Congreso de Saberes Africanos, Americanos y Caribeños, y Cambio Climático

Dos recientes noticias se han entrecruzado en mi mente y me confirman lo perdida que está la especie humana con referencia a los desastrosos y acelerados efectos del cambio climático. El viernes 15 de Julio pasado se instaló el Comité Organizador del VI Congreso Internacional de Saberes Africanos, Americanos y Caribeños, cuyo eje temático central será "Conflictos actuales y Nuevas Tendencias Políticas en el Sur Globalizante". Es significativo cómo este Comité obvia absolutamente las consecuencias del principal conflicto de nuestra época, el que mantiene el humano contra la naturaleza y que conduce al colapso civilizatorio, como veremos más adelante. Sorprende que esta importante omisión ocurra en un evento que pretende influir en países que están entre los más pobres del mundo y por tanto entre los más vulnerables a los efectos del cambio climático.

El VI Congreso Internacional de Saberes Africanos, Americanos y Caribeños se realizará en Venezuela en el marco de la Feria Internacional del Libro de Venezuela (FILVEN 2022), a mediados de noviembre, y tendrá 2 mesas de trabajo y 8 temas, y ninguno de ellos aborda la trascendental temática del cambio climático.

La otra noticia que, entrecruzada con la que he mencionado, me lleva a estas reflexiones es la catastrófica ola de calor que se ha desatado en Europa en los principios del verano de 2022 (junio-julio). La intensa e inusual ola de calor ha hecho estragos en Europa, como consecuencia del cambio climático. En Portugal, las altas temperaturas han cobrado la vida de 659 personas en la segunda semana de julio, según el Ministerio de Salud de ese país. En España, unas 368 personas también han muerto en ese mismo período por las altas temperaturas. El número de víctimas en la península ibérica sumó así los 1.027.

Autoridades de Francia emitieron una alerta roja en la zona oeste de ese país, donde las temperaturas podrían alcanzar los 44 °C.

La Oficina Meteorológica del Reino Unido también emitió una alerta roja, diciendo que las temperaturas en partes de Inglaterra podrían subir hasta 40°C (104°F), lo que rompería el máximo histórico. De hecho, en este país las autoridades del aeropuerto Luton, de Londres, tomaron la decisión de cerrar la pista de aterrizaje debido a un "defecto de superficie" como consecuencia del calor abrasador. En Gales, luego de que estallaran incendios forestales, se cancelaron los trenes y se cerraron las escuelas.

La mayoría de países del sur de Europa como España, Portugal, Francia, Grecia, Croacia e Italia, han estado igualmente lidiando con severos incendios forestales debido al alto calor.

Se espera que el calor extremo no sólo incremente la propagación de incendios forestales, sino que también traerá como consecuencia la escasez de agua. Los embalses en España terminaron en junio al 44,4% de su capacidad total. Las especies de fauna y flora también se verán afectadas por las temperaturas inusualmente altas.

La crisis económica actual y los altos precios del petróleo debido en parte a la invasión de Ucrania por parte de Rusia, han dado excusa a políticos de varios países para justificar el aumento en la explotación de energías no renovables. El gobierno estadounidense reveló recientemente un plan de desarrollo de perforación de petróleo y gas en alta mar de cinco años que autorizará la venta o arrendamiento de zonas de perforación y explotación en el Golfo de México y Alaska. El plan se produce poco después de que la conservadora Corte Suprema de EE.UU. restringiera el poder de la Agencia de Protección Ambiental para responder a la crisis climática.

Las predicciones del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) de la ONU para 2080 ya están sucediendo en 2022, según la revista científica Nature Climate Change.

Además de los incendios forestales, desde Portugal hasta los Balcanes, algunas áreas, incluido el norte de Italia, también están experimentando sequías prolongadas.

Los científicos del clima dicen que las olas de calor son más intensas, más frecuentes y más prolongadas debido al cambio climático y, junto con las sequías, han hecho que los incendios forestales sean más difíciles de combatir. Dicen que el cambio climático continuará haciendo que el clima sea más extremo y que los incendios forestales sean más frecuentes y destructivos.

Ahora bien, mientras esto ocurre en Europa ¿qué queda para nuestros países de lo que se ha venido denominando el "Sur"?

 

"El cambio climático está afectando ya a los países pobres y a los pobres de todos los países más que a los países ricos y a los ricos de todos los países", afirma Miguel Pantoja, ingeniero industrial con conocimientos en cambio climático (1). Esto, acota, se debe principalmente a que "los países y las personas pobres tienen menos medios materiales y financieros suficientes para hacer frente a los episodios climáticos adversos" (2). Por ejemplo, a tormentas, inundaciones, sequías u olas de calor y de frío.

La falta de medios en algunos lugares hace que, además, la recuperación después del desastre sea mucho menos rápida y completa, según Pantoja: "Esto, que se ha observado antes, por ejemplo, con los terremotos (todavía hay zonas de Managua afectadas por el terremoto de 1972 sin reconstruir), ahora se generaliza con la crisis climática" (3)

Varios estudios indican que el calentamiento global ha aumentado la desigualdad económica. Una investigación publicada en la revista PNAS (4) señala que ha favorecido económicamente a los países más fríos, como Noruega y Suecia, y ha perjudicado a los países cálidos, como India y Nigeria. "La mayoría de los países más pobres de la Tierra son considerablemente más pobres de lo que habrían sido sin el calentamiento global", afirma el climatólogo Noah Diffenbaugh, autor principal de esa investigación.

Un informe publicado por la ONU indica que el cambio climático es un factor decisivo de la migración interna debido a sus impactos en los medios de subsistencia de las personas y en la pérdida de habitabilidad en algunos lugares.

De los 33,4 millones de desplazamientos que tuvieron lugar en 2019, 24,9 millones fueron debidos a desastres causados por el cambio climático, según el Centro de Monitoreo de Desplazamientos Internos.

Paradójicamente, un informe publicado por Oxfam (5) asienta que las 20 personas más ricas del mundo emiten 8.000 veces más dióxido de carbono que los 1.000 millones más pobres.

Según datos de Naciones Unidas, en los últimos 20 años los desastres climáticos han afectado a 4.200 millones de personas y han sido los países en desarrollo los que han sufrido el impacto más importante.

En el caso de América Latina, el cambio climático afecta a las personas más pobres porque:

  • Se produce la destrucción de tierras de cultivo y, por lo tanto, desaparece la forma de subsistencia de las familias

  • Las casas desaparecen o quedan gravemente dañadas, ya que los materiales que se utilizan no son resistentes ni seguros

  • No tienen acceso a servicios de sanidad adecuados

  • El sistema de saneamiento desaparece o resulta dañado, y agua se contamina y se transmite enfermedades

  • El precio de los alimentos básicos aumenta y se hace inaccesible para las personas con menos recursos

  • Las personas deben desplazarse a otros lugares como refugiados climáticos y comenzar su vida desde cero

  • El agua se convierte en un bien escaso, y esto afecta a la agricultura y a la ganadería, además de producir una competencia por conseguir agua

  • La ausencia de compromisos políticos, una institucionalidad débil y brechas en el conocimiento científico son algunos de los factores que dificultan la capacidad de adaptación y la implementación de medidas de mitigación en América Latina.

El Quinto Informe del IPCC advierte sobre las "trampas de pobreza" en las que la población rural y urbana de América Latina puede caer si los gobiernos no toman medidas de adaptación, si las medidas que toman son insuficientes, o si es mala la adaptación.

Y atención, Venezuela: las emisiones de gases de efecto invernadero de América Latina representaban en 2018 el 8,3% del total global de emisiones. El 46% de esas emisiones provenían del sector de energía, por lo que nuestro país petrolero tiene especial responsabilidad en el enfrentamiento real, concreto y efectivo al calentamiento global. Estas emisiones continúan en aumento, en especial en el sector energético, ya que el sector del transporte es uno de los que más se ha incrementado en los últimos años.

La pérdida de glaciares se ha intensificado a partir de 2010, sobre todo en la zona de la Cordillera de los Andes de Argentina y Chile. Estos glaciares son la principal fuente de agua dulce para agricultura, energía hidroeléctrica y consumo humano en países como Perú, Bolivia, Colombia y Venezuela.

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Se espera que el derretimiento de los glaciares y el permafrost liberen metales pesados, especialmente mercurio, lo que reduce la calidad del agua para los organismos de agua dulce, así como para el uso doméstico y agrícola

Los patrones de precipitaciones ya están cambiando en el sistema climático de América Latina, con aumentos en las inundaciones y en las sequías. La región sudeste de América del Sur ha experimentado un aumento en las precipitaciones, mientras que la región centro y sur de Chile experimenta un aumento en las sequías.

Para mediados de siglo, se prevé que el aumento de la temperatura y la disminución de la humedad del suelo harán que la sabana reemplace gradualmente al bosque tropical en la cuenca oriental del Amazonas.

Para fines del siglo XXI, el calentamiento en América del Sur llegaría a los 4° C con reducción de las lluvias en la región tropical y aumentos (15-20%) en el sud este de América del Sur, así como se espera que aumenten la cantidad de días y noches cálidas y las lluvias intensas. ​

En las zonas más secas, el cambio climático probablemente agravará la sequía, lo que provocará salinización y desertificación.

Se prevé que la productividad del ganado y algunos cultivos importantes como el maíz y el café disminuyan, con consecuencias adversas para la seguridad alimentaria.

Igualmente se presume que el aumento del nivel del mar incrementará el riesgo de inundaciones, el desplazamiento de personas, la salinización de los recursos de agua potable y la erosión costera en las zonas bajas.

Se adelanta que los cambios en los patrones de precipitación y el derretimiento de los glaciares afectarán significativamente la disponibilidad de agua para el consumo humano, la agricultura y la generación de energía.

La deforestación, debido a la expansión de las actividades agropecuarias, ha agravado el proceso de degradación del suelo, la pérdida de biodiversidad y el aumento de la vulnerabilidad de las comunidades expuestas a inundaciones, deslizamientos de tierra y sequías. El Informe especial sobre el cambio climático y la tierra advierte una disminución del 8% al 14% del producto agrícola como efecto de la desertificación. ​

En África la situación no es mejor. Según el IPCC, la vulnerabilidad de África al cambio climático está impulsada por una serie de factores que incluyen una capacidad de adaptación débil, una alta dependencia de los bienes de los ecosistemas para los medios de vida y sistemas de producción agrícola poco desarrollados. Los riesgos del cambio climático sobre la producción agrícola, la seguridad alimentaria, los recursos hídricos y los servicios de los ecosistemas probablemente tendrán consecuencias cada vez más graves en la vida y las perspectivas de desarrollo sostenible en África.

Las temperaturas superficiales observadas han aumentado en África desde finales del siglo XIX hasta principios del siglo XXI en aproximadamente 1 ° C. En ciertos lugares, la temperatura ha aumentado todavía más, por ejemplo, en el Sahel la temperatura mínima ha aumentado hasta 3 ° C al final de la estación seca

La calidad y la disponibilidad del agua se han deteriorado en la mayoría de las áreas de África, particularmente debido al cambio climático. Los recursos hídricos son vulnerables y tienen la posibilidad de verse fuertemente afectados por el cambio climático con vastas ramificaciones en las sociedades humanas. El IPCC predice que millones de personas en África enfrentarán de manera persistente un mayor estrés hídrico debido a la variabilidad y el cambio climático.

El cambio climático afectará cada vez más a África debido a muchos factores. Estos impactos ya se están sintiendo y aumentarán en magnitud, si no se toman medidas para reducir las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Los impactos incluyen temperaturas más altas, sequía, patrones cambiantes de lluvia y una mayor variabilidad climática. Estas condiciones inciden en la producción y el consumo de energía. La reciente sequía en muchos países africanos que se ha relacionado con el cambio climático, afectó negativamente tanto a la seguridad energética como al crecimiento económico en todo el continente.

África será una de las regiones más afectadas por los efectos adversos del cambio climático. Las razones de la vulnerabilidad de África son diversas e incluyen bajos niveles de capacidad de adaptación, escasa difusión de tecnologías e información pertinente para apoyar la adaptación, y una alta dependencia de los agroecosistemas para los medios de vida.

La agricultura en la mayoría de los países africanos es principalmente a pequeña escala y de secano, lo que la hace particularmente vulnerable a la variabilidad y al cambio climático. Es probable que las alteraciones observadas y proyectadas en los patrones de precipitación debido al cambio climático acorten las temporadas de cultivo y afecten el rendimiento de los cultivos en muchas partes de África.

El cambio climático ha afectado a los sectores energéticos de África, ya que muchos países dependen de la generación hidroeléctrica. La disminución de los niveles de lluvia y las sequías han resultado en niveles más bajos de agua en las represas con impactos adversos en la generación de energía hidroeléctrica. Esto ha provocado una baja producción de energía eléctrica, un alto costo de la electricidad y cortes de energía o deslaves en algunos países africanos que dependen de la generación de energía hidroeléctrica. Las interrupciones en la generación de energía hidroeléctrica han afectado negativamente a varios sectores en países como Ghana, Uganda, Kenia y Tanzania.

Los países africanos tienen los sistemas de salud pública menos eficientes del mundo.​ La carga de enfermedades infecciosas como la malaria, la esquistosomiasis, el dengue y la meningitis, que son sensibles a los impactos climáticos, son más altas en la región del África subsahariana. Por ejemplo, más del 90 por ciento de los casos anuales de malaria en el mundo se encuentran en África. ​ Los cambios en el clima afectarán la propagación de agentes infecciosos y alterarán la disposición de las personas a estas infecciones.

El cambio climático, que dará lugar a un aumento de las temperaturas, tormentas, sequías y aumento del nivel del mar, afectará la incidencia y distribución de enfermedades infecciosas

Dicho todo esto, es claro que la omisión que hemos señalado en el programa del VI Congreso Internacional de Saberes Africanos, Americanos y Caribeños es grave. Suponemos que los organizadores están a tiempo de corregirla, pues los datos científicos llevan a la conclusión incontestable de cuál es el máximo conflicto al que nos enfrentamos. No son las guerras internacionales, ni los conflictos internos (ambos desastres podrían ser generados y potenciados a futuro por el cambio climático), sino el conflicto generalizado de la especie humana con la naturaleza ¿Será que escuchan, no a mí, sino a las miles de voces científicas que nos lanzan advertencias todos los días? A juzgar por los hábitos de la confusa izquierda del mundo (el Congreso, sin duda, es de origen oficial, con el aderezo de unas pocas organizaciones independientes alineadas con el Estado), las esperanzas no serán muchas, dado que los dirigentes de izquierda sufren parcialmente del síndrome de los tres monos místicos, que no ven, no oyen y no hablan. Esta izquierda parece que no ve ni oye. Eso sí, habla que jode.

  1. Pantoja, Miguel. "Por qué los países y las personas más pobres sienten desproporcionadamente los efectos del cambio climático". Maldita.es, 07/02/2022

  2. Ibid

  3. Ibid

  4. PNAS: Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America

  5. Oxfam (Oxford Conmmittee for Famine Relief) es una confederación internacional formada por 19 ONG que realizan labores humanitarias en 90 países



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Néstor Francia


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