de los principios que rigen para los pueblos indígenas es territorio y organización. Precisamente aquí está el punto de debate en los actuales momentos sobre la realidad de los pueblos indígenas y que de forma recurrente se atenta contra la organización propia, alterando su proceso de desarrollo comunitario y haciéndolo más vulnerable ante las amenazas que desde siempre han acechado a los pueblos originarios.

Frases como, "baratijas repetidas", "las mismas caras de siempre", "son los mismos de siempre" entre otros, yacen en las mesas de toma de decisiones. Sin embargo, quiero traer a colación, sin el más mínimo animo de ser irrespetuoso, sobre figuras de la revolución, como también de los adversarios, que han estado toda una vida en el ruedo político y seguirán estando hasta que partan a otro plano, como el caso del reconocido Aristobulo Isturiz que recientemente partió de la vida terrenal.

Si constitucionalmente se ha reconocido la forma de vida de los pueblos indígenas ¿como es que para algunas cosas si y para otras no? Cuidado con caer en la práctica del racismo institucional y político.

Veo con mucha preocupación el irrespeto a la organización de los pueblos indígenas, mientras avanza de manera avasallante el proceso de aniquilamiento de la tradición y ancestralidad, dando cabida a ensayos políticos y que el verdugo sean los mismos indígenas alienados, viciados y e inmorales. Han nacido, casi que impuestas, nuevas propuestas con las manos manchadas de sangre del cual se hace silencio.

Hace falta una profunda revisión de la política pública en materia de pueblos y comunidades indígenas, el cual pasa por desconcentrar el poder y la responsabilidad sobre la materia y mantener el respeto a la organización de los pueblos y comunidades indígenas. La realidad así lo amerita, es imperante.

¡La historia la escribe el vencedor!

 



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Pedro Requena


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