Vargas tiene como ser un emporio en turismo

Hace años –no muchos porque fue al comienzo de este tiempo revolucionario- escribí sobre el potencial de desarrollo que presentaba y sigue presentando el estado Vargas, si se quiere, una taza de oro sin pulir y del que imaginamos se encargará su gobernador García Carneiro.

Este estado tiene cerca de cuarenta playas, aunque no todas son aptas para los reales chapuzones que se dan los caraqueños cada fin de semana.

La cuestión está en que Vargas es un  franja estrecha, valga decir, entre el mar y la cordillera de la costa, pero su inmenso potencial radica en lo que en ella puede hacerse.

Antes que proceder a iniciar cualquier desarrollo, hay que solventar todo lo relativo al tema ambiental, esto es, recuperación de todas las vías, limpieza general, aseo urbano y domiciliario diario, eliminación de aguas negras, paradas del transporte colectivo, fortalecimiento de las zonas verdes y una amplia y rígida seguridad, de lo contrario no habrá turismo verdadero.

Ya hay proyectos adelantados, pero para este estado es vital contar con una amplísima infraestructura deportiva y artística, donde puedan ser desarrollados eventos nacionales e internacionales de alto nivel, algo así como el estadio de beisbol que está siendo construido en la capital, por los lados de Coche.

La idea es que no exista actividad relacionada con cualquier deporte que no pueda ser realizado en el estado Vargas, frente al Mar Caribe; donde existan áreas de entrenamiento para todas las áreas deportivas, centros de salud, variados y especializados restaurantes, centros educativos especializados en el área marina, expresiones culturales diversas y vinculadas a la artesanía, construcciones de embarcaciones, líneas de autos decentes, sin mentalidad especulativa, organizaciones musicales de expresión musical como Las sardinas de Naiguatá, mucha música y centros de diversión así como cualquier asunto que se puedan imaginar quienes dispongan de ideas para fortalecer esa región.

Lo vital en estas posibilidades que pueden ser concretadas, es que exista una real seguridad, un respeto y cuido permanente, 24 horas diarias de quienes visiten la región, sean nacionales o internacionales, con funcionarios de altísima moral, ética pero bien pagados.

Debo decir, con sinceridad, que es aquí donde hemos fallado en el país: Funcionarios mal pagados, sin buenas condiciones y, por ende, propensos a corromperse. Basta ver las noticias de sucesos para apreciar que es una realidad que existe y que no se resuelve.

El otro asunto, también vital, es la conducta ciudadana que debe ser construida, porque no todos los ciudadanos están claros en cómo debe ser tratado un turista, en el respeto, la consideración y la amabilidad que son necesarias para esta tarea, que no es más que captar amor hacia un pueblo, hacia un país.  



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Pedro Estacio


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