La pregunta de las 64.000 lochas

¿Por qué los venezolanos no se alzan?

Martes, 01 de octubre de 2019.- ¿Por qué los venezolanos no se alzan?

Esta es una pregunta que muchos se hacen ante las presentes condiciones económicas-sociales que se han enseñoreado en el país.

Somos, o hemos sido, un pueblo aguerrido, rebelde, echado pa lante, ¿qué es lo que nos está pasando?

Por mucho menos de esto surgió el llamado Caracazo que se presentó con una serie de violentas protestas, que dejaron a Venezuela casi sin gobierno por unos días, por lo que se ha considerado como una reacción espontánea del pueblo, ante las medidas económicas anunciadas durante el principio del segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez y que dio inicio a la caída de la IV República, que se inició en Guarenas el 27 de febrero de 1989 y terminó en Caracas el ocho de marzo de ese mismo año.

Este Sacudón, como también se le conoce, trajo una cantidad enorme de muertos, cientos de muertos, los transportaban en camiones de volteo, cantidad aún no determinada.

¿Qué es lo que pasa, es que el pueblo ha perdido combatividad, o está conforme con la actual situación, o está paralizado, o tiene miedo, o comprende lo que pasa y espera un cambio o es que apoya incondicionalmente al gobierno, llamado cívico militar, liderizado por Nicolás Maduro?

Hay varias teorías, mas que teorías, especulaciones al respecto.

Son intentos de explicaciones de por qué el pueblo venezolano no se alza ante una situación realmente crítica, como la que estamos viviendo.

Y todo esto ante una actitud aparentemente indiferente de un sector del gobierno nacional, que pretende vendernos, ese es el discurso oficial, que todo lo que nos está pasando es producto de la intervención norteamericana, que por supuesto tiene su peso, pero no es el único factor.

Añadiendo la idea de que todo está bien, insistiendo que al acabarse la injerencia gringa todo mejorará y ellos, los del gobierno, no terminan de sacar adelante al país, logrando superar esta situación que parece no tener fin.

Gobierno que no termina de sustituir a aquellos funcionarios, prácticamente inamovibles, que no dan pie con bola, que de alguna forma han contribuido a llevarnos a este desastre, que van a cámara lenta, que no resuelven y solo se mueven a nivel de maquillar la situación general.

No terminan de decretar una situación de emergencia nacional y no se deciden a tomar, de una vez por todas, las medidas drásticas que nos permitan salir de este atolladero en que nos encontramos.

Se trata es de mover al gobierno, al cuerpo nacional con medidas como incrementar la producción interna y dejar de comprar afuera todo lo que consumimos, cambiar la mentalidad rentista, producir sobre todo alimentos para el pueblo, alimentos a precios accesibles, atender a los casos pendientes, guerra frontal contra la corrupción, control de precios, cambio de mentalidad que puede empezar de pasar de ser reactivos a ser proactivos, hablar menos y hacer mas.

Por otra parte, la llamada derecha, la dividida y maltrecha derecha, no muy bien intencionada por los vientos que soplan, apoyada groseramente por la administración Trump y todo el poder imperial de USA y Europa, con la complicidad grosera de muchos gobiernos Latinoamericanos, que no parecen entender que ese apoyo se puede convertir en su propia condena en el futuro, si deciden cambiar su rumbo y contradecir a la hegemonía de los Estados Unidos de Norteamérica.

También sostienen algunos desde la derecha, que el pueblo está comprado, que se ha acostumbrado a las dádivas, a las cajas del CLAP, a los bonos y prebendas, que está prácticamente domesticado, visión está contaminada de un enorme desprecio y una indudable desvalorización de ese pueblo, al que prácticamente desprecian.

Otros desde el gobierno pretenden que el pueblo no se alza porque apoya incondicionalmente a la Revolución Bolivariana, a pesar de todas las desviaciones presentes, están con nosotros, dicen, este pueblo tiene un muy alto grado de conciencia y por eso sigue aguantando, sigue adelante con este proyecto, se regocijan algunos desde las altas esferas.

Una oposición que minimiza el valor del pueblo y un gobierno que sobrevalora su apoyo.

Y hay una tercera, entre muchas otras opiniones, que sostiene que hay una especie de adormecimiento de las masas, una especie de hipnosis colectiva.

Que combinando con el desmantelamiento del poder popular, planificado y ejercido sistemáticamente desde el gobierno, desmantelaron el poder popular y eso impide cualquier reacción del pueblo ya que castraron a sus líderes populares, los cooptaron, los transformaron en su mayoría en burócratas y a pesar de las circunstancias imperantes, siendo el pueblo la víctima directa de todo lo que nos pasa como país, no reacciona.

¿Qué puede pasar cuando ese pueblo se despierte, deje de emigrar, de huir, renueve su dirigencia y exija sus derechos, que pasará cuando exija y reclame la posibilidad de un mejor futuro para sus hijos, para sus nietos?

Un mejor gobierno que nos coordine como nación para salir adelante es lo que reclama la gente.

Una de las preguntas que está en el aire es: ¿de dónde va a salir este futuro mejor gobierno?

¿De dónde?

De una reflexión profunda, una revisión y renovación de la administración de Nicolás Maduro, de los militares y el PSUV o de la oposición que promete una vida mas próspera, con el auxilio de los gringos que se quieren asegurar el usufructo de nuestras riquezas o de un país cansado y esperanzado que debe despertar en cualquier momento.

El futuro próximo nos lo dirá.

En todo caso, la pregunta inicial sigue sin ser respondida:

¿Por qué los venezolanos no se alzan?... y usted ¿qué opina?



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Luis Enrique Sánchez P.


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