¡Cuidado con la cubanización del país! Puede estropear nuestra americanización

Se ha despertado un temor por la “cubanización” de nuestro país, a raíz del acercamiento que el gobierno venezolano ha tenido con la isla caribeña. Los síntomas de esta terrible tragedia, según “los señores” que defienden a capa y espada nuestra democracia, se evidencia en la insistencia del Estado venezolano de seguir el ejemplo cubano en cuanto a los avances que ha tenido este país en las áreas de salud, educación y deporte, lo cual es innegable, aún para quienes, tienen fuertes cuestionamientos al modelo cubano. Sin embargo, el hecho de que el gobierno venezolano se haya acercado a Cuba para solicitar de ellos su vasta experiencia en torno a estas áreas, no implica la adopción del sistema comunista por parte de Venezuela. Ni Marx en la actualidad asumiría dicho modelo con todas las implicaciones con las que se desarrolló en el siglo pasado. En palabras sencillas, estos señores están viendo fantasmas donde nos los hay, motivados por intereses egoístas y mezquinos que los han cegado políticamente.

Todos sabemos de las precarias condiciones de la educación en nuestro país, la cual se compara a la de los países del África; la salud está enferma desde hace 40 años, a causa de quienes montaron sus clínicas y las equiparon a costa de las dotaciones que se hacían a los hospitales públicos; y en el deporte todavía celebramos el triunfo de Morochito Rodríguez en las olimpiadas de México 68, como única actuación digna en competencias de nivel internacional. Por eso es interesantísimo la reacción tan “justificable” de quienes son tan “nacionalistas” que no quieren que Venezuela aprenda de la experiencia cubana en dichos aspecto, si consideramos que los cubanos, a pesar de sus precarias condiciones generadas por un bloqueo injusto por mas de 40 años, poseen uno de los sistemas educativos de más alta calidad en el continente, y que son una potencia deportiva a nivel mundial. Además su sistema de salud ha sido objeto de diversos elogios por organismos internacionales, incluyendo la OMS..

Nos preguntamos: ¿Y quien nos defiende de la americanización de la vida que comienza desde que nos levantamos hasta que nos acostamos? ¿Cuándo vamos a convocar una marcha para protestar contra la celebración del Hallowen, que es casi una fiesta patriótica en los colegios privados? ¿Por qué no pedimos un referendun para sacar de nuestra dieta el cereal Korn Flakes en sus infinitas presentaciones, el cual “llena” pero no alimenta? ¿Cuándo vamos a boicotear a los canales de TV por presentar series y películas que menosprecian lo latino y endiosan el American Way of Life? ¿Qué les parece si llamamos a una huelga de hambre para protestar contra la manipulación a la que son sometidos los niños del país con la publicidad de la transnacional MacDonald, que ha invadido, literalmente, cada metro de nuestra ciudades? ¿Qué tal si le hacemos una enmienda a la constitución para que nuestros jóvenes no lloren al no encontrar entradas para un concierto de Rock, pero que expresan su regocijo por haber conseguido las colillas de cigarro del vocalista del grupo en la basura del hotel? ¿Qué les parece si invitamos a los medios audiovisuales y escritos a encadenarse y denunciamos a quienes le ponen a sus hijos nombres como que si fueran oriundos de Nueva York, Baltimore, Washington, etc? ¿Y si convocamos al poder originario y nos oponemos a la idolatría “Mayamera”, de quienes proclaman que no ir a Miami es no estar vivo? ¿Será posible que la OEA pueda ayudarnos a saber menos de Madona, Sharon Stone, Brat Pit, Micky Mouse, Ronald Mac Donald…y profundizar nuestros conocimientos, acerca del Libertador, Simón Rodríguez, Andrés Bello, Sucre, Francisco de Miranda, entre otros? ¿Será que una mesa de dialogo podría hacernos valorar más nuestras raíces indígenas, negras y blancas, y no idealizar el prototipo de mujer u hombre estadounidense que le enseñamos a nuestros hijos con la pareja ideal de Barbie y Kent con todo y accesorio?

¿Será posible? No creo… hay que evitar la cubanización del país porque esa es demoníaca. ¡No dejemos que el gobierno nos quite nuestra American Way of Life, que tanto nos ha costado!

Mientras tanto voy a comerme una hamburguesa, con una Coca Cola, y sus respectivas papas fritas con Ketchup, por supuesto, mientras me fumo un Marlboro, porque voy a llegar tarde a la película de The patriot, que un brother me dijo que era una película muy cool…fashion…nice….. No olvides defender al país de la cubanización…¡Mantengamos lo nuestro!

See you later.




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Lic. César Henríquez


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