Ameliach, su re-elección para la gobernación de Carabobo, se puede escurrir por estas rendijas

Gobernador. Tres escenarios, no muy ostensibles pero sí sentidos, pueden frustrar su re-elección a la gobernación de Carabobo, o si fuere otro el caso, desblindar a cualquier otro buen candidato que lance el PSUV para que dirija los destinos de nuestro estado.

El primero de estos escenarios, es la inseguridad.

En su programa "Hablando de Poder" que usted transmite por Radio Nacional, fue enfático al afirmar que "Voy pa´lante con la OLP para liberar al Estado del hampa". Esto fue en Agosto 5, 2015, en su edición N° 42. Aseguró además, "que, pese a las amenazas recibidas "Voy es pa´lante" (sic) en la Operación de Liberación del Pueblo y la voy a llevar a todos los rincones del Estado".

¿Cómo podrá, Gobernador "ir p´alante" con su proyecto si la Comandancia de Policía del Estado Carabobo carece de unidades o radio-patrullas, por lo que, en oportunidades, el personal adscrito a los servicios de seguridad ciudadana tienen que hacer uso de sus propias motos o carros para atender emergencias?

Vivo en la zona Norte de Valencia, colindante casi, con el Paseo Cabriales por el que es muy peligroso pasar ahora por efectos de las bandas criminales organizadas ocultas tras matorrales, que te esperan para la emboscada. Cuando este "paseo" fue inaugurado hace apenas unos tres o cuatro años, contaba con muy buena iluminación, estupendas caminerías y una caseta policial bastante amplia, todavía en pie, pero desmantelada. En estos espacios se practicaba el footing y las señoras paseaban a sus chamitos en las agradables y soleadas mañanas.

Semanas atrás, en una pizzería cercana a nuestras viviendas, un comensal que disfrutaba del condumio con su familia, respondió a los tiros de su asaltante y ambos murieron en el inesperado e impactante evento. En nuestro condominio ya nos habíamos reunido para estudiar nuevas formas de defensa tanto en lo interno como en lo externo que pudieran ofrecernos mayor y mejor seguridad. En los planteamientos no se tomaba en cuenta, para nada, el apoyo que nos pudiera presta la policía del Estado Carabobo en en busca de solución al problema. En mi derecho de palabra, mostré mi celular. En la parte de atrás y en caracteres grandes, tengo escrito este número: 0241-8-237253. Explico que este es el cuadrante asignado a nuestra zona para que, a una llamada, en cosa de minutos, está en el sitio una patrulla de la policía del Estado. No me creen y digo que la patrulla que nos asistiría cubre únicamente las urbanizaciones El Viñedo, la Alegría y El Recreo, hasta la redoma de Guaparo. Por eso, expliqué, la patrulla llega en minutos. Como semanas antes yo lo había hecho, le dije a una señora que llamara para comprobar su efectividad. Cinco llamadas y nada. La señora guardó su teléfono. Me mira. Nos miramos. Out of. Ahora, ella, más disgustada que antes, y yo arrecho. Arrechísimo. Eran las ocho y media o nueve de la noche. Me separo de la sala y llamo al 911 para quejarme. Tampoco me atienden a tiempo. Una voz femenina no quiere pasarme a nadie más. Es a ella a quien debo comunicar mi queja. "Señor, señor, óigame. No se disguste. Es que no tenemos patrullas y cuando hay algo urgente, los policías van en sus propias motos o en su carros atender la emergencia"

El segundo caso de los tres que creo yo puede también conspiran contra su re-elección, es la inoperancia casi total del Super Abastos Bicentenario en la Av. Bolívar. Este enorme local, Gobernador Ameliach, montado en un espacio techado de 10.000m2., quizás el más grande en todo el país, cuenta con una capacidad de almacenamiento de 300 toneladas, estacionamiento para centenares de vehículos, y una enorme terraza adyacente para cafeterías y comida rápida. Es tan grande que tiene instaladas 42 cajas registradores para el cobro. Fue realmente un hiper. Todo esto muere después de haber sido apresado su gerente por haber sido descubierto en el productivo ejercicio del "bachaqueo" en 2014. Desde entonces, está abierto para nada. En Semana Santa abrió todos los días incluyendo el domingo de Resurrección. Y qué vendía? Lo ostensible era queso y carne. Ni una rueda de pescado, ni una pequeña camaiguana, ni una sola sardina del millón quinientos mil kllos que Mercal puso a la venta en todo el país en la Semana Mayor. Nada. Sólo queso y carne y toda aquella baratería de escaso uso y baja calidad de la enorme quincalla china que ocupa media hectárea de los 10 mil metros cuadrados de construcción donde se aloja. Sólo eso. También, y lo recuerdo en mi inventario memorístico, estanterías repletas de Vodka a 10 mil bolívares la botella, infinidad de esas atractivas bolsitas de colores llenas de chucherías-basura, multitud de multitudes de cremas para afeitar, unas hortalizas y verduras expuestas más allá para que nadie se las lleve por su baja calidad, y cosa grave… La enorme panadería que podría acabar con colas provocadas, con la especulación por el no pesaje del producto cuando deciden venderlo, que puede contribuir a evitar el trasiego ilícito, al escondrijo de la materia prima, está cerrada desde hace tres años. Gobernador, esto conspira contra usted si aspira a la re-elección, o contra cualquier otro candidato del PSUV que pudiera estar en lista de espera.

El tercer caso que planteo con toda la intención de que sean corregidos los problemas que allí existen para que nuestro Estado pueda ser realmente "100% Barrio Adentro", es el referido al CDI y CRI "La Begoña" en el Municipio Naguanagua, colindante casi con Valencia y al frente mismo de la Brigada Blindada Fuerte Maracay.

Innegable, que cuando el presidente Maduro calificó a nuestro Estado como cumplidor de todos los pasos para ser considerado ciento por ciento eficiente en atención a la salud, tomó en cuenta la bondad, la vocación de servicio de los médicos, enfermeras, personal auxiliar y a cada uno de los trabajadores manuales e intelectuales que trabajan en nuestros CDI y CRI en el Estado. Eso es innegable. Pero hay cosas que los informadores suelen pasar por alto y no informan y es el estado físico de las instalaciones y los servicios generales de recepción y confort al visitante.

Hace unas dos semanas visité este Centro. El de La Begoña. Ese día, el 50% de sus servicios fueron suspendidos por falta de agua. Vi a médicos, enfermeras, personal general, cargando agua en cubos para llevarlos a sus cubículos. Y esa contingencia es frecuente, me dice una estudiante de medicina que visita el Centro. Y fue más allá la joven que está por graduarse y quiere que todo marche bien en los CDI. Me muestra las sillas de recepción, entre ellas, una hilera que se soporta con unos ladrillos. Veo puertas rotas, lámparas en el estar y en los pasillos que no funcionan. Me dice que cuando llueve se cuela el agua de los techos. Algo más me dijo, pero la llamaron y se fue casi de carreras. Me mordió su preocupación. Me quedo un poco más. En el área del CRI, unas quince o veinte personas esperan ser atendidas. Pero están de pie y en los exteriores del centro. Me pregunto: ¿Esta gente dónde se cobijará cuando vengan las lluvias?. Cerca de ell@, en la pared, hay unas estructuras metálicas por lo que supongo que sobre ellas había un techo.

Lo último que me dijo la estudiante antes de irse fue que "no soporto que a los pobres los sigamos tratando como insensibles. Son pobres, ya está". Mi traducción a su amorosa reflexión: como son pobres, no exigen. Van por salud y esperan así sea sentadas o sentados en sillas con las patas rotas….y de eso no nos damos cuenta.

Tenía un cuarto punto, pero no se lo referiré in extenso porque, creo, eso no quita ni aporta votos. Me refiero a las ruinas, desechos super-sólidos y "oficinas" de ingenieros de latón, que adornan, en su centro y desde hace más de diez años, la gran Avenida Bolívar de Valencia en toda su extensión. Son restos del aún no concluido Metro de Valencia, problema vial al que nos hemos acostumbrado a vivir con estoicidad, a tal punto que, si nos lo quitan, seguramente lloramos. Es parte de nuestro paisaje diario.

ANTIMEMORIA

Este CDI de La Begoña, como he dicho, está frente al Fuerte Paramacay. Un soldado que estaba de guardia en dicho centro asistencial me dijo que son muchos los que vienen del cuartel a "recetarse".

Se me prendió el bombillo. ¿No sería magnífico, pensé y planteo, que la vecindad de ambas instituciones sea propicia para afianzar una real unión cívico-militar que signifique la participación del Fuerte Paramacay en una actitud recíproca de servicios con el CDI y el CRI? Y voy más allá. En los predios del Fuerte (es decir, dentro) hay unas cuatro o cinco enormes vallas publicitarias comerciales que dan frente a la muy concurrida Av. Universidad que deben pagar al Paramacay, fuertes sumas de dinero, entre ellas una de Diablitos Underwood y otra, de la inefable Coca-Cola. Por qué, me pregunto, no destina la Brigada alguna pequeña cantidad de esos ingresos para el mantenimiento del CDI y del CRI que tan amorosamente atiende a sus tropas en cualquier momento o circunstancia que lo requieran?

Recordé también que el CDI se queda sin agua con frecuencia y tiene que suspender servicios. El Paramacay, al frente, cuenta con pozos que producen 950 mil litros por segundo. Por aquí puede comenzar el entente cívico-militar que es parte de la filosofía integradora del estado venezolano.

*Periodista / Investigación. / 17.04.17.



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