Desde el purgatorio

El trato injusto que recibimos los zulianos de las élites de gobierno se ha convertido en una tradición que impide a los zulianos organizarse para planificar el desarrollo del Estado. Gobiernos van y gobiernos vienen pero los zulianos somos tratados como ciudadanos de segunda sin consideraciones acerca de nuestra productividad, densidad poblacional y otros aportes y características del Zulia a todo el desarrollo nacional. Tal estado de cosas tiene nombre: Centralismo, y además, una versión de federalismo centralista que tanta ganancia ha reportado a las élites políticas que están detrás de todo que acontece en el país. Esto no nos conviene ni desde el punto de vista político y administrativo, ni como estado ni como nación.

Y no vemos en esas élites intentos de rectificación. Lo que si se ve es la marginación de nuestro estado en la distribución de la renta –la petrolera, la minera y las otras– en la que ni siquiera se tiene en cuenta nuestras necesidades más básicas como eficientes servicio de agua potable, electricidad y gasolina. Semejante aberración se extiende a los derechos políticos del Zulia al ser escamoteada su representación por políticos que no viven ni conocen nuestro estado, todo para satisfacer las apetencias políticas, burocráticas, económicas y hasta la viveza de quienes se aprovechan de la falta de dolientes sinceros de nuestra región. Los derechos políticos y calidad de vida de los zulianos deben ser defendidos por zulianos para enfrentar las distorsiones en la distribución del presupuesto y las corruptelas y negocios que conlleva.

Y no esperemos nada de las dos franquicias políticas que están decidiendo el porvenir de todos sin consultar a nadie. A ellas solo interesan los recursos del país y mantenerse en poder o llegar a él para obtener privilegios y a costa de lo que sea. No reparan en medios para negociar el país a intereses extranjeros como lo demuestran los misteriosos movimientos del Gobierno con chinos, rusos y turcos; tanto como las expropiaciones sí o sí del "Presidente Autoproclamado", de activos y fortunas en dólares y oro que el país tiene en el exterior. O tuvo, porque ahora está en poder de mafias internacionales de corsarios favorecidos por el loco racista de la Casa Blanca. Así como tenemos el derecho y el deber de reclamar transparencia en la gestión del Gobierno, rechazar sus manejos con la deuda y su rapiña y devastación del arco minero para financiar su permanencia en el poder, así estamos obligados a rechazar el pillaje dirigido por Guaidó asociándose a países hostiles para incautarle a la nación recursos financieros, dólares, oro y de cuya conservación y buen manejo no tenemos garantía alguna. ¿Sabe usted a dónde ha ido a parar la inmensa fortuna que representa todo este incautamiento a la nación? ¿Es suficiente para usted saber que Juan Guaidó y su equipo van a retener todo ese capital mientras no cese la usurpación, como ellos dicen? ¿Y si esta dura dos años mas, podemos asegurar que esa fortuna será bien cuidada y bien administrada en provecho de Venezuela? Los venezolanos tenemos a derecho a preguntarnos sobre eso y ese equipo debería sentirse obligado a darnos respuestas precisas acerca de tal saqueo contra la nación. A este respecto cito el caso de la reciente AN donde una diputada de oposición pidió explicaciones acerca de lo que se había aprobado como deuda externa por la AN y la mandaron a callar. La arbitrariedad del Gobierno no se combate con arbitrariedad y uso de la fuerza de países extranjeros acostumbrados a financiar su calidad de vida a costa del saqueo y la miseria que van regando por el mundo.

Con tales evidencias, ¿Qué puede esperar el Zulia (o cualquier estado) de alguna de estas bandas rivales?: ¡Nada! Ambas son expresión de la misma catástrofe centralista que le niega al Zulia posibilidades de desarrollo, pero que usarán todo su potencial y recursos para financiar élites y burocracias que viven en la capital.

Para comenzar a revertir este estado de cosas DENTRO DE LA CONSTITUCIÓN debemos garantizarnos para el Zulia que, sus diputados, ¡TODOS!, deben ser zulianos y vivan en él, para así enfrentar los negocios políticos que suelen hacerse a espalda de la voluntad del pueblo zuliano que siempre se ve degradado en su participación y estafado en su voluntad electoral. Para tal fin conviene aprovechar la próxima elección de la AN que se realizará en diciembre de este mismo año, aunque sabemos que se trata de una maniobra política antidemocrática y violatoria de la Constitución pues el período de la AN actual se vence en 2020. Es una necesidad que participemos.

El Zulia es un estado en penumbras y el centralismo político practicado desde los factores que ejercen el poder del Estado y los que ostentan la oposición, esa que bien conocemos, no parecen siquiera preocupados porque el Zulia es un estado caluroso, que no podemos dormir ni planificar nuestra vida porque la desidia y la desinversión, cuando no el desvío de recursos y otras irregularidades como obras declaradas ejecutadas falsamente cuando los recursos financieros ya han sido erogados por el Estado. Por tales razones es inmediata la tarea de abocarnos a lograr que toda la representación política del Zulia esté integrada por zulianos a carta cabal, tal y como lo establece la Ley.

Es inaceptable que los propios zulianos tengamos que seguir dependiendo de la voluntad de políticos profesionales, que no viven ni padecen con nosotros las calamidades a las que a lo largo del tiempo nos han condenado las castas políticas que han usufructuado el poder en su propio beneficio. El Zulia necesita diputados, no que vivan plácidamente en la capital dándose una vida tranquila lejos de quienes votamos por ellos ─a veces hasta sin saberlo─ sino en el Zulia padeciendo junto a nosotros el calor que nos asfixia por la ineficiencia del servicio eléctrico y la plaga de zancudos que no nos dejan descansar, la carencia del servicio de agua hasta durante años, la desaparición del gas en la mayor parte del Zulia y un sinfín de injusticias que nos niegan la calidad de vida a la que todos tenemos derecho. Nos indigna que siendo el Zulia un estado petrolero, tengamos que soportar inclementes y deshumanizantes colas de hasta dos días para proveernos de gasolina. Es urgente que participemos y que ejerzamos nuestros derechos políticos y que tengamos la oportunidad de planificar nuestro desarrollo, que éste no dependa de las necesidades de la burocracia del estado central, y sí de las potencialidades y necesidades de la región.

Desde el Zulia, desde este purgatorio al cual hemos estado encadenados por gobiernos centralistas, burocratizados e indolentes con los ciudadanos, hacemos un llamado a todos los estados de la Federación a organizarnos para reclamar trato justo en la distribución de la riqueza nacional, que nos garantice la calidad de vida a la cual todos tenemos derecho.



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Oscar Henrrique Fuenmayor Quintero

Licenciado en Educación, mención Matemática y Física, Universidad del Zulia.

 oscar.fmyor@gmail.com

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