La situación del pueblo Warao

El pueblo Warao cuenta con una población de mas de 36 mil personas según el ultimo censo 2001, realizado por el Instituto Nacional de Estadísticas – INE, ubicado en tres estados originalmente: Monagas, Sucre y Delta Amacuro. Recientemente fueron reconocidas las cinco comunidades warao establecidas en el municipio Caroní del Estado Bolívar.

Un grupo bastante numeroso del pueblo Warao hoy en día se encuentra disperso en varios puntos del país fuera de sus hábitats originales o naturales, debido a las carencias y la situación precaria que viven en las comunidades indígenas actualmente. Se puede ver gente del pueblo Warao en diferentes ciudades del país como Barcelona, San Félix, Valencia, Maturín y Caracas – Distrito Capital, en situación de calle, en los semáforos, en mendicidad, bajo el sol; madres con sus niños en el brazo. Esta situación se viene presentando desde los años 90.

Es justo reconocer el gran esfuerzo del Ex presidente Hugo Rafael Chávez Frías por incluirnos en las políticas del gobierno y favorecer la participación protagónica de los pueblos indígenas en las estructuras de los poderes públicos.

 

Las principales causas que generaron la emigración del pueblo Warao a las principales ciudades del país:

En el año 1966 con el cierre del Caño Manamo se cometió un crimen de lesa humanidad, genocidio, etnocidio y ecocidio. Ese muro de contención construido, de 42 km, en Tucupita, causó la contaminación del Caño Manamo y de todos los ríos afluentes del municipio Tucupita y Pedernales del Estado Delta Amacuro, debido a la penetración de la salinidad del Océano Atlántico, que causó mortandad de los peces de esos ríos y en consecuencia incrementó la mortalidad de los habitantes de las comunidades indígenas waraos por consumir aguas y peces contaminados. Esto motivó la huida de gran parte de la población Warao a la ciudad de Tucupita buscando protección y para evitar más muertes que en su mayoría fueron de los más vulnerables: niños (as) y ancianos (as).

En los años 90, por una epidemia de cólera en las comunidades indígenas del Bajo Delta, según datoz no precisadoz exactamente, se habla de 10 mil waraos fallecidos a causa de la epidemia, cuestión que también generó la migración de comunidades enteras a Tucupita y luego para otras ciudades del país.

La creencia y cosmovisión del pueblo Warao cuando ocurren eventos de esta naturaleza, lleva a que lo relacionen con los espíritus de la muerte que se quieren llevar la vida de los waraos y no hay más remedio que huir para no ser víctimas de estos fenómenos.

Aunado a lo ya mencionado, actualmente se suman otros problemas, como es el caso del sida (VIH) y muertes por enfermedades aún desconocidas e incluso especialistas han hechos estudios en la zona para determinar las posibles causas y no se han visto los resultados, por lo menos de manera publica. En este caso, la gobernadora para ese entonces, declaró por una emisora que esas muertes se debían a que los waraos habían comido un pez conocido como “tamborín”; fue una respuesta para salir del paso, y esto genero molestia y polémica en la población y la respuesta fue: “el warao no come tamborín ni que se este muriendo de hambre”.

La inseguridad en el Río Orinoco, Caño Grande, Caño Macareo y aguas aledañas cada día es mayor. Si anteriormente esto ocurría esporádicamente, hoy en día es a diario que ocurren estos eventos de atracos a los hermanos indígenas que se trasladan desde las comunidades a Tucupita y viceversa; les han asesinado y les han obligado a tirarse al rio para quitarles sus pertenencias.

La falta de atención gubernamental a estos problemas que he mencionado inciden grandemente en la migración de los hermanos waraos a las ciudades en busca de mejoría.

Producto de estas migraciones tenemos actualmente cinco comunidades asentadas en el municipio Caroní del Estado Bolívar, que son las siguientes: Cambalache, frente terminal de San Félix, Chirica Vieja, Riviera y Zaruma.

En Cambalache, está la comunidad más numerosa, debido a lo cercano del río Orinoco, pues se hace mas fácil para la llegada de los waraos que proceden del Bajo Delta, en curiara y con motor fuera de borda, quienes vinieron a esta comunidad con la esperanza de sobrevivir a la hambruna, a expensas de un vertedero de desechos de Cambalache; tanto así, que cuando este vertedero fue clausurado, en 2014, esdta comunidad se vio afectada gravemente, porque era lo que le garantizaba el sustento diario con la recolección de desechos. Una actividad impuesta por la sobrevivencia, pero con la que no estoy de acuerdo, porque el Warao merece un empleo digno y una vida mejor.

 

No ha habido una política seria para atacar y resolver el problema del pueblo Warao

Desde el ministerio indígena se han hecho esfuerzos, pero no lo suficiente. Por ejemplo, en lo que respecta al pueblo Warao tienen una casa hospital flotante en Macareito, cerca del Puerto Volcán de Tucupita, estacionado desde que se entregó para funcionar en las comunidades, sin prestar en todo el tiempo ninguno de los beneficios para los cuales fue creado, y generalmente, designan como directores de esta institución en la región deltana a personas foráneas, que no conocen el mundo Warao, ni a sus comunidades, habiendo personal Warao capacitado para asumir dichas funciones.

La implementación del Arco Minero de Orinoco en las comunidades indígenas, sin información y consulta previa es otro error garrafal; una clara violación a nuestros derechos plasmados en la Constitución y en la Ley Orgánica de Pueblos y Comunidades Indígenas (LOPCI). Y pronostico, que con este decreto del AMO, vendrá la próxima tragedi,a de una magnitud incalculable, para el pueblo Warao.

 

El hambre, la desidia, hacen que los hermanos waraos opten por vías irregulares para solventar su situación e ingenuamente caen en las mafias del contrabando de gasolina y los garantes de controlar la venta de gasolina son los guardias nacionales y son los primeros que están involucrados en este contrabando en la zona deltaica y hacen ver al público que combaten el contrabando, incautando la gasolina de vez en cuando en la zona fluvial... la gasolina que ellos mismos despacharon, y generalmente quienes pagan son los hermanos waraos.

Desde el Diplomado de Liderazgo para la Transformación estamos creando un proyecto de compostaje para beneficiar a la comunidad indígena, ubicado Frente Terminal de San Felix, para solventar o minimizar la problemática a nivel de salud y empleo en esta comunidad.

 

 

 



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Jhonny Ramos

Warao del Delta Amacuro, estudiante del Diplomado Liderazgo para la Transformación. Trabaja en escuela primaria.


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