Drácula impone sus armas melladas contra el pueblo de Carabobo

Se aproximan tiempos de rebeldía, tiempos que conmemoran hechos históricos vivos en la memoria popular, el 23 de enero, y el 27 de febrero son fechas que año tras año nos recuerdan la experiencia del pueblo trabajador en el combate popular, primero en la lucha contra el autoritarismo de derecha, bajo la forma de dictaduras militares que impuso en toda América el Estado Norteamericano y después una nueva y profunda revuelta popular contra el neoliberalismo y sus políticas de privatización, desregularización y de libre mercado. Y del seno del pueblo surgió el comandante Chávez, quien el 4 de Febrero lideró una insurrección cívico-militar que abriría paso a una nueva era de dimensiones continentales, un proceso que llevaría como objeto emancipar al pueblo trabajador con las banderas del antiimperialismo, el anticapitalismo, la democracia popular, el socialismo; y es que el pueblo venezolano, que con sus rebeliones rompió el Consenso de Washington y ha puesto en disputa la hegemonía neoliberal, este pueblo es consciente y rebelde (Chávez es la expresión más esclarecedora) y no se va dejar engañar por fórmulas que buscan meter de contrabando la restauración neoliberal, el libre mercado, y es que, parafraseando a Ernesto Che Guevara, no podemos construir el socialismo con las armas melladas del capitalismo, a saber, el interés individual como palanca; y es que el pueblo trabajador, que se mantiene en resistencia ante la arremetida de la burguesía, lo que demanda es control de la economía, vigilancia a los centros de producción y distribución, eficiencia en el cumplimiento de las leyes, fiscalización y que los servidores públicos se aboquen a la solución de los problemas reales que afectan al propio pueblo; basta con consultar en las calles para darse cuenta que el pueblo en vez de privatizaciones exige una economía al servicio de las mayorías, no pide libre mercado sino control, fiscalización y planificación, no pide dolarización sino precios justos y que se cumplan.

Es en este punto donde se profundizan las diferencias con el Gobernador Rafael Lacava, al punto que apuntamos en direcciones opuestas, podemos por el momento enfocarlo en dos puntos centrales:

Posición ante la economía: como lo menciono arriba, el pueblo, en cuyos hombros se ha lanzado el peso de la crisis, este pueblo en esencia no es neoliberal, por el contrario, en el pasado se levantó ante el neoliberalismo y hoy exige controles más eficientes, Lacava por su parte ha enarbolado las banderas del libre mercado, de las privatizaciones de empresas y servicios públicos; mientras el pueblo asumió con Chávez el rescate de PDVSA ante el paro petrolero, la toma de empresas quebradas por la burguesía y nacionalizadas (donde lamentablemente se imponen aún gerencias ineficientes y no hay inversión) y asumió el llamado de Nicolás Maduro a la fiscalización popular, y el control el de las empresas y en los centros de distribución mediante los CLAP y los CPTT (control boicoteado por actores de la derecha en el propio Estado), Lacava por su parte actúa en favor de la propiedad burguesa y de los intereses de la burguesía, privatizando en los hechos la comercialización del gas (el más costoso del país), utilizando los parques y espacios públicos para beneficio de un pequeño grupo de empresarios, su muy oscura política de alianzas con empresas privadas que conforman el extraño conglomerado de productos "Drácula" que no benefician a la mayoría del pueblo carabobeño, y un nulo apoyo a las Empresas de Propiedad Social, a las Empresas Nacionalizadas, a los campesinos del estado, a los productores alternativos, nada de eso, sino por el contrario, cuáles "caimanes en boca de caño" esperan la mínima oportunidad para privatizar lo que al pueblo trabajador le ha costado sangre, sudor y lágrimas, y aquí se me viene a la mente las palabras del Comandante Chávez en su último discurso: "no faltarán los que traten de aprovecharse de situaciones difíciles para reinstaurar el capitalismo"

Hablemos de política: el proceso revolucionario de la mano de Chávez plantea como eje central la construcción de una sociedad independiente y socialista, basta con leer el Plan de la Patria para verificarlo, y la democracia participativa y protagónica es la garantía del logro de los objetivos de la revolución, y es que una nueva cultura política es necesaria para depurar a la revolución de elementos personalistas que pretenden desviar el curso de nuestro proceso, recordemos por ejemplo a Henry Falcón, quien queriendo venderse como un "buen gerente" quiso anteponer sus propios objetivos, convirtiéndose en férreo defensor de la propiedad privada (de Empresas Polar) y finalmente traicionando la revolución, ¡el propio pueblo le pasó por encima!, ¿y que sucede en Carabobo? El estado que lamentablemente ha sido cuna de las más grandes traiciones a nuestra patria hoy acoge un extraño proceso que ha ido desapareciendo todo indicio de iconografía revolucionaria o patriota, el Che Guevara, Alí Primera, que Hugo Chávez o el propio Libertador Simón Bolívar son sustituidos por el empresario Steve Jobs o por la infame imagen de Drácula, la despolitización gana terreno; y producto de esta cultura política que es ajena a nuestro proceso, el gobernador, en una espantosa muestra de autoritarismo y personalismo, brinda un terrible espectáculo dando una "orden de operaciones", exigiendo lealtad a los distintos niveles de dirección del PSUV, esto solo para silenciar las voces que cada vez son más y que se alzan ante un personaje que se inclina más por el fascismo italiano que por el socialismo bolivariano, pero este pueblo, que ha superado traiciones, que es profundamente democrático y popular, este pueblo superará esta noche tenebrosa y en el alba vencerá.

Me despido con la esperanza de quien cree que un nuevo mundo es posible, y será el que construiremos junto al pueblo trabajador.

formacionrosaluxemburgo@gmail.com

@EzioAssiso



Esta nota ha sido leída aproximadamente 3952 veces.



Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter