¿Iglesia opositora o gobierno-empresarios contra el pueblo?

Otros Obispos y problemas nuevos de Venezuela

Como habrá advertido algún lector especialmente memorioso y familiarizado con la bibliografía sobre historia de Venezuela, con referencia a los estudios sobre la Iglesia Católica romana, el título de esta nota parafrasea uno de los libros de Mons. Baltazar H. Porras C (Caracas, 1944) “Los obispos y los problemas de Venezuela” (Ediciones Trípode. Caracas. 1978). Como se sabe también una vez “gugleada” su biografía con varios lauros académicos, entre éstos un grado de V Nivel en Teología Pastoral (Pontificia Universidad de Salamanca, España, 1977) y a los efectos la obra señalada constituye su tesis formal, desarrollada con todo el “aparato crítico” propio de los centros de formación universitaria altamente especializados.

Alguna vez también hemos contado que frecuentamos ese tratado con propósitos académicos, aunque más modestos (estudios de III Nivel en Ciencias Sociales, Mención Historia en la UPEL-IPB, 1990-1995) por sugerencia de la muy distinguida y exigente profesora Luisa Rodríguez-Marrufo, QPD, en las Asignaturas Historia de Venezuela II Y III; época en que no había internet, enciclopedias electrónicas de retazos, ni libros pdf sino que la bibliográfica se consultaba directamente en las salas de las bibliotecas, se copiaba en los cuadernos, aunque también reinaba la fotocopia. En fin, eran otros tiempos, ni mejores ni peores en ese aspecto que los actuales de la era digital y sociedad en red que dice don Manuel Castells (“La era de la información. Economía, Sociedad y Cultura. La sociedad en red”. Volumen I, II y II. Siglo XXI. México. 1999).

A decir verdad, un buen día trasteando la Librería Paulina de la calle 21 con 22 de Barquisimeto tropezamos con el libro de marras, lo compramos y avanzamos entusiastas en su lectura, pero hoy lastimosamente no sabemos ya en cuál de los montones de libros que tenemos reposará ese volumen ni recordamos sus tesis principales 20 años después, más que es un diagnóstico teológico-pastoral. Las brumas de la memoria nos dictan que una de sus ideas centrales es que la referida disertación viene a ser que, entre las líneas de acción de la Conferencia Episcopal Venezolana, CEV, inclusive desde mediados del siglo XX, la caracterización del entorno socio-histórico contemporáneo. Ello desde una perspectiva que llamaremos “hermenéutica-fenomenológica” si no son muy pomposos esos términos y comprender los desafíos éticos del presente que afectan la condición antropológica (la dignidad, libertad, justica del hombre y mujer como veremos brevemente más adelante en este mismo texto al citar la “Exhortación” de la 111va Asamblea Ordinaria del Episcopado del país, 9 de enero de 2019).

Esas “reflexiones” representan ciertos apoyos teóricos –teológico pastorales, diría Mons. Mario Moronta en cierto texto suyo- con fines de diseñar líneas de acción en los atinente a la práctica pastoral de sus colaboradores, sacerdotes, grupos de apostolado, laicos inorgánicos pero dedicados a sus profesiones y actividades guiados por la perspectiva antropológica cristiana, digamos, recordando en esto al ensayista don Mario Briceño Iragorry –ver, juzgar y actuar, se deja leer en documentos del episcopado latinoamericano, CELAM, Medellín, 1968, Puebla, 1979, al menos sino recordamos mal-

Los obispos se comportan así, y nada más adecuado para ellos, al modo de los intelectuales franceses desde Emile Zola para acá, a saber, según el historiador inglés Tony Judt (en “Pensar el siglo XX”. Taurus. Madrid. 2013) como “moralistas”. Enjuician la realidad o una dimensión de esta, hacen otro “Yo acuso” sobre hechos, instituciones, actitudes y/o personas, revuelven las aguas fétidas. Difícil servicio este.

Claro, ello comporta riesgos. Riesgo tanto personales por los peligros eventuales de agresión como persecución de aquellos que se sientes aludidos y ostentan determinado poder –político, militar o económico por separado o coaligados, caso Mons. Oscar Arnulfo Romero en El Salvador y el grupo de jesuitas del cuerpo directivo de la Universidad Centro Americana José Simeón Cañas, UCA, en 1980 y 1989, entre otros tantos agentes de pastoral, sacerdotes o catequistas laicos, asesinados cruelmente- Otros riesgos que comporta son atinentes al contenido de los enunciados de las tales “Exhortaciones” episcopales antes los problemas del país, ahora de nuevo tipo aunque otros continúan siendo los mismos.

Las posibles falencias vienen a ser que la interpretación del contexto socio-histórico inmediato de un país suele ser harto difícil, a menudo se pueden detectar falacias de atinencia, contradicciones que como en los diálogos platónicos o las aguas sucias terminen salpicando al locutor-acusador, evidenciando sesgos, ocultando información al destinatario y que no valoran “el criterio de totalidad”, las variables de conjunto que afectan el movimiento de “la cosa social”; contra lo cual se requiere el recurso metodológico de las Ciencias Humanas y Sociales, Historia, Sociología, Antropología, Psicología Social, Economía, entre otras que ayudan a lo que en cierto lenguaje eclesial suelen denominar “discernimiento”; cuestión que recomienda por cierto el Dr. Rafael Caldera en su libro “Reflexiones desde la Rábida” (Seix Barral. Madrid. 1978).

Finalmente podemos tomar el ejemplo de la reciente “Exhortación del Episcopado Venezolano. 111° Asamblea Ordinaria, 9 de enero de 2019. Una de cuyas virtudes es su brevedad, la contundencia de sus denuncias, pero como todo posicionamiento ontológico, axiológico y epistemológico es siempre “la vista desde un punto” clasista y peor aún partidista. La realidad es más compleja de cómo es asumida allí, su teoría de los valores son los de la modernidad tardía en el marco del capitalismo y el liberalismo, así como su teoría del conocimiento parece confusa y deductiva, racionalista-idealista, con silogismos que parten de premisas discutibles –ideología democrática liberal- por lo que sus conclusiones si bien plausibles en apariencia tributan al desconocimiento de la subjetividad de una amplia población: aquella contra viento y marea apoya a la Revolución Bolivariana y consideran legítimo el gobierno del presidente Nicolás Maduro, sea que uno como “analista” u observador lo comparta o no es un dato de la realidad; mucha gente votó por Maduro aunque el sector opositor se abstuvo.

Son tres puntos los que trata la referida “Exhortación”, 1) recuperación del Estado de Derecho y de la sociedad, eso llama la revista Sic y el Centro Gumilla “el tejido social” para reestablecer la dignidad, la libertad y la justicia; 2) en atención al “sentido ético de la situación actual” establecen un sofisma que como tal es muy ingeniosa:
La Iglesia no es opositora sino que el gobierno se opone al pueblo, al parecer es una consigna prestada del episcopado de Nicaragua, qué casualidad, ¿verdad?; hay un grave deterioro de la calidad de vida (pobreza), frustración y clamor por un cambio que tienda a una transición democrática, ¿Qué no eso la narrativa de la oposición política de Venezuela?; 3) tanto la convocatoria como el proceso electoral del 20 de mayo de 2018 no fueron legítimas, en consecuencias “Vivimos un régimen de facto, la presidencia de Maduro es ilegítima en su origen y desempeño, carece de sustento democrático. Finalmente, lanza un juicio religioso, que sugiere que es pecado ser chavista; es un “Pecado que clama al cielo querer mantener a toda costa el poder y prolongar el proceso”, dicen, palabras más, palabras menos. Si denuncian al gobierno, ¿por qué no atacan también a los comerciantes especuladores, corruptos y hambreadores?

Nota bene:
Esos tres aspectos señalados pueden ser reiterados y seguramente lo serán en la Procesión N° 163 de la Visita de la Imagen de la virgen Divina Pastora de Barquisimeto y esperamos que no vuelvan a convertir un acto estrictamente religioso en un mitin político como ya es “tradición” en los últimos años, el obispo Víctor Hugo Masabe, Administrador Apostólico Sede Plena de la Arquidiócesis de Barquisimeto tiene la palabra… Aunque él es un viejo político de la IV República y no se puede pedir peras al olmo.


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Luis B. Saavedra M.

Docente, Trabajador popular.

 luissaavedra2004@yahoo.es

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