Valencia: las cachúas, la oligarquía y sus traiciones

Pocos venezolanos desconocen ese hecho  vergonzoso de nuestra historia llamado La Cosiata,  gestado y ejecutado en y desde Valencia como máxima traición a los ideales del Libertador Simón Bolívar y a su propuesta de conformación de una Patria Grande Nuestramericana. Tal vez ese fue el punto de inicio de una forma deleznable y repudiable de hacer política en Carabobo, fundamentada en la zancadilla, la traición y la doble cara, y cuyos principales exponentes fueron siempre la rancia oligarquía valenciana, quienes directa o indirectamente ejercieron el poder político y el control de la ciudad y el estado. 

Esta vieja y mala costumbre de origen colonial se potenció en los inicios de la república y pasando por un proceso evolutivo particular, con expresiones propias según la época, llegó hasta nuestros días, fuerte y saludable. La hemos visto en distintos ámbitos de la política, ya sea municipal y regional, con repercusiones nacionales y con especial brillo en el mundo de la política universitaria, donde se acuñó el término "cachúa" que se hizo popular en todo el país. ¿Y que era (y es) una cachúa? Lo explico gráficamente: supongamos que había elecciones, por ejemplo, para elegir al Rector de la Universidad de Carabobo; como parte del proceso un sector de la oligarquía valenciana se comprometía públicamente y con la Biblia en la mano a votar por un determinado candidato, y llegado el día y la hora de la verdad, votaban por otro. Y lo característico de la cachua era que se comprometían, acompañaban la campaña electoral, se sacaban la foto, se juraban amor eterno y al final: Zuas..!! La traición, el cacho. Sin que les temblara un músculo de la cara votaban y elegían a otro. Y al otro día ni pena les daba..!! Esa práctica se hizo común, y como diría Alí Primera: aquí la tenemos hoy..!! 

¿Pero a qué viene todo este recuento? Pues que tenemos unas importantísimas elecciones parlamentarias  encima, y parafraseando al ex-presidente Caldera: aquí huele a cachúa!! Veamos las cosas en frío: la oposición en Carabobo es un saco de gatos, que parecen amigos, se retratan juntos, pero que en realidad cada uno tiene un secreto deseo: ponerle la mano a la gobernación y al estado. Y cada quien saca su cuenta y arma su juego según sus propios intereses. Para ellos el enemigo histórico a derrotar es la familia Salas Romer, máxima expresión de la oligarquía valenciana, de sangre y ojos azules y quienes ya gobernaron el estado por 20 años.

Una de las principales características de los Salas en el gobierno fue su carácter hegemónico y el "come-solismo". Es decir, no repartían ni las sobras. Esto, por supuesto les endosó muchísimos rivales y fueron siempre el enemigo a vencer. Hoy andan de capa caída y con los zamuros viéndolos desde arriba, toda vez que su última propuesta política fue derrotada por una jugada inscrita, sin ninguna duda, dentro de la teoría filosófica de la cachúa. Fue así como tres perfectos "Don nadie" de la política derrotaron en las elecciones internas opositoras a los mejores cuadros de los Salas: su propio hijo Enrique Fernando, Julio Castillo y Carlos Graffe. ¿Y de dónde sacaron los votos estos desconocidos para derrotar a los Salas? Pues es un secreto a voces que un pacto de un sector opositor con un sector del PSUV le arrimó los votos a estos tres “bates quebraos” para que ganaran, en mala lid, esas elecciones primarias. Se dice que el padre de esta cachúa fue Enzo Scarano, y que sus ojos embelesados los tenía puestos en la gobernación. Tan clarita y desvergonzada fue esta cachúa que el Viejo Salas Romer  "drenó su arrechera" vía twitter diciendo "ganó el PSUV". 
 
Y es que Salas Romer olvida el dicho popular que reza "el que a hierro mata no muere de un sombrerazo". La misma Dinastía Salas que mal gobernó Carabobo Por 20 años es el resultado de una Cachúa que un sector de Acción Democrática le jugó a su candidato Oscar Celli. Si señores, y eso es bueno recordarlo, el Dr. Oscar Celli lucía como un candidato invencible en las elecciones de 1989, y sin embargo, en una jugada que tuvo como operador político a Julio Castillo, un sector adeco liderado por Jesús Pérez (y en el cual participaban el finado Paco Cabrera y la hoy Diputada Vestalia Sampedro), aportó los votos adecos que, fuera de línea, permitieron al Viejo Salas ganar la gobernación como candidato de Copei. Luego Salas, siguiendo la tradición cachuérica de la oligarquía política valenciana, dejaría fuera del gobierno a Copei y crearía e impulsaría su propio partido Proyecto Carabobo.

Cachúa engendra Cachúa. Hoy cuando vemos las fotos y afiches de los líderes de la oposición valenciana lamentamos que no exista una aplicación informática  que permita ver la foto por detrás, para detallar los enormes cuchillos que lucen sus manos a sus espaldas. Y es que cada uno tiene su agenda cachuérica. Ya Primero Justicia se ve con 2 Diputados electos y por tanto con derecho a poner el próximo candidato a gobernador por la oposición, dicen que en alianza con los adecos. Ya le tienen sobrenombre al pacto: “Huevo frito”. Y nombre al candidato: Julio Matheus, cuñado de Julio Borges. Pero Enzo Scarano, alzao y pendenciero, reclama su derecho de preferencia pues según él, tiene mucho más tiempo con el serrucho en la mano. 

¿Y los Salas? ¿Se resignaron a morir? No creo..!! Para los Salas es cuestión de honor ser los jefes de la oposición en Carabobo, y para esos fines es mejor que algunos candidatos opositores pierdan, incluidos los del Circuito 5 hasta por cuestiones de venganza, que ahí no duelen tanto los cachos como la mamadera de gallo. Total, que en ese todos contra todos de los sectores opositores en Carabobo, cada sector apuesta por la derrota del otro. Queremos ganar pero ganar nosotros, dice cada uno mientras arrima la sardina para su brasa.

Y las tácticas y las estrategias tienen como objetivo armar de manera certera la cachúa que les permita  a "su" partido sacar provecho, en detrimento del otro. Porque la MUD de Unidad no tiene nada. Y de democrática tampoco. Más bien es, en la práctica, la cancha de ejercicios para practicar lo que la oligarquía valenciana hace mejor: traicionarse entre ellos. O dicho en el lenguaje que ellos mismo se inventaron: para tirarse cachúas entre ellos. Y así, les va a ser difícil ganar. Pero ese es su problema!!
 


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Jose Gregorio Blanco

Lic Dirigente del PSUV Analista político.

 jgblancocorona@yahoo.com      @josegblancoc

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