Nuevamente la oposición venezolana(o buena parte de ella), volvió a tropezar con la misma piedra, es decir, volvió a equivocarse al negarse a medirse con el chavismo en las elecciones a Concejos Municipales el pasado 09-12-18. Otra vez se impuso la tesis de la no participación en comicios (el número 26), en estos 20 años de gobierno chavista. Digo que se repitió el error del año 2005, con su negativa a participar en las elecciones parlamentarias de ese año, lo cual produjo que la misma se convirtiera en roja rojita; ahora, con la misma actitud, produjo que más del 90% de los Concejos Municipales pasaran a manos del chavismo y el mapa se vuelva a ver rojo rojito para esa instancia de gobierno.
Las razones de tal comportamiento podrán ser múltiples, desde seguir instrucciones "del imperio", pasando por el convencimiento de que no le ganan al gobierno, o hasta no creer en la democracia como elemento del juego político. Cualquiera de ellas (u otras más ocultas), simplemente develan el carácter antidemocrático de esa oposición que se negó a participar e inculcó en sus votantes que no lo hicieran, dejándole, como se dice coloquialmente, "esa mantequilla" al chavismo, quienes ni cortos ni perezosos se apoderaron de la mayoría de esos Concejos Municipales, la instancia política más cercana al ciudadano.
Ya vendrán más adelante los arrepentimientos de quienes en la oposición apoyaron esa medida, como ya lo hicieron con las parlamentarias, pero "después de ojo sacao, no vale Santa Lucía" como dicen en el Llano. En política( si es que se entiende a la política como el medio de acceder al poder), no se pueden dejar los espacios con argumentos tan baladíes como que el CNE no es legítimo o que estamos en una dictadura, o que el Presidente es colombiano u otro argumento traído por los cabellos; hacerlo, es demostrar en esencia que no hay trabajo en las bases de parte de esa oposición y como consecuencia sus mensajes no tendrían eco en una población que, según las encuestas más serias, está polarizada. Pareciera que esa oposición tiene miedo a medirse en buena lid porque sabe que no tiene el liderazgo suficiente ya que no hizo el trabajo de calle y se conformó solo con el trabajo mediático y de ataque al gobierno, descuidando el día a día de la política concreta en la calle.
Los más radicales (quienes llevaron la propuesta del no votar), demostraron que no creen en la política como forma de dirimir las controversias y en cambio creen en un cambio del poder por la fuerza, llegando incluso a pedir y promover intervenciones de todo tipo ( económicas, comerciales y hasta militares); este grupo es necesario neutralizarlos con los medios legítimos que todo gobierno tiene al alcance, siempre en el marco de la constitución, al tiempo que se deben establecer ,mecanismos para que esa otra parte de la oposición, que todavía creen en la vía electoral, no sienta que es atacada ni vulnerada en sus derechos; es decir, es necesario tender puentes hacia ellos para así aislar a los más extremistas(como decía el Presidente Chávez, desarrollar nuestra democracia con amplias libertades y participación). Es hora de hacer de la Política lo que realmente es, es decir, una ciencia.
Pero la situación de tener casi todo el poder, también genera en el gobierno la responsabilidad de comenzar a solventar los problemas más cotidianos de la población por cuanto, en la mayoría de los casos, se tiene "un solo gobierno", es decir, se cuenta con el apoyo del gobierno nacional, regional y ahora, el local. Entendiendo las condiciones de dificultad económica y de amenazas que se ciernen sobre nuestro país, se deben propiciar políticas para mejorar, por ejemplo, el problema de la basura, los servicios básicos como aguas blancas y servidas, la iluminación, vialidad interna y rural, entre otras. Y es precisamente el poder local (Concejos Municipales) quienes deben asumir el reto de coadyuvar en dar la solución a esos problemas cotidianos, que en definitiva son el reflejo del éxito o no de una gestión gubernamental.
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