Las tentaciones de Humberto Calderón Berti

1. Analizando detenidamente las declaraciones de Humberto Calderón Berti, uno recuerda que hay hombres que no es su cristianismo lo que los hace vagabundos sino su vagabundaje lo que los hace cristianos. Cuando nadie se lo esperaba, este avezado político implosionó los medios de comunicación del mundo entero y a las redes sociales, al denunciar " urbi et orbe", (desde la ciudad del doctor Varito al mundo), la delictuosa conducta de Juan Guaidó, la de su entorno familiar y la de su círculo íntimo de seguidores, mientras simultáneamente enderezaba su índice acusador hacia Leopoldo López, culpando al jefe de la banda de Voluntad Popular (VP) de todo lo malo que ha hecho y le ocurre a la oposición, dando sibilinamente a entender que es un celestino del "autojuramentado" Presidente. Su acusación ha tomado por sorpresa a la clientela propia, opositores, extraños , enemigos, analistas políticos y lo que aún queda del Partido Social Cristiano Copei.

Como buen militante del "Opus Dei", el antiguo Jefe de Pedevesa, al estilo fariseo, se rasga las vestiduras de "Embajador", del puro dolor y vergüenza que esta gente tóxica le han ocasionado tanto a él como a la causa por la libertad de Venezuela, alegando su ignorancia en el asunto, dándose golpes de pecho, gritando su inocencia, poniendo en abono de su recto proceder, el sacrificio personal que representó desempeñar desinteresadamente su cargo diplomático, el cual, a pesar de la gran responsabilidad y del abrumador trabajo que tiene, lo ejerció "ad honorem"; además, a costa de su propio bolsillo, cubrió los gastos de funcionamiento de la "Embajada". Valga decir, el hombre patrocinado por la Fundación Konrad Adenauer, pagó por trabajar al gobierno del "Presidente encargado", y éste ha castigado su sacrificio y "mal ejemplo" destituyéndolo del cargo.

Su generosidad llegó más allá de lo institucional. Extendió su mano para honrar, no en pesos-coca (para evitar que le rebotaran el cheque), sino en dólares, deudas de hoteles contraidas por algunos militares patriotas que habían sido abandonados a su suerte en territorio colombiano, después de fracasar en su empeño de poner "cese a la usurpación", acabar con el régimen dictatorial, e instaurar una verdadera Democracia en país. En otras palabras, en el infortunio , el "Embajador" no vaciló en dispensar su caridad a hombres "preñados de buenas intenciones". Conociendo las flaquezas humanas, no deja de sorprender, que frente a este compromiso ajeno, su cara no volteó a un lado, ni se tapó los ojos, como pasó, por ejemplo, con la de su fraternal amigo Julio Borge(s), de fortuna nada despreciable y conducta de avestruz.

Es cierto que el gobierno colombiano y ACNUR se habían comprometido en sufragar parte de los gastos generados por los militares desertores; en tanto que otra gente se ocuparía del resto de la deuda. Pero los obligados a honrarla no aparecían por ningún lado . De manera, que el Excelentísimo Señor Embajador, sin estar obligado a ello, ni actuar a nombre del "Gobierno legítimo", generosamente, en detrimento de su fortuna personal, liquidó parte de estas acreencias, demostrando que su honor y compromiso con la causa de la libertad, eran distintos a los de otros esforzados luchadores, exhibiendo así, su "finura" al gobierno y a la nobleza colombiana; y demostrando que por algo también es militante del "Opus Night".

Tanto desprendimiento nos hace suponer, que de no haberse encontrado con las barreras del protocolo que reclamaban la dignidad del cargo, el Embajador Humberto Calderón Berti hubiera vivido en Bogotá, en una celda de cualquier comisaría de policía, para seguir el ejemplo de Giorgio La Pira, el recordado Alcalde de Florencia, al que no alcanzaban los pestilentes olores de la Democracia Cristiana italiana.

2. Al flamante Embajador de Juanito Alimaña, sin embargo, solo le preocupa en grande el destino de los fondos que los gobiernos de unos cuantos países, entre ellos , los del Reino Unido, España, Francia, Brasil y la Colombia de Iván Duque, sumados a otras tantas ONG patrocinadas por corporaciones norteamericanas, aportaron para apuntalar la insurgencia contra la institucionalidad del Estado venezolano. Mas, él desconocía la existencia de esa publicitada ayuda humanitaria. Hubo gente manejando recursos que él nunca supo de dónde venían, cuándo fue, ni cuándo se gastaron, a pesar de encontrarse en el epicentro de los acontecimientos. .

Él, todo un veterano político: ministro, diputado, presidente de Pedevesa, Presidente de Intevet, Ministro del Petróleo, dirigente de uno de los partidos que a su antojo administraron desde el poder los recursos del país, hombre que pateó las calles de Petare y de toda Venezuela (aunque nunca durmió en un rancho), cerebro que propuso a la banda de Voluntad Popular apoderarse de Monómeros "para evitar que el régimen pudiera torpedear la operación de control de la empresa", trabajando hombro a hombro con Leopoldo López y el "Contralor" José Ignacio Hernández. Él, que se esforzó en Washington buscando levantar las sanciones que se habían impuesto a esa empresa venezolana, para poder recuperar su producción y proporcionó una lista para integrar su directiva, al jefe de la Banda. Él, a pesar de tener acceso a las altas fuentes del gobierno del "Porki", y de vivir en el mundo diplomático, donde todo lo oculto resulta un secreto a voces. Él. solo por comentarios de las redes y rumores tuvo conocimiento que "ocurrían cosas indebidas...".

Fueron las autoridades colombianas quienes se ocuparon de alertarlo. Sus informes hablaban de "prostitutas y manejo indebido de fondos". ¿ Y qué es lo que le correspondía a su Excelencia hacer? ¡Mandar a levantar una auditoría¡. y esa auditoría estaba en Caracas, y lo sabía Leopoldo López... La lucha contra la corrupción-explica el Embajador- no puede ser motivo para hablar, hay que atacarla. Él mandó consejos a Guaidó, que "revisara bien su entorno y que actuara". Pero con este último no tiene relación desde hace mucho tiempo y el aconsejado solo alcanzó a decirle que dejara que el asunto se muriera solo.

Así fue cómo el Embajador del "presidente Guaidó", respaldado por 32 países, a pesar de estar presenciando los "acontecimientos en pleno desarrollo", pudo enterarse por qué doña Gaby Arellano, José Manuel Olivares y Rossana Barrera, no se apersonaron en Cúcuta, para auxiliar a los militares comprometidos en instaurar un gobierno de transición en Venezuela. Todos los esfuerzos de ellos se orientaron a poner a buen resguardo la "ayuda humanitaria", que multiplicándose como los panes de Cristo, saciaría el hambre y las necesidades de millones de venezolanos que el Dictador Maduro ha sumido en la miseria.

Los salesianos lo enseñaron a decir la verdad, pero el acusador no alcanza explicar a los venezolanos, la razón por la cual no solicitó la investigación de los incriminados por sus averiguaciones, a la "Fiscal legítima de la República", Luisa Ortega Díaz. O no pidió al "legítimo Tribunal Supremo de Justicia", abrir un antejuicio de mérito al " presidente Guaidó". O por qué se abstuvo de solicitar al "legítimo Contralor General de la República", José Ignacio Hernández, que estableciera la responsabilidad administrativa de quienes resultaran culpables del apoderamiento, desviación o "manejo indebido", de los fondos, que desinteresadamente aportaron quienes desean terminar con la pesadilla de veinte años de este régimen. O no propuso a la Asamblea Nacional, - qué él entiende no está en desacato-investigar al hombre que en violación al principio de separación de los poderes públicos es Presidente de la República y al mismo tiempo, Presidente del Poder Legislativo.

¿Será que HCB solo dispone de otros rumores que alcanzan a los titulares o integrantes de estas instancias públicas y se encuentra en espera de que el gobierno de Iván Duque, lo saque de dudas, porque la inocencia se debe presumir hasta prueba en contrario, según lo establece la Constitución del 61? ¿O es que el gobierno del "autojuramentado" declinó en el narcogobierno colombiano la soberanía del pueblo cuya representación se atribuye desde que se constituyó el "Cabildo abierto de Altamira? ¿ O quizás el Embajador autoreconoce la extraterritoriedad de las leyes colombianas o la jurisdicción de sus" mercedes"?

3. HBC está sumergido en el dolor por el trato que recibió de la gente del cuarto partido de la oposición que domina a los otros tres (sin él saber por qué), que no

 

respeta a la "gente de edad", ni siquiera con un "background" como el suyo En medio de la aflicción que lo embarga, confiesa no haber participado en la "hazaña militar de puente Altamira" , ni en la elaboración del Estatuto de la Transición: "eso lo redactaron los diputados de la A.N.".

 

Cualquiera comprende que un hombre decente como Calderón Berti, se encuentra constreñido a usar el lenguaje "culto", diplomático, aún en medio de las peores circunstancias. Mejor es alegar haber sido víctima de una ofensa etaria, que quejarse a lo Jeremías, de haber sido irrespetuosamente tildado de "viejo marico", pues nadie desconoce que cierta gente, a falta de mejores argumentos, es lo que dice a un hombre de 78 años para callar sus reclamos o razones. Y si luego de la ofensa recibida no renunció a su cargo, fue porque no tenía culpa de nada de lo ocurrido y esperó que lo destituyeran. De esta manera, el "viejo marico" , que por viejo sabe más que por diablo, se convirtió en una víctima de la Banda de VP y "vedette" de los "mass media" y de las redes sociales.

Al mismo tiempo que terminó de sepultar a Guaidó y empezó a enterrar a Leopoldo López y su Banda, el depuesto Embajador hace méritos ante los gobiernos enemigos de Venezuela, especialmente, el de los Estados Unidos, mostrándose como un hombre sin mácula, con un compromiso a toda prueba. No solo sacrifica su bolsillo por la causa de la libertad, sino que censura a quienes se encontraban dialogando con el gobierno revolucionario de Maduro, que" se ha burlado de los venezolanos" y prescindiendo de elementales normas de cortesía no informaron a los aliados, que estaban enfrascados en conversaciones con un enemigo capaz de engañarlos, siendo el caso que el gobierno de Colombia tuvo conocimiento de ello por la prensa. Seguramente, el diplomático acusador le dio vergüenza decir, que fue a través de "Con el Mazo Dando", o dejó en manos de los destinatarios de sus mensajes, que así lo interpretaran.,

4. La verticalidad y el compromiso del Embajador con los enemigos del gobierno revolucionario de Venezuela, es incuestionable. Él solo asume la vocería del reclamo de los 300 millones de dólares de la "ayuda humanitaria" que se esfumaron entre las manos de Guaidó y sus compinches, proceder que ofendió a caballeros del gobierno colombiano, a los que no se tuvo la cortesía de gratificarles la solidaridad brindada durante los fallidos sucesos de Cúcuta, y quienes lanzando su blancos guantes en señal de reto, van a judicializar el asunto, con la esperanza de liquidar lo que les corresponde. Para el depuesto Embajador, poco importa que Juanito Alimaña y la Banda hayan entregado a potencias extranjeras a CITGO y a Monómeros, o que se impongan medidas unilaterales a Venezuela para procurar el desabastecimiento, la compra de alimentos , medicinas e insumos necesarios para el aparato industrial y comercial y de toda su infraestructura, o para negociar créditos y honrar compromisos adquiridos. Nada le importa que el acusado Presidente encargado haya "legalizado" el saqueo de los depósitos de oro y divisas que el país tiene en bancos extranjeros o apoyar medidas destinadas a fortalecer la agresión de su signo monetario. Y lo que es peor..., nada le importa asumir la condición de traidor a la Patria, al aupar la invasión de Venezuela por USA o la Unión Europea , a través de los aparatos de terror de la OTAN o del Comando Sur y las fuerzas militares de los gobiernos títeres de Colombia y Brasil. Por el contrario, exhibe como trofeo personal, la confiscación de Monómeros.

Dejemos de buscar otras explicaciones a la conducta asumida por Su Excelencia. Él solo está ayudando a sus amigos del Norte a terminar de sepultar al inepto de Juancito Alimaña, de quien también podrá asegurar, - sin que le quede nada por dentro- que no lo apoyaba a él personalmente sino como Presidente de Venezuela, hasta tanto cesara la usurpación. Sólo al inepto de "Bobolongo" se le puede ocurrir acusar a HCB de estar en conversaciones secretas con Maikel Moreno y Padrino López. Si alguna vez se encontrara en la imperiosa necesidad de estrecharles las manos a estos "rojos", primero se las enjuagaría con agua bendita, para no contaminarse. Es que el sancionado Embajador realmente cree que los comunistas comen muchachitos y hacen chicharrón con ellos, aunque nunca haya tenido ocasión de comprobarlo, no desconoce que una de las tretas del diablo es confundir a la gente sana, como lo hizo con el padre Arturo Sosa, Superior de los Jesuitas, a quien lo puso a negar su existencia, provocando un pleito colectivo dentro de la Iglesia Católica. Por eso, el depuesto Embajador tiene la firme convicción de que al Dictador comunista y sus secuaces hay que exterminarlos, sin cargos de conciencia, como se amputa un miembro enfermo del cuerpo para evitar que éste se pudra. De ahí, que para él tiene que " venir una transición que será más importante que la democracia, que debe estar integrada por los más preparados". O sea, gente como él, y tal cual lo dice la receta de Washington: "Si la transición se hace bien hecha tendremos democracia. Si no se hace bien hecha no va a haber transición en Venezuela, va a haber una pantomima de democracia"

 



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